Cambiando al Playboy [EPEMMA 2]

13. Capitulo

No veia absolutamente nada con claridad, estaba tan ebria que no sabia ni contar hasta cinco. hacia ya tiempo que Harry me habia dejado en el hotel donde compartia habitacion con Nate, pero el no estaba aqui.

Seguro que se ha ido con esa zorra de Laureen, nada como sexo a las tres de la mañana para poder dormir agusto.

Aun no comprendo como el puede ser así. ¿Cómo puede una persona decirle a tantas chicas que las ama sin sentir nada? O el simple hecho de ser un playboy y jugar con los sentimientos de los demás.

Los minutos siguen pasando tan lentos. El movil es mi mejor baza para sobrevivir al aburrimiento ya que morder no tiene planeado hacerme una visita esta noche por lo que veo.

Busco por la habitación mi movil hasta que lo encuentro metido en mi bolso y sin batería. Mierda, alguien pudo llamar y yo ni siquiera me di cuenta. Rápidamente tomo el cargador de la mesita de noche y dejo que cargue mientras voy a la nevera por un zumo de naranja fresco.

El movil comienza a pitar, no una, ni dos, ni tres veces, pita hasta llegas a las cincuenta y siete veces y a partir de ahí dejo de contar y voy a ver quien demonios ha llamado o me ha escrito.

La mitad son whatsapps de Nate y Catlyn. Un par de llamadas de Molly sin mensaje. Un SMS de Harry y eso es todo por ahora. Al parecer el Playboy estaba preocupado por lo que a mi me pasara, pero a mi eso me da igual, seguramente estuvo con la zorra hasta que se dio cuenta de que yo existía en un mundo lejano y paralelo al suyo.

Pulso el botón de llamada y los pitidos comienzan a sonar. Una señal. Dos señales. Tres señales...

- ¿Donde coño estas me tenias asustado? - río y el silencio de mi risa inunda la habitación oscura en la que me encuentro.

- Calma playboy - digo riéndome agitadamente - Estoy en el apartamento. ¿Y tu? ¿Estas con la zorra? - cuestionó, pero esta vez ya no me río, solo siento un profundo odio mezclado con algo así como celos.

- ¿Que? - pregunta pareciendo confundido.

- Olvídalo - musito sintiendo como las lagrimas se derraman por mis ojos. No soy una chica de hierro ni nada parecido. Soy de carne y hueso y me duele cuando me mienten y me manipulan, mas si se trata de Nate. El no es un simple chico. Es una especie de dios que consigue sacarte una sonrisa aun cuando no se lo merece.

>> Sabes que te quiero, te quiero mas de lo que he querido a nadie en toda mi vida y aún así tu te vas con laureen a la más mínima oportunidad. Siempre te he dado todo, te di una semana para cambiar Nate, pero tu sigues siendo exactamente el mismo chico que conocí hace cinco años. Sigues siendo un playboy, el maldito playboy que no sale de mi cabeza y del que estoy tremendamente enamorada - continuó a la vez que siento que esta todo terminado. Siento como las miles de lagrimas corren por mis mejillas dejando un rastro de rímel que será difícil de borrar.

Lloro e hiper ventilo. Lloro por tristeza, por que le amo y el ha hecho conmigo lo que ha querido. Lloro de alegría por los momentos bonitos que hemos pasado juntos después de tanta basura. Lloro por todo, por lo bueno, por lo malo. Por el pasado, el futuro y el presente. Se que nunca conoceré a nadie como Nate. Pero también sé que si me quedo con el corro el riesgo de salir peligrosamente herida.

- La apuesta nunca termino. - murmuro sintiendo un calor del alcohol en mi cuerpo - Me enamoraste. Perdí, siempre perderé contra ti y todos lo saben. Te quiero como eres. Amo que seas un playboy seductor conmigo, pero eso significa que lo eres y serás con el resto.

>>Te amo, pero amarte a ti significaría odiarme a mi misma así que prefiero odiarte a ti. Quizás algún día lo supere. Cinco años no han sido suficientes - sonrío nostálgica sorbiendo los mocos que intentan escapar de mi nariz - Te amo, ni cinco ni miles de años son suficientes para olvidarte Nate. Eres el amor de mi vida y no me arrepiento de ello, de lo que me arrepiento es de haber creído todas tus mentiras - y sin darle mas vueltas cuelgo. El no puede formular palabra, si lo hace mi decisión peligrara y volveré a sus brazos, algo que debo de evitar a toda costa.