9⬜

342 32 3
                                    

Iba tan distraída viendo el camino que no me di cuenta en el momento que choque con alguien. Tuve que levantar la mirada para encontrarme con unos ojos dorados y una sonrisa bastante energética como para ser tan temprano.

-Lo siento. -susurré, pero su ropa me dio curiosidad. También vestía el uniforme como Tokito.

-¡No te preocupes, jovencita! -sonrió-. ¡Yo soy el que debería disculparse por no haberme movido del camino!

Parpadeé, su energía era contagiosa.

-¿Rengoku-san?

-¡Tokito-kun!

-¿Qué haces aquí?

-Tenemos una misión juntos, al parecer.

-Ya veo.

-¿Una misión? ¿Tan temprano? -pregunté algo confundida.

-Como Pilares tenemos muchas misiones, y a veces son en pueblos lejanos y tenemos que marchar muy temprano en la mañana.

-Oh, ya veo... -dije algo dudosa-. ¿Rengoku-san?

-¡Así es! Soy Rengoku Kyojuro, Pilar de llamas.

-Tsukishima Katsumi. -hice una pequeña reverencia-. Por favor entre a desayunar con nosotros.

-¡Me encantaría! Pero tenemos que comenzar a andar ahora.

Miré a Tokito.

-Comeremos algo por el camino, no te preocupes.

-Si es así... tengan cuidado. -sonreí.

-¡Gracias Katsumi-san, mi chica! -soltó una carcajada y desordenó mis cabellos para luego comenzar a andar. Sentí mis mejillas algo calientes.

Tokito tenía cara de pocos amigos.

-Tokito-kun, deberías seguirlo.

Él se acercó a mí y yo me puse nerviosa. Estaba demasiado cerca.

-No te metas en problemas mientras yo no estoy.

-Lo sé, siempre me dices lo mismo pero nunca me ha sucedido nada. -le sonreí con dulzura-. Iré al pueblo unas horas.

-Ten cuidado.

-Eso debería decírtelo yo. Cuídate, ¿si?

Él asintió y sin darme cuenta, besó mi mejilla y comenzó a correr. Ahora sí, sentí que morí.

Cargué el bolso y me propuse a andar con cuidado de no chocar con nadie
Cargué el bolso y me propuse a andar con cuidado de no chocar con nadie. Hoy, el pueblo estaba más lleno de lo normal, quizás se iba a festejar algo o quizás había venido alguien conocido de otro pueblo. La verdad es que no lo sabía, pero me pareció curioso que hubieran tantas mujeres.

Todas parecían murmurar algo, pero tampoco intenté descifrar qué era.

Le había dicho a Tokito que no se preocupara por mí, pero cometí el error de salir tarde de la finca y además de no portar con la espada de papá.

Ignorando eso, tuve la intención de volver a la finca pidiendo que nada me pasara, pero una fila de puras mujeres frente a un templo muy hermoso, llamó mi atención.

-¿Disculpa, se celebra algo? -pregunté a una chica que se veía más que emocionada.

-¡Claro, el chico que está ahí dentro es un líder de un culto! ¡Es demasiado guapo y todas somos sus seguidoras!

«¿Líder de un culto?», eso no suena bonito.

-¿Seguidoras? -me pregunté-. Bueno, gracias por responderme.

Aquello era bastante sospechoso para mí, y me quedaría viendo qué es lo que pasa dentro de ese templo tan oscuro, pero algo me decía que no debía intervenir. Si son sus seguidoras, entonces debe haber un gran motivo por el cuál serlo.

Retomé mi camino a la finca y gracias a los dioses, no se me hizo complicado ni mucho menos sentí la amenaza de algún demonio cerca. Como era de esperarse, Tokito no estaba en la casa, pues al parecer era una misión complicada por el solo hecho de que se necesitaban dos Pilares.

¿Podrá tratarse de una luna superior? Tokito me habló de ellas, pero sinceramente veo imposible que una luna superior se deje ver tan fácilmente. Debe ser solo un demonio muy poderoso.

Aproveché lo que me quedaba de noche para entrenar, pues la finca siempre se sentía vacía cuando Tokito no se encontraba.

Una vez que sude mucho y mis piernas no las sentía, me di cuenta que ya se había hecho de día. Siempre era lo mismo, pero no me podía quejar, sabía que Tokito se había convertido en Pilar a solo dos meses de entrar a la institución, y sabía que había entrenado hasta vomitar sangre.

No quería defraudarlo como su Tsuguko, y tampoco haría algo para hacerlo sentir avergonzado.

Entré a la finca, puse el agua hervir y me fui a dar un baño. Mi estómago rugía a más no poder, pero era mi culpa por no haber parado ni siquiera para comer durante mi entrenamiento. Entré a mi habitación y recordé los libros que papá me leía, los tomé y los llevé a la cocina para leerlos mientras tomaba desayuno.

Tokito todavía no llegaba y me preocupaba.

Los cuentos que papá me leía eran acerca de un espadachín bastante poderoso usuario de la respiración solar, la primera respiración creada y de la que salieron las demás variables. Aquel espadachín casi mata a Kibutsuji Muzan, pero este se dividió en muchas pedazos y aquel espadachín, solo pudo cortar más de mil, dejando otros fuera de su alcance.

Jamás creía que esa historia fuera real.

«Son leyendas», eso me decía mi padre, pero qué sucede con lo que me dijo cuando estaba en casa. ¿A qué se refería con ser la única que podía seguir el legado de la familia? ¿Acaso mi padre fue un espadachín y jamás me lo dijo? Y si fuese así... ¿qué tan poderoso era?

Un ruido de algo caer hizo que rápidamente me pusiera de pie. Tokito estaba en el suelo, casi inerte. Me asusté, así que me acerqué a él y me puse de cuclillas para luego intentar cargarlo a su habitación.

No pesaba tanto, pero los nervios y la preocupación me impedían cargarlo de buena manera.

-¡Tokito-kun! -grité con la voz rota-. ¡Por favor, resiste!

Lo dejé en la cama y corrí para traer la cajita con los primeros auxilios, pero sabía que esto no iba a servir de nada con la herida que tenía en su pecho. Sus ojos se cerraban poco a poco.

-Tokito-kun, Tokito-kun, no me dejes, ¿si? Abre tus ojos, todavía tenemos que ir a comer dangos al pueblo y darle comidita a los perritos y gatitos de la calle. Tokito-kun, todavía me faltan más recuerdos contigo, por favor, no te mueras. -dije en un hilo de voz mientras hacía presión en su herida.

«Todavía me falta decirte que te amo».

Cayeron mis primeras lágrimas en casi un año, y me sentí fatal por romper una promesa, pero no podía dejar de llorar intentando salvar a Tokito.

Entonces, recordé la medicina contra el veneno que un día me vino a dejar Shinobu, y corrí en búsqueda de ella. La preparé a la velocidad de la luz y obligué a Tokito a beberla aunque entre dientes se quejara.

Puse pañitos fríos en su frente y seguí limpiando las otras heridas. El balde de agua a mi lado estaba lo suficientemente rojo como para creer que eso no era agua, sino un balde de sangre.

Le pedí a los dioses que no me quitaran lo único que me queda en este mundo, ya que sin él, no sabría qué hacer con mi vida.

"NIEBLA" muichirou tokito x Lectora [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora