Jennie se disponía a ir a su habitación para cambiarse cuando llegó un repartidor de la sucursal de una de las joyerías más famosas del mundo.
La sirvienta que abrió la puerta parecía mucho más entusiasmada que ella cuando le llevó una bolsa que contenía cuatro cajas bellamente envueltas.
Jennie se las llevó a su habitación para abrirlas.
Al parecer, su hermana había decidido que necesitaba joyas para el evento de aquella noche.
Quizá a otra chica se le habría alegrado el corazón al pensar en tener joyas nuevas, pero Jennie sabía que nada podía alegrar el suyo.
A pesar de ello, cuando abrió la primera y mayor de las cajitas de cuero, tuvo que admitir que la belleza del collar que había dentro la dejó sin aliento.
De hecho, no creía haber visto nunca algo tan exquisito y elegante, con cada uno de los diamantes tan puro que la cegaba la luz que se reflejaba en ellos.
La joya, nada ostentosa, era intencionadamente sencilla y diseñada por la marca más prestigiosa.
Una sonrisa trémula asomó un momento a sus labios.
Obviamente, Jisoo la comprendía mejor de lo que ella creía.
Aquel regalo expresaba que sabía lo que pensaba y, lo más importante, lo que sentía.
Había incluso una nota dentro de la caja que confirmaba que los diamantes eran de comercio justo.
En las otras cajas había dos pulseras a juego con el collar con un dije de un gatito y unos pendientes.
Sin duda Jisoo había sido muy considerada al sacar tiempo de su ajetreada agenda para elegir un regalo tan hermoso, pero el único regalo que de verdad quería ella de su hermana era que la liberara de un matrimonio que sabía que la destruiría.
¿Cómo podría vivir al lado de Lisa día tras día sabiendo que la amaba, pero sabiendo que Lisa nunca correspondería a ese amor y, lo peor de todo, sabiendo lo que ella podía haber sido pero había elegido no ser?
El vestido de noche que llevaba era de seda, de un tono suave, diseñado de tal modo que insinuaba las curvas de su cuerpo en lugar de resaltarlas intencionadamente.El vestido, de escote alto y manga larga, se abría casi hasta la cintura en la espalda y, aunque era discretamente sensual y no deliberadamente provocativo, Jennie se alegraba de que tuviera un chal a juego por si sentía que mostraba más de lo que le resultaba cómodo.
Para lucir mejor los pendientes nuevos, se había recogido el cabello con un par de peinetas de plata que había regalado su padre a su madre.
Había completado el atuendo con sandalias plateadas de tacón alto y un bolso Chanel plateado a juego.
Acababa de rociar el aire con su perfume favorito y pasar a través del modo que creara una delicada nube de aroma a su alrededor al moverse, cuando Jisoo llamó a la puerta y entró, vestida de gala y muy atractiva.
Jennie pensó que era una mujer extremadamente bien parecida, pero sus modales de autoridad a menudo hacían que las demás personas la miraran con temor.
—Lisa llegará en cualquier momento —dijo Jisoo.
Miró el reloj de oro que llevaba, que había sido de su padre.
Jisoo podía ser autoritaria, pero Jennie nunca había dudado de su amor por su padre.
—Le sugerí que debíamos llegar las tres juntas a la villa.
Jennie asintió con la cabeza. La mera mención del nombre de Lisa bastaba para hacer que le doliera el corazón.
—Gracias por las joyas Jisoo —dijo Jennie. Se tocó el collar y luego las pulseras—. Son preciosas, pero no deberías haberte molestado en eso.
—Yo, no lo he hecho —respondió Jisoo enseguida.
Jennie la miró confusa.
—¡Oh, no! —dijo con desmayo—. Eso significa que eran para otra persona.—No lo creo. Estoy segura de que eran para ti, Jennie. Pero no soy yo la que las ha elegido para ti.
Más bien creo que son un regalo de tu futura esposa. ¿Algo con lo que con memorar su éxito, tal vez?
Jennie la miró.
Entró la sirvienta para decirles que había llegado Lisa y las esperaba en la sala de estar.
Ya era demasiado tarde para quitarse los diamantes, que ahora le parecían un peso frío sobre la piel, un peso que la unía a Lisa.
Eran un vínculo que deseaba rechazar pero no podía… igual que no podía rechazar ni escapar a su amor por Lisa.
Cuando Lisa vio a Jennie con las joyas que con tanto cuidado había elegido para ella, le dio un vuelco el corazón con una mezcla de dolor y placer.
Jennie cada vez era más linda, y el brillo luminoso de sus ojos gatunos había desaparecido, pero seguía siendo increíblemente hermosa.
Una mujer hermosa tanto por fuera como por dentro.
Y sin duda Lisa anhelaba con fuerza lo que había perdido, el derecho a acercarse y tomarla en sus brazos.
Salieron de la suite y entraron en la limusina sin que Jennie se molestara en mirarla ni en dirigirle la palabra.
¿Pero qué esperaba?
Jennie había dejado muy claro lo que sentía por ella y por su matrimonio, ¿No?
Jennie sabía que en algún momento de la velada tendría que dar las gracias a Lisa por su regalo y felicitarla por su éxito al conseguir el contrato.Era cuestión de buena educación.
Miró por la ventana tintada del vehículo y dejó que su hermana y Lisa hablaran entre ellas en voz baja, sin duda de asuntos de negocios, mientras cruzaban la ciudad hacia el sur.
Jennie suspiró cuando entraron en el largo camino que llevaba a la casa.
Tanto el camino como la casa estaban iluminadas en una serie de colores cambiantes.
En invierno quizá el efecto hubiera resultado atractivo, pero en ese momento las luces brillantes parecían chocar con la delicadeza de la luz natural que acabaría por decaer.
Con tantas personas importantes invitadas a la fiesta, tuvieron que esperar en la limusina a que les llegara el turno de pasar por la alfombra roja.
Cuando salieron del vehículo, Lisa se situó a su lado y le puso la mano en el codo mientras Jisoo se quedaba un poco atrás.
Jennie sintió temblar todo su cuerpo cuando Lisa la tocó.
Temblaba de anhelo y no de rechazo, que habría sido más lógico.
En la parte superior de las escaleras de mármol blanco de la villa no esperaban sus anfitriones para recibirlas sino un mayordomo, que les tomó los abrigos y dijo sus nombres a otro mayordomo colocado al pie de otra gran escalinata.
Al final de esa escalinata las recibió su anfitrión.
El modo en que las saludó hizo que a Jennie le resultara evidente que tenía una elevada opinión de Lisa y Jisoo.
La segunda anfitriona, aunque increíblemente hermosa, parecía algo petulante y aburrida… hasta que vio a Lisa y Jisoo. Entonces abrió mucho los ojos y dedicó a ambas una sonrisa sensual de bienvenida.
La puñalada de furia que sintió Jennie cuando la otra mujer sonrió seductoramente a «su» chica hizo que se llevara una mano al corazón como para parar su galope salvaje.
Ahora, para colmo, estaba celosa de que otra chica sonriera a Lisa.
Lisa la miró y frunció el ceño.
Jennie parecía muy frágil, con la cara pálida y sombría.
Le tendió la mano, pero Jisoo le estaba diciendo algo y Jennie se volvió para escucharla.
Lisa se dijo que era natural que prefiriera a Jisoo ya que era su hermana y además teniendo en cuenta todo lo ocurrido.
Pero Lisa tenía intención de compensarla por todo… de arreglar las cosas con ella.
O al menos arreglarlas todo lo que pudiera para que Jennie volviera a ser feliz.
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Designio Fallido (Adaptación Jenlisa G!P)
FanfictionLa empresaria Lalisa Manoban tenía una rival, la multimillonaria Kim Jisoo. Por suerte, Jisoo tenía un talón de Aquiles: Su hermana Jennie, a la que protegía a toda costa. El plan ideal de Lisa era seducir a la encantadora Jennie Kim y, cuando hubi...