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La fiebre ya bajó y eso me hacía sentir tranquila. Significaba que el veneno de su cuerpo se ha ido reduciendo poco a poco gracias a la milagrosa medicina de Shinobu.

Tokito estaba durmiendo y bañado en sudor, su respiración era bastante pesada, y de vez en cuando hacía muecas de molestia.

Tenía a mi lado un jarrón de agua fresca, para que cuando despertara, fuera lo primero que bebiera.

Ya era de madrugada, había pasado todo el día observando su progreso, y lo único que hice fue ir al baño y comer un onigiri, pero no me quería separar de Tokito por miedo a que algo le sucediera. Cada dos horas cambiaba las vendas de su pecho y limpiaba los pequeños rasguños que todavía no se cerraban con la medicina diluida en agua.

—Katsumi-san... —dijo buscando mi mano, la tomé y la acaricie.

—Estoy aquí, no me voy a ir, te lo prometo.

No he podido conversar con él sobre lo sucedido, pero necesito saber qué es lo que ocurrió. Jamás lo había visto tan herido, ¿podría haberse tratado de una luna superior realmente? Si fuese así... ¿qué tan poderosa era?

—No hables, ¿bueno? He hecho una sopita de pollo, así que la iré a buscar para que comas algo. No puedo llenarte el estómago de puro líquido, al menos esa sopita tiene pollito, arroz y una que otra verdura.

Él asintió y volvió a cerrar sus ojos. Eso era lo que me daba miedo, que cerrara sus ojos.

Llené un pocillo con la sopa y volví a la habitación en silencio. Volví a sentarme a su lado.

—Abre tus ojos. —le pedí.

Él lo hizo y me miró. Se veían cansados, o a lo mejor eran el reflejo de los míos.

—Te ves cansada, anda a dormir.

—No, no te dejaré solo en este estado. Me quedaré despierta hasta que estés bien. Ahora, abre la boca.

Llevé la cuchara a su boca y él se comió el primer bocado.

—¿Cómo está?

—Deliciosa.

Sonreí y seguí dándole la sopa hasta que él no quiso más. Tampoco podía obligar a comerlo. Dejé el pocillo casi vacío a un lado y cambié el pañito de su frente.

—La fiebre ha disminuido, al igual que el veneno. Es un gran avance.

—Sí...

—¿Debería mandarle una carta a Oyakata-sama? —cuestioné—. ¿O ya lo sabe?

—Rengoku-san se lo iba a decir. Él salió menos dañado que yo.

—Tokito-kun, ¿qué sucedió?

—En... el pueblo de aquí... había una luna superior.

Abrí más mis ojos por la sorpresa. Yo estuve en ese pueblo.

—Aquel demonio tiene un fanatismo por comer mujeres, y las engaña pareciendo algún líder de algún culto. —dijo despacio.

Llevé la mano a mi boca. O sea que a esa chica que me hablé ahora debe estar muerta. Dios mío, si hubiera tenido mi espada, simplemente hubiera evitado que todas esas mujeres...

—Logramos salvar a algunas, pero ese demonio ya tenía a varias devoradas. Nos dio pelea hasta el amanecer, pues era la luna superior dos. —Tokito buscó mi mano y la encontró—. No te acerques a ese demonio jamás, no sabría lo que haría si esa escoria te comiera.

—Tranquilo, si algún día me topo con él, seguramente lo mataría sin dudarlo.

Tokito soltó una débil risa y llevó su mano a mi frente para golpearla con suavidad.

—Tonta, todavía te falta entrenamiento para enfrentarte a una luna de ese calibre.

Me sonrojé.

—Lo sé...

—Katsumi —dijo mi nombre—, gracias, por absolutamente todo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y logré esbozar una sonrisa.

—No agradezca.

A veces pienso que los Pilares son unos seres casi inmortales
A veces pienso que los Pilares son unos seres casi inmortales. Estaba entrenando tranquilamente cuando Tokito apareció de la nada a mi lado. Tenía ojeras bajo sus ojos, pero éstos brillaban con admiración.

—Tokito-kun, eres tú, ¿cierto?

A lo mejor me lo estaba imaginando, pero habían pasado dos días desde aquel ataque.

—Sí.

—Me alegra que estés mejor.

—Todo es gracias a ti.

Me sonrojé.

—Sabes que no debes agradecerme siempre.

—Lo haré, no es tu deber cuidarme, pero siempre lo haces, así que debo hacerlo.

Apreté mis labios y le pedí permiso para seguir entrenando. Cada vez quedaba menos para la prueba de selección final, y la verdad es que estaba bastante ansiosa.

Tokito también comenzó a entrenar por su cuenta, era mejor así porque sentía que no me desconcentraba tanto. Aunque he de admitir, que ver entrenar a Tokito siempre era una bendición para mis ojos. En eso, el cuervo de Tokito comenzó a picotear mi cabeza y chillé del dolor.

—Deja de mirarlo, basura.

—¡¿Eh?! —exclamé—. ¿Qué te sucede, pajarraca?

—¿Cómo que pajarraca? —movió sus alas de forma "elegante" y movió sus pestañas largas—. Soy el cuervo más precioso que existe y Tokito es sólo mío.

Alcé una ceja.

—Tokito no es de nadie.

—Eso dices ahora, pero yo los he estado vigilando desde mucho tiempo y sé que tus intenciones con Muichiro no son solo de amistad.

Este cuervo está loco.

—Esto... es muy extraño. —dije haciendo una mueca de disgusto—. Tú eres un cuervo muy extraño.

El cuervo se lanzó a mí nuevamente, pero alcancé a poner mi espada y sin querer lo lancé a otra lado. Me reí con maldad. Terminé mi entrenamiento y sonreí maliciosamente al ver al cuervo de Tokito viniendo hacia mí furiosa. Corrí hacia Tokito y lo abracé.

—¡Tokito-kun, tu cuervo me quiere picotear!

Tokito se dio la vuelta aún conmigo en brazos y miró a su cuervo con cara de pocos amigos.

—Ya basta. —dijo molesto—. Deja de ser un cuervo tan molesto con Katsumi-san.

El cuervo detuvo su andar y se posó en el suelo cruzando sus alas. Lo miré y le sonreí con maldad para luego sacarle mi dedo de en medio. «En tu cara».

Me separé de Tokito.

—¿Tienes hambre?

Él asintió.

—Vamos a comer entonces, preparé udon con muchas verduras y carne.

Tokito bajó un poco su mirada y me sonrió con ternura.

—Me gustas cuando te emocionas por las cosas que haces.

Sentí mis mejillas calientes y tomé más distancia.

—¡A-ah! —rasqué mi nuca—. ¡Recordé que tenía el fuego encendido!

Y corrí al interior de la finca librándome de seguir observando esa sonrisa tan hermosa y tierna que sólo me dirige a mí.

"NIEBLA" muichirou tokito x Lectora [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora