Capítulo 8

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- Sasuke -le llamó una chica de cabellos rosados, ambos se encontraba en la coalición y habían dejado un reporte a la alfa- ¿Puedo hablar contigo? -El moreno se extrañó de su petición ya que era la primera vez que le pedía hablar a solas- acompáñame hasta el hospital -se acercó a él, antes de volver a abrir la boca miró hacía varios sitios- Mira Sasuke, eres la pareja de mi mejor amigo por eso también me caes bien, le hace feliz, pero quiero contarte algo. Bueno advertirte -se queda quieta en medio del camino- ¿Sabes algo sobre el Kyubi?

- Todo lo que sé es que es real y que está dentro de la alfa y de Naruto. Aunque no entiendo cómo puede estar en dos cuerpo a la vez -esa duda lo había tenido despierto una noche y a la única conclusión que llegó era que lo descubriría con el tiempo.

- Eso es porque el poder se ha dividido en dos. Al igual que lo hará cuando Naruto tenga un hijo y este cumpla los 13 años... -se queda callada un rato dejando un silencio un poco incómodo- Bueno, no es de eso de lo te quiero hablar sino del comportamiento que les provoca a las personas que lo poseen cuando tiene pareja -que la chica hablara con normalidad sobre Naruto teniendo un hijo le molestó, sabía que Naruto no le sería infiel pero el pensar en la descendía de él le molestaba.

- ¿Qué quieres decir? -preguntó ya que sabía que no llegaba al grano y solo tanteaba el terreno.

La mujer respiró profundamente antes de hablar- a los Kyubi el sentimiento de protección de la pareja es muy alto, tú mismo has sentido cómo se comporta Naruto al tenerte cerca, es muy posesivo. Mi madre me dijo que la alfa hizo lo mismo con su pareja pero que ambos pudieron soportarlo. Naruto querrá controlarte, saber dónde estás, tenerte cerca... algo así como si tú fueses su droga. Él no querrá separarse de ti de ninguna manera. No sé si te lo han dicho pero se ha enfrentado a la alfa cuando te fuiste, él quería salir a buscarte -Sasuke estaba con el ceño fruncido- puede que resulte molesto pero es tu pareja y espero que puedas soportarlo.

- ¿Va a ser así siempre? -por mucho que amara a Naruto no estaba dispuesto a ceder su libertad.

- No lo sé, creo que mi madre dijo que cuando tuvieron a Naruto fue que la alfa se comenzó a tranquilizar -enseguida miró a Sasuke, este tenía la cabeza agachada parecía pensativo- aunque claro mi madre es un despiste por lo que seguro fue antes. Le preguntaré a algunas personas de confianza y después te lo diré -Sakura fue corriendo hacía su puesto de trabajo, huyendo de dar una respuesta.

Sasuke la dejó marcharse sabía que no le diría mucho más. Tenía que conseguir información sobre el comportamiento del Kyubi, el ama a Naruto pero no puede quedarse siempre con él. Pensando más se dio cuenta de que cuando salía de misión de unos pocas horas parecía soportarlo pero cuando era de periodos largos se apegaba a él, no se había dado cuenta ya que le gustaba que sea atento con él. Lo dicho antes, tenía que conseguir información ¿pero de quién?

Deidara y los demás estaban a punto de cruzar la puerta que daba inicio a Soleil. Deidara se había cubierto por una gorra y gafas no sabía si su abuelo había mandado buscarlo por llevarlo de nuevo e imponerle un castigo. No fue difícil el cruce los guardias solo miraron a Sasori y Sai. Ni siquiera abrieron la ventanilla para hablar solo le señaló para que continuara conduciendo.

- Que fácil nos han dejado pasar -pensó Deidara en voz alta.

- Eso es porque llamé antes y dije que traería a unos teriántropos conmigo para darle clases. Aunque sí, supongo que mi abuela me quiere ver rápido.

Sasori comenzó a conducir por las calles, el lugar parecía ser antiguo la mayoría de las casa estaban acopladas al ambiente arenoso, todas parecían estar hecha de una materia parecida, algún que otro edificio sí que parecía estar hecho de otro material como madera o cemento, aunque se podían contar con los dedos de una mano. No había arboles cerca, realmente parecía el desierto y el recorrido que hicieron hasta llegar también lo era. No había árboles frondosos eso ocasionaba que hiciera bastante calor. Para su suerte pronto paró el coche y pudo estirar las piernas.

Un halcón resentido y un cuervo solitario [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora