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Pasamos los siete días y para mí fueron eternos. Aunque gracias a los entrenamientos de Tokito, salí ilesa de la montaña, claramente con uno que otro rasguño, pero no como Tanjiro, quien se había separado de mí un momento y luego volvió, y no tenía muy buen aspecto.

En los días que lo conocí, descubrí que es de la misma edad que yo, y que es muy amable, sincero y nuevamente amable. Oraba por los demonios para que pudieran descansar en paz, y yo sin pensarlo, también comencé a hacerlo. Me contó que su familia fue devorada por demonios y que su hermana menor fue convertida en una.

No le dije nada porque me juró que nunca comió y comerá humanos, a lo que yo le creí. Tanjiro era una de esas personas que no podían mentir porque si lo hacía, se le notaba demasiado.

—¡Lo logramos, Tanjiro-kun!

—¡Sí!

Chocamos los cinco y desesperada, comencé a buscar a Kanao o a Rui, y para mi suerte, encontré a las dos. Aunque Kanao no fuera de piel o de palabras, me acerqué a ella y la abracé, no me esperaba de vuelta el abrazo, pero me sorprendí cuando sentí sus delicadas manos rodear mis hombros.

—Felicitaciones. —le dije y me separé de ella para ir al reencuentro de mi mejor amiga.

—¡Katsumi-chan!

—¡Gracias al cielo! —exclamé y la abracé muy fuerte.

Nos separamos y me quedé a su lado mientras manteníamos nuestras manos juntas. Las niñas aparecieron nuevamente.

—Bienvenidos de vuelta. Felicitaciones, estar sanos y salvo es mejor que cualquier otra cosa.

Miré a mi alrededor, solo quedamos seis personas de veinte o más. Me sentía fatal por no haber llegado a tiempo, y Tanjiro junto a Rui también se sentían fatal.

—¿Y ahora qué hacemos? ¿Qué hay de la espada? —preguntó un chico con mohicano.

—Deberán pagar el costo del uniforme. Así que sus cuerpos deben ser medidos y dejar su rango grabado.

—Hay diez rangos en total, ustedes actualmente están en el décimo; el nivel más bajo.

—¿Qué hay de la espada? —volvió a preguntar ese chico. Me resultaba conocido.

—¡Ah, Genya-kun! —exclamé provocando que todos me miraran, incluido él.

Me quedó mirando hasta que me recordó, pero no estaba interesado, por lo que volvió a mirar al frente. «Qué descortés».

—¿De dónde lo conoces?

—¿De dónde...? ¡Ah! Un día Tokito me llevó a conocer al Pilar de roca, Gyomei-san. Y dada la casualidad me lo encontré, él parece entrenarlo, así que compartí una buena tarde con él. —le respondí, pero al recordar esa mirada fría de Tokito todo el tiempo, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

—Ah. —respondió Rui.

La miré y esbocé una sonrisa coqueta.

—Rui-chan.

—¡¿Q-qué?!

Moví mis cejas divertida y ella miró para otra parte.

—Hoy ustedes podrán escoger un trozo de aleación de tamahagane. Sus espadas estarán completas después de 10 a 15 días. Además, desde ahora, kasugai estará siguiéndolos a todos ustedes.

Los cuervos llegaron y yo alcé mi brazo para recibirlo. Sonreí y acaricié su cabecita.

—¡Caw! Me llamo Yuu, ¡caw! —gritó en todo mi oído y seguía gritándome lo mismo una y otra vez.

—¡Waa, sí te escuché!

—Kasugai es un cuervo usado principalmente para la comunicación.

Escuché el graznido de un cuervo y observé que Genya estaba espantando a su ave.

—¿Qué me interesa un puto cuervo? ¡Quiero mi espada ya! —se acercó a una de las niñas y le dio un puñetazo.

Me acerqué a Genya sin pensarlo, Tanjiro también lo frenó.

—Escucha, Genya-kun —dije con voz suave mientras seguía acariciando a mi cuervo. Tenía el ceño fruncido—. Me caes súper bien, te tengo cariño y te admiro, pero jamás dejaré que le hagas daño a una mujer por la simple desesperación de querer una espada. ¿La vamos a tener? Sí. ¿En cuánto? Diez a quince días. Ahora deja de actuar como un niño y vuelve a tu lugar ahora.

Él chasqueó la lengua, pero parece que no fue suficiente para Tanjiro, quien tras decirle algunas cosas, rompió la muñeca de Genya. Estoy segura que todos estaban sorprendidos por el sonido que hizo.

—¿Ya terminaste? —le preguntó una niña a Genya—. Si es así, por favor ve ahí, y elige una aleación para crear tu espada. La aleación de la espada que harán será usada para destruir demonios y protegerse a sí mismos. Debe cada uno escogerla personalmente.

Luego de escoger mi piedra, caminé junto a Tanjiro y Rui hasta que llegó el momento de tomar caminos separados.

—Yo me voy por allá. —señalé un sendero a Tanjiro.

Rui y yo lo estuvimos apoyando hasta más de la mitad del camino de la montaña de un tal Urokodaki-san.

—También me voy con ella. —dijo Rui con una pequeña sonrisa—. Fue agradable conocerte, Kamado-kun.

—Ten cuidado por el camino, ¿si? Mándale saludos a Nezuko-chan y no olvides mandarme cartas de tus travesías.

—Claro —sonrió con dulzura pese a sentir su cuerpo cansado—, nos estaremos viendo, Rui-san, Katsumi-san.

Moví mi mano y nos alejamos de Tanjiro. Mis piernas dolían, pero era un dolor soportable que podría aguantar hasta llegar a la finca.

—Ya estoy emocionada de tener mi espada.

—Sí, yo también. —sonreí.

—Katsumi-san, no te lo he preguntado últimamente pero, ¿cómo vas con Tokito-kun?

Casi me caigo con una piedra y Rui antes de ayudarme a mantener el equilibrio, comenzó a reírse a grandes carcajadas.

—Lo siento, es solo que siempre te ocurre algo cuando hablamos de él.

—Sinceramente, no lo sé, ¿qué debería hacer? Tokito-kun es una persona distraída, y sé que conmigo es muy diferente a como trata al resto pero, ¿significará eso que le gusto?

—Sabes amiga mía, los hombres no siempre son los que deben dar el primer paso, a veces nosotras debemos hacerlo. Kanroji-san, es una especialista en esas cosas, pero jamás ha tenido una relación ideal, realmente espero que encuentre a ese alguien. —suspiró—. Volviendo al tema, ¿por qué no le dices tú lo que sientes?

Me quedé callada, Rui tampoco esperó una respuesta de mi parte, simplemente se despidió de mí y se fue hacia la finca de su maestra.

Caminé tranquila hacia casa, regulando mi respiración. Para mi suerte, el sol todavía estaba en lo alto cuando llegué. Estaba ansiosa de ver a Tokito nuevamente, quería abrazarlo y agradecerle por todo, ya que sin él, no hubiera podido hacer esto.

Estaba apunto de poner un pie dentro de la finca cuando alguien me abrazó tan fuerte que sentí que mi cuerpo dolía. Alcé la mirada y me encontré con Tokito cerrando los ojos, sus labios temblaban un poco y yo me puse a llorar.

A la mierda la promesa, llorar es de humanos, llorar no significa ser débil.

Me abracé a Tokito mientras lloraba como una bebé.

—Estoy tan feliz. Bienvenida a casa.

—Estoy de vuelta. —susurré entre llantos.

"NIEBLA" muichirou tokito x Lectora [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora