Capítulo 19

1.8K 190 15
                                    

Pasaron tres días juntas en París, los mejores de su vida diría.

Los tres días más maravillosos que Jennie hubiera podido soñar, si su imaginación hubiera sido capaz de recrear semejante felicidad, cosa que no había sido así.

La alegría y el amor que le proporcionaba estar con Lisa iban mucho más allá de todo lo que hubiera podido imaginar.

Despertaba por las mañanas con sus caricias y sus besos, que la dejaban flotando en una nube de sensualidad.

Pasaban el día disfrutando juntas de la ciudad que Jennie conocía tan bien, y tuvo el placer de mostrarle a Lisa tesoros de ella que Lisa no había visitado antes.

Solo una vez hubo una sombra en su felicidad juntas, y fue una tarde en la que caminaban del brazo por el barrio viejo.

Cuando Lisa se detuvo en la puerta de uno de los grandes edificios y miró, Jennie pensó al principio que lo hacía simplemente para admirar la estructura de aquel edificio.

—Es un edificio hermoso, ¿Verdad? —comentó Jennie.

El rostro de Lisa se ensombreció.
—Aquí era una de las locaciones donde vivía mi padre.

La amargura de su voz hizo que a Jennie le doliera el corazón.

¡Qué suerte había tenido con sus padres, que le habían dado tanto amor!

No podía soportar pensar en lo que debía de había sufrido Lisa con el rechazo de su padre y en cómo debía de haber anhelado aquel cariño que le había sido negado cuando era pequeña.

—Siento mucho que tuvieras que sufrir así —le dijo Jennie con suavidad—. Pero tu padre se infligió a sí mismo una pérdida terrible al rechazarte.

Podría haber tenido tu cariño, haberte visto crecer a su lado, pero fue demasiado ciego para verlo.

—Eso fue elección suya —repuso Lisa, dando el tema por zanjado.

Jennie había aprendido a reconocer que, con excepción de las breves ocasiones en las que algo rozaba la herida abierta todavía en su interior causada por su padre, Lisa prefería no hablar ni de su padre ni de su infancia.

—He estado muy ocupada trabajando.

Esa fue su respuesta a la escandalizada incredulidad de Jennie cuando ella cambió de tema y descubrió que Lisa no había visitado nunca el Palacio de Invierno ni el museo con su fabulosa colección de arte.

—Pues lo visitarás ahora —declaró Jennie—. Porque hay algo que tienes que ver.

Ese «algo» era la Habitación Malaquita, que, como le explicó Jennie con orgullo cuando fueron a verla al día siguiente, había sido diseñada para que fuera utilizada como salón de recepción.

—Reemplazó a la Habitación Jaspe  —le dijo—. En cuanto te vi, pensé que aquí te sentirías como en casa —añadió con una sonrisa.

Lisa hizo una mueca en su interior.

—Me gusta como tus ojos—prosiguió Jennie—. Tienen un brillo muy especial y se nota más, cuando me haces el amor —dijo con voz baja—, brillan con un fuego, y me dicen que me deseas tanto como yo a ti.

¡Oh, Lisa, qué feliz me has hecho! Mucho más feliz de lo que nunca habría creído posible. ¡Ojalá pudiéramos quedarnos más tiempo en París!

—A mí también me gustaría, pero tenemos que volver a Londres mañana.

—Supongo que tienes negocios pendientes —musitó Jennie.

—Tengo negocios —asintió Lisa—, pero eso no me impediría permanecer aquí.

Designio Fallido (Adaptación Jenlisa G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora