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Narradora.

-Kanroji-san -dijo la chica de cabellos dorados-, hoy la noche está muy oscura. ¿Crees que fue buena idea dejar que Katsumi-chan se fuera sola?

La Pilar del amor puso su dedo índice en su mejilla y ladeó su cabeza.

-Es cierto que la noche está más oscura que otras veces -comentó y miró por la ventana de su finca-, no hay luna y las nubes cubren todo el cielo.

Rui, la Tsuguko de Kanroji Mitsuri, mordió su labio inferior y sin pensarlo dos veces, tomó su espada y corrió.

-¡¡Rui-chan, ¿a dónde vas?!!

-¡Lo siento, Kanroji-san, pero no me quedaré tranquila mientras que mi mejor amiga está ahí afuera!

Rui sabía que Katsumi era una espadachín bastante fuerte, pues no cualquiera logra seguir los arduos entrenamientos que un Pilar te propone, pero si su enemigo era una Luna Superior, era imposible que solo ella pudiera derrotarlo. Desesperada, buscó por todas partes algún indicio de Katsumi, pero el olor se había dispersado pese a que Rui tenía un olfato muy desarrollado.

El bosque que rodeaba la finca de Kanroji estaba complemente lleno de neblina, y detuvo en seco su andar cuando frente a sus ojos presenció una escena digna de terror.

-¡Vaya, vaya, otra admiradora más! ¡Tú también te ves bien! -exclamó Douma mientras sacaba el abanico del abdomen de Rui y la tiraba a un lado como si fuese un saco de papas.

Douma no pensaba comerla todavía, ya que presentía que alguien iba a venir al rescate de aquella joven cazadora. Rui apretó sus puños y sin pensarlo desvainó su espada.

-¡Inmundo! ¡¿Cómo te atreves a hacerle daño a mi amiga?! -gritó-. ¡Además, tú fuiste el demonio que mató a mi familia!

Rui tenía el olor que había en su casa presente todos los días, y no iba descansar hasta encontrarlo. Y ahora que esa escoria estaba delante de ella, toda la rabia se dejaba apreciar en ella. Rui no era una persona llena de odio, era extravagante, alegre y sincera, pero odiaba cuando herían a las personas que amaba.

-Ella se lo buscó. -dijo Douma lamiendo sus dedos que tenían sangre de Katsumi, se puso de pie-. Logró cortarme un brazo y hacerme una herida en la frente, de verdad ella era espectacular.

-¡No hables de ella como si estuviera muerta!

-Oh querida, lo estará dentro de poco. La herida de su abdomen no cerrará ni con los mejores doctores. La única solución aquí es que se vuelva demonio o... ¡que me la coma! Y me hace más emoción la última.

Rui no aguantó más y se lanzó al ataque. Había entrenado con Kanroji, por lo que la flexibilidad era su fuerte, solo que no tenía una espada como la de ella, era una katana normal, a excepción de que la hoja era un poco más larga.

Aliento del amor. Primera postura: amor angustiante.

Rui lanzó un corte que rodeó a Douma, pero él era lo suficientemente fuerte para deshacerse de ese ataque. Rui se impulsó en el aire y mientras daba una voltereta, ejecutó otra técnica.

Aliento del amor. Quinta postura: lazo ondulante - uñas arruinadas.

Movió su katana y su cuerpo en forma de que Douma recibiera varios ataques letales, y así fue, pero la regeneración de aquel demonio era impresionante.

-Juju, otra señorita más que logra darme un golpe. ¿Entrenan con Pilares? ¡Claro que debe ser eso!

Rui no le iba a responder. Cayó al suelo de manera suave y alzó su espada. Sabía que la ayuda iba a llegar luego, pues mandó a su cuervo a la sede de cazadores de demonios y los Pilares y kakushi debían estar llegando en breve. La vida de Katsumi estaba en peligro, y si llegaban un minuto o incluso un segundo tarde, ella ya no iba a estar para contarle esta historia a sus bisnietos.

Técnica de sangre de demonio: loto de hielo.

Con ayuda de su abanico, Douma creó una oscilación de hielo en forma horizontal, de donde salen racimos de loto en forma creciente que fueron directamente a Rui, pero gracias a su flexibilidad, ella logró saltarlos. Apoyó ambas manos en el suelo y se dio una voltereta para alejarse de su adversario.

-¡Tienes muy buena flexibilidad, niña!

-¡Cállate, no quiero escuchar más tu asquerosa voz! -Rui estaba a ese punto de querer llorar por rabia, tenía miedo, claro que lo tenía, pero no quería rebajarse ante su enemigo.

«Vamos, lleguen luego», eran sus únicos pensamientos, pero esos pensamientos le jugaron en contra, ya que Douma había creado otra técnica bastante cerca de ella, y había sido rodeada por ese ataque. Rui logró cortar algunos, pero uno rozó su pecho provocándole un corto algo profundo.

-Eso te pasa por ser una perra conmigo, tu amiga fue así, y mira como terminó. -apuntó con su abanico a Katsumi quien estaba rodeada de un charco de sangre.

La respiración de aquella cazadora era muy débil, a tal punto que de vez en cuando se detenía, pero el único motivo por el cual aún su corazón no paraba, era porque en su cabeza se repetía una voz masculina diciéndole que no debía rendirse y que no debía dejar a Tokito solo. Rui tosió sangre pero se puso de pie nuevamente.

-¿Eh? ¿Todavía puedes mantenerte de pie? Mi ataque fue letal.

-Pero no tan profundo. -sonrió con dificultad.

Rui estaba apunto de ser atacada nuevamente por Douma, cuando alguien se puso delante de ella deteniendo dicho ataque. La chica rubia cayó al suelo del alivio, los Pilares habían llegado. Obanai hizo una señal a los kakushi mientras que otros Pilares se encargaban de Douma.

-Hey -dijo Obanai poniéndose en cuclillas a la dirección de Rui-, hiciste un buen trabajo.

Rui simplemente bajó la mirada y Obanai le regaló unas palmaditas en la cabeza para luego unirse a la batalla, la chica sabía que no iba a lograr nada con aquel Pilar, pero nada le importaba, prefería estar sola que mal acompañada.

Quedaba poco para el amanecer. La chica se puso de pie con ayuda de unos kakushis y se dejó guiar por ellos, ya que ni fuerza tenía como para mantenerse de pie.

-Por favor... -susurró-... por favor salven a mi amiga. -casi ni tenía voz por haber gritado tanto.

-¡¡A Katsumi-san, lleven a Katsumi-san rápidamente a la finca mariposa!! -gritaban algunos kakushi.

-¡¡Rápido, su pulso se está debilitando cada vez más!! -gritó otro.

-¡¡Cuidado con moverla!!

Tokito corrió hacia donde Katsumi era llevaba en una camilla, el estado de ella era riesgoso, y unas lágrimas de impotencia y tristeza cayeron por su rostro para luego darse la vuelta y mirar a Douma con odio. El sol ya estaba saliendo, por lo que la batalla dio su final.

-¡¡Juro que te mataré, algún día tu cabeza va a desaparecer entre mis manos, cara de mierda!!

Cayó al suelo, en un vago intento de buscar apoyo, pero se levantó enseguida, no podía verse débil si quería acabar con el demonio que acababa de arrebatarle una pequeña parte de su alegría. Iba a acabar algún día con ese demonio.

Lo juraba por su vida!

"NIEBLA" muichirou tokito x Lectora [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora