Capítulo 22: Tienda de Campaña

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...sólo para aquellos dispuestos a escalar...


El hombre no podría haber hecho suficiente hincapié en la parte de escalada. Era un camino con algunos tramos con escalones cortados en la piedra. Había agujeros tallados a mano en la roca donde los empinados escalones se aferraban a una pared de roca.


"Mantén tus ojos en mí, P'Arthit. No mires hacia abajo, y estarás bien."


Arthit mantuvo su palabra. Ni una sola vez se asomó a la caída debajo de él. Kong se había detenido un momento y estaba recuperando el aliento. Arthit extendió la mano y puso su mano sobre la parte baja de la espalda de Kong. "Si hubiera sabido que era así, podría no haber elegido este lugar, Kongpob."


Kong le toco la cabeza a Arthit y dijo, "¿No leíste ninguno de los papeles que el tipo te pidió que firmaras?"


Arthit estaba pálido, " Pensé que era solo rutina. Como cuando haces clic en el botón para aceptar un nuevo programa." Arthit estaba agarrando la parte de atrás de la camisa de Kong. "Nadie lee esas cosas."


Era casi vertical en algunos tramos de ascenso, y el camino hacia arriba no era más que una escalera cincelada. Kong le tendió la mano a Arthit y lo levantó. Se sentaron en la hierba y descansaron. Necesidades básicas, sí, pero Arthit trajo agua. Según el mapa, estaban en la cima. El lugar donde podían montar su tienda estaba a solo cinco minutos más de distancia.


Kong trató de explicar los símbolos, pero Arthit lo miró fijamente. Agarro el mapa, lo dobló y se lo metió en el bolsillo.


Arthit le sonrió una dulce sonrisa. "No necesito saber eso Kong. Para eso te tengo a tí."


Había toneladas de árboles separados y de todos tamaños. El suelo del bosque estaba cubierto de arbustos en flor. Todo era rico y verde, pero la belleza dominante aquí era la vista.


Kong se dio la vuelta para decirle algo a Arthit. Fuera lo que fuera, dejó su cerebro en el instante en que vio lo que había detrás de Arthit. Mirando hacia el norte, podían ver todo Koh Chang y, en la dirección opuesta, el abierto Golfo de Tailandia con las muchas islas hermanas que salpican la magnífica agua azul.


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El sol brillaba en sus ojos. Kong extendió la mano agarrando los hombros de Arthit con ambas manos. Ahora Kong podría abrazarlo. "P'Arthit, siempre tienes las mejores ideas. Qué lugar tan bonito."

Arthit y Kongpob: Vida de Casados (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora