4. Capítulo

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Me encantaría poder decir que me he levantado con la luz del sol iluminando mi cara y que el bello sonido del cantar de los pajarillos sean mi nueva alarma. Pero tristemente la realidad es completamente diferente a lo que sucede en mi mente. Son las siete de la mañana y mi móvil acaba de empezar a sonar con el tono de una alarma de incendios para que me despierte y yo pueda ir a trabajar puntualmente y así no llevarme la gran bronca del siglo. Si algo ha cambiado en estos últimos cinco años es que he desarrollado un gran amor por mi cama. 

Por lo general, Harry es de los dos el que siempre se levanta antes y la regla dicta que casi siempre es el, el que me trae un delicioso desayuno a la cama ya que casi que sale una hora antes que yo para ir a trabajar....pero espera un momento...Harry y yo ya no estamos juntos, ayer mismo decidimos darnos un poco de espacio, entonces si yo no estoy con Harry, ¿Quien esta al otro lado del colchón? Mierda, las copas con Nate anoche...

- Buenos días - Oigo como mis miedos se hacen realidad. Estoy en la cama con Nate. No me he podido acostar con el. ¿O si?

 - Buenos días - Digo casi en un susurro intentando moverme lo mas minimo humanamente posible. Por favor tierra, este es un buen momento para tragarme.

 En un rápido gesto que no me da tiempo a prevenir su mano acaba abrazando mi cadera atrayéndome mas hacía el lo que hace que su cara encaje perfectamente en el hueco que hay entre mi hombro y mi cabeza, dejándome así notar su amplia sonrisa pegada a mi cuello. Sinceramente, no ha habido una mañana en la que no extrañe despertarme en los brazos de Nate, por muchas cosas que el haya hecho, yo siempre le querré, es mi naturaleza.

 - Tengo que irme a trabajar o Catlyn me matara - susurro aun sin el valor suficiente para poder darme la vuelta y mirarle a los ojos. Sin meditarlo muchas veces salgo de la cama y aparezco con una amplia camiseta de color gris con las letras de "ARMY" impresas en ella en color negro, la camisa para mi suerte cubre hasta la mitad de mis muslos. - ¿Como ha llegado esto aquí? - Preungto estirando la camisa ante los curiosos  ojos de Nate, no recuerdo haberme quitado la ropa.

 - Debería dejarte con el beneficio de la duda - dice el enterrando su cabeza entre las numerosas almohadas. Yo me siento en el borde de la cama como si fuera una india, planeo sacarle la verdad a base de miradas de muerte. - Es de mala educación mirar a la gente mientras duerme.

- Es de mala educación no contarle a tu.... - ¿Que es lo que somos ahora mismo? - Es de mala educación no contarme lo que paso anoche. - Decido cambiar por completo mi mas que pésima elección de palabras

- Te pasaste con la bebida - empieza a explicar - Decidimos coger un taxi entre los tres, Cat fue la primera en bajarse luego se suponía que seria tu turno para llevarte a casa pero estabas dormida y fue imposible despertarte, empecé a silbar, te tire los restos de una botella de agua, el conductor te abofeteo un poco, pero cuando duermes es imposible despertarte...

-¡¿QUE USTEDES HICIERÓN QUE?! - medio grito medio pregunto, ¡estos dos se atrevieron a pegarme y a echarme agua mientras yo dormía!

- El caso, que no sabía donde estaba tu casa así que decidí que podrías pasar la noche en mi apartamento - evita contestar mi pregunta. Será capullo. Decido hacer la vista gorda del tema, ya me la devolverá, tengo dos semanas para hacerle sufrir. Decido señalar la camisa que llevo puesta enarcando una ceja, aun no hemos llegado a esa parte de la historia. - ¡Ah si eso! - Exclama como si se le hubiese olvidado - Te quite la ropa y te puse una de mis camisetas no podía dejar que te quedases con la ropa húmeda, habrías mojado las sabanas y yo hubiera pasado un frió horrible. - Mi boca forma una gran "o".

- ¿Tu me quitaste la ropa? - pregunto incrédula ante su declaración.

- No es la primera vez que lo hago... - contesta el con desgana. Decido que hoy no es el día de las peleas, no tengo fuerzas, mi cabeza duele y tengo que estar en el trabajo en menos de una hora. Asiento con mi cabeza y salgo del cuarto hacía lo que parece un baño. Necesito un rato para mi, para pensar en los acontecimientos de la noche anterior y dejarme hecha un pincel, si Catlyn viera los ojos de mapache que tengo seguro que le daba un ataque al corazón o algo.

Cambiando al Playboy [EPEMMA 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora