8⬜

365 31 16
                                    

—Vaya, vaya —dijo Shinobu—, qué alegría verlos aquí, y juntos. —sonrió.

—Hola Shinobu-san, han pasado unos meses.

—Sí... y dime, ¿cómo está tu herida? ¿No te ha molestado?

—No, para nada. —sonreí—. ¿Las niñas?

—Kanao está entrenando y las demás están en la sala de entrenamiento de los pacientes.

—Oh, ya veo. Entonces no las voy a interrumpir.

Shinobu y yo hablamos durante un tiempo, le conté respecto a mis entrenamientos y también le conté que conocí a una chica que tenía el mismo objetivo que yo y que nos hicimos "amigas". También me deseó suerte en la selección final y me despedí de ella con una sonrisa.

Me encontré con Kanao en el patio y le sonreí, ella también lo hizo.

—¡Nos vemos en la selección final! —exclamé y ella mantenía su sonrisa, hasta que lanzó una moneda y fijó sus ojos morados en los míos.

—Nos vemos, Katsumi-chan, suerte en la selección.

Le sonreí con ternura y me encontré con Tokito en la salida. Me puse nerviosa al recordar lo que me había dicho hace unas horas.

«Tú eres mi pequeña alegría». Esas palabras provocaron que mi corazón se volviera loco y mi pulso se acelerara. Me duele el pecho de solo pensarlas, pero ni yo entiendo mis sentimientos.

—Vamos, ya va a anochecer. —le dije.

—Sí, pero si anochece, podemos parar a una casa de glicinas.

—Ah, claro.

Caminamos en silencio, yo iba tras de él esta vez para no perderlo de vista, pero de vez en cuando él lanzaba miraditas sobre su hombro, asegurándose de que yo siga ahí.

La noche comenzó a refrescarse y me abracé para darme un poco de calor.

—Nos falta poco para llegar a la finca, ¿prefieres seguir o detenerte en una casa?

Miré el cielo, estaba completamente oscuro y no había luna. El mismo escenario del día de mi tragedia.

—Vamos a una casa de reposo.

Tokito asintió y se desvió. Lo seguí de cerca y cuando llegamos, sentí que pude respirar en paz. Una viejita nos recibió, le sonreí con aprecio y nos guió hacia una habitación. Al ver que se estaba retirando para traernos para comida, me quedé helada.

—Eh, disculpe... ¿por qué solo una habitación?

—Una pareja duerme junta, ¿no?

Sentí que morí ahí mismo. Mis mejillas estaban completamente rojas.

—Y-yo... é-el, él y yo, no somos pareja. —le susurré apenada.

La señora estaba apunto de decirme algo, cuando Tokito se unió a la conversación.

—Está bien, no te preocupes, vieja. Vamos a compartir la habitación.

¿Compartir habitación con Tokito?

—Bien, entonces me retiro. La comida se las traeré en unos 30 minutos.

—Gracias. —hice una reverencia.

Entré a la habitación después de Tokito, sentí mi corazón latir con mucha fuerza de solo pensar que dormíríamos juntos. Esa vieja... no sé si lo hizo a propósito o realmente no le interesó.

—Me iré a bañar.

—A-ah, claro. —contesté.

Tokito desapareció en el baño y aproveché este momento para tranquilizarme. Él no debía sospechar nada, aunque bueno, Tokito no es de las personas que se de cuenta de eso, pasa distraído todo el día. Me saqué la horquilla y la flor que me regaló, y las miré reposar en mis manos. Dibujé en una sonrisa y dejé las cosas encima de un escritorio.

—Ya estoy listo. —dijo y miré a su dirección.

Agradecí a los dioses que estuviera con una bata y no con una toalla alrededor de su cintura.

—Voy enseguida. —respondí y dejé la espada en el suelo.

Me di un baño rápido y aproveché de lavar mi cabello con un champú de glicinas. Olía muy delicioso. Cuando terminé, me puse la bata y afirmé mi cabello en un moño con ayuda de un elástico. Tokito estaba sentado delante de un bentō, así que tomé asiento delante de él y comenzamos a comer.

—Quedan dos semanas para la selección final.

—Lo sé. —susurré—. Estoy emocionada. Creo que lo haré bien.

—Sip.

Sonreí.

—Tokito-kun, estuve pensando en que una vez que entre a la institución, comprar alguna finca que sea de un precio accesible. Sé que de alguna u otra forma necesitas descansar de mí, ¿no? —solté una risa amarga—. Además, no quiero seguir siendo una molestia.

Lo miré esperando a que estuviera distraído, pero me estaba mirando tan fijamente con esos ojos de color tan preciosos. Se veía molesto, y eso no me gustó para nada.

—Ni hablar. Vivirás conmigo todo el tiempo que sea necesario.

—Tokito-kun...

—Silencio, ya lo hemos decidido. Mi finca es tú finca también, no es necesario que estés buscando otra finca en la que quedarte. No soportaría esa idea.

Bajé la mirada y asentí en silencio.

—Gracias.

Terminé de comer y me puse de pie para ir a dejar las bandejas. Quería salir un poco para tomar aire, además, aquí no se acercan los demonios gracias a estas flores aromáticas que son una especie de veneno para ellos. Podía dar un paseo sin sentirme en alerta todo el tiempo. Dejé las bandejas en un apartado y caminé hacia una pequeña fuente. Observé cómo el agua subía y bajaba una y otra vez hasta que me entró el sueño y decidí entrar a la habitación.

Tokito ya estaba acostado cuando entré.

Con cuidado, abrí el futón y me acosté a su lado. Estaba agradecida que el futón no fuera lo suficientemente pequeño, además, nuestros cuerpos no son tan grandes como para chocar, por lo que sobraba espacio. Dejé escapar el aire y estaba apunto de darme vuelta, cuando sentí un brazo rodear mi abdomen.

—T-tokito-kun... —tartamudeé.

Él no me respondió.

—Tokito-kun. —dije nuevamente.

Suspiré e intenté quitar su brazo, pero ejercía fuerza, incluso estando durmiendo.

—¡Tokito-kun! —grité y giré mi cuello para verlo. Tenía sus ojos cerrados, pero una sonrisa de diversión lo delataba—. ¡Estás despierto!

Él soltó una pequeña risa. Ese sonido provocó que sintiera mariposas en mi estómago.

—¿Puedo abrazarte?

Su pregunta me quitó el aire.

—Claro.

Me acomodé de forma que quedara de frente a él y sentí sus brazos rodear mi pequeño cuerpo. Cerré mis ojos y me permití disfrutar de esta pequeña calidez.

"NIEBLA" muichirou tokito x Lectora [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora