Designio Fallido (Adaptación Jenlisa G!P)

Capítulo 17

Cuando se cumplía exactamente la hora que le había dado Lisa, Jennie terminaba de perfumarse, y llamaron a la puerta del dormitorio.

Cuando abrió la puerta, encontró a Lisa al otro lado, vestida de un modo reluciente, como si hubiera adivinado que ella elegiría también ropa formal.

Jennie movió la cabeza y señaló su vestido.
-¿Cómo...?

-Magia, puedo leer tus pensamientos gatita -bromeó Lisa, que se negó a decir más.

Le ofreció la mano para llevarla a su lado.

-No me puedo creer que esté ocurriendo todo esto -musitó Jennie, encantada cuando Lisa la guiaba escaleras abajo.

-Créelo -le dijo Lisa. Cruzaron el vestíbulo de mármol y a continuación la sala de estar hasta el comedor situado más allá, donde había una camarera vestida de blanco inmaculada preparada con la mesa puesta con lo que obviamente eran porcelana y cristal caros.

Media hora después, cuando les habían servido un primer plato de entrada y Lisa había insistido en que brindaran con champán, Jennie la miró con adoración.

-Tú lo has hecho todo perfecto. Traerme a París, esta casa, mi ropa... No me puedo imaginar nada mejor.

Hubo una pausa expresiva, durante la cual Lisa la miró a los ojos, deslizó después la mirada hasta sus labios y la dejó allí.

-Espero que eso no sea verdad -musitó Lisa-. Porque puedo asegurarte que yo sí puedo, y espero que antes de que termine la noche no sea solo en nuestra imaginación donde hayamos vivido todo.

Jennie suspiró y tomó un trago de champán.

Deseaba mucho a Lisa, mucho más que la cena. Mucho, mucho más. La deseaba tanto en aquel momento que.....

Dejó en el plato el tenedor de comida que estaba a punto de comer, pues la excitación que sentía en la boca del estómago se fundía en un anhelo caliente.

-¿Qué ocurre? -preguntó Lisa, señalando la comida que había dejado en el plato-. No te gusta la comida.

-No tengo hambre -respondió Jennie. Alzó la vista con valentía y la miró a los ojos-. Al menos de comida.

Lisa la miró mucho tiempo sin decir nada que Jennie se preguntó si había entendido lo que quería decir.

O, peor aún, si Lisa había entendido y no le gustaba que fuera tan directa.

Estaba en territorio que no conocía. Pero no se arrepentía de lo que había dicho.

Sus directas palabras mantuvieron a Lisa un momento inmóvil en la silla.

Estaba acostumbrada a que las chicas se le insinuaran abiertamente, e igual de acostumbrada a los trucos que usaban cuando querían parecer más sutiles, pero la abierta sinceridad de las palabras de Jennie, combinada con su incertidumbre, la conmovieron y liberaron algo en su interior....... una punzada repentina de algo que se parecía a ternura.

Una ternura protectora que no tenía derecho a existir y que desde luego Lisa no quería que existiera, así que se dispuso a luchar contra sus sentimientos.

Otra sensación igual de poco familiar y de poco deseada siguió rápidamente a la primera..... esa vez para reconocer que podía parar allí, olvidar sus planes, desengañarla con gentileza y facilitarle que se alejara de todo y de ella con solo el corazón herido.

Pero ¿Renunciar a sus planes? ¿A su objetivo? ¿A toda la razón de ser que había dictado su vida adulta? ¿Y por qué? ¿Para evitar ver sufrir a Jennie una chica que no significaba nada para ella? ¿Se había vuelto loca?