HACKER [Min Yoongi]

40. Paciencia

una semana después
MYG

Mientras los días seguían pasando, mi paciencia seguía disminuyendo. ¿Es normal que a una persona le tome mucho tiempo hablar con su novio?

Desde que pasó la fiesta, __________ no ha mencionado nada sobre In Ho, a pesar de ser un tema relevante para ambos.

Subí a mi cuarto aburrido y me acosté en mi cama unos segundos, antes de tomar mi teléfono.

Debía ir a la universidad por unos documentos en unas horas, pero no tenía ánimos de levantarme. Suspiré y me acerqué hasta mi computadora.

—Genial, no tiene batería.

Conecté el cargador a el aparato, mientras me quitaba la ropa para darme una larga ducha.

...

—¿Es necesario que te acompañe?

—Hoseok... sabes mejor que nadie cuánto odio el papeleo y esas cosas, es mejor que me ayudes —apreté su hombro— ya que eres mi mejor amigo.

—Está bien, lo haré.

Sonreí y seguí a mi amigo hasta la sala de maestros, dónde también esperaban algunos compañeros.

Hoseok salió unos minutos a buscar algo para comer, dejándome solo en una silla. Aburrido, tomé mi teléfono para enviar otro mensaje a mi novia, ya que no había respondido los anteriores.

El cabello alborotado de un chico me llamó la atención, haciendo que levantara unos segundos mi vista del teléfono, encontrándome con In Ho de espaldas.

No quería causar alguna escena, así que ignoré completamente su presencia, suspiré cuando ví a mi amigo entrar.

—¿Aún nada?

Negué levemente levantando la cabeza, haciendo que Hoseok girara a ver detrás de el.

—¿Ya hablaron?

—Ella no me ha querido decir nada, y yo prefiero no asfixiarla con preguntas innecesarias... tal vez.

—No se Yoongi, pero deberías hacerla hablar.

A los pocos segundos me nombraron, haciendo que me acercara hasta el extremo de la sala junto a Hoseok.

Se que ya estoy bastante grande como para sacar mis documentos yo solo, pero es complicado y me molesta perder mi tiempo en esto.

Firmé algunos papeles, antes de terminar con todo este asunto y salir de una buena vez.

—¿Ya te irás?

—No, voy a esperar a __________.

Hoseok asintió caminando lejos de mi. Me gradué hace unos días, pero eso no significaba que no podía poner un pie en la universidad.

Caminé hasta el mismo árbol donde había iniciado una relación amorosa con mi ahora novia, sonreí.

Realmente no faltaba más de 20 minutos para que ella saliera, así que esperé sentado, viendo cómo varias personas ya salían.

—¿Yoongi?

Giré a dónde se escuchó la voz, encontrándome con los bellos ojos de __________, quien parecía sorprendida de verme.

—¿Qué haces aquí? —se acercó aún más—

—Tenía que recoger unos papeles, y alguien no respondía los mensajes.

—Ah, sobre eso... perdí mi teléfono.

Me levanté rápidamente del pasto, viéndola fijamente: —¿Por qué no me lo habías dicho, o a alguno de los chicos?

—Lo olvidé —levantó ambos hombros—.

—¿Cómo olvidas algo así? —suspiré— olvídalo, debemos hablar.

—Debemos, si, pero hoy no puedo.

—Parece que me estás evadiendo.

—No Yoongi, es solo que tengo mucha tarea acumulada.

—Pues parece que no quieres verme.

La chica cruzó sus brazos mientras yo la seguía viendo fijamente, parecía estar ocultando algo... otra vez.

—Entonces me voy. Hablaremos cuando tengas tiempo, supongo.

Pasé a su lado haciendo que se girara a verme, aunque aún así, decidí no voltear a verla.

Me estaba cansando de lo mismo, es tan repetitivo que aburre, no siempre podré descifrar lo que ella esté intentando decirme.

Antes de llegar a casa, compré algo de alcohol para intentar relajarme.

—Si no me dirá por las buenas, entonces por las malas será.

Estando en casa, subí inmediatamente a mi cuarto azotando la puerta a mi paso.

Tomé la computadora e intenté entrar a la información de su computadora, pero nuevamente había puesto una contraseña.

Suspiré sacando alguna lata de cerveza mientras hackeaba su contraseña por segunda vez.

Dejé de prestar atención a los miles de números y códigos que aparecían en mi pantalla cuando una notificación iluminó mi pantalla.

—¿Dejó su correo abierto?

Sin querer abrí el mensaje, viendo algo desagradable no solo para mí, si no que tal vez para ella también lo era.

Lancé la lata hacia mi izquierda, derramando lo poco que quedaba en ella.

Estaba tan enojado que no había prestado atención a mi computadora, la cual tenía un mensaje, permitiendo que cambiara la contraseña, aunque no lo hice... aún.

Está mal que quiera hackearla de nuevo, ¿no?