Capítulo 16: Deseos Fríos

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"Kong! ¿Me puedes ayudar?"


"Sólo un segundo P'Arthit. Déjame bajarle la lumbre a la sopa para que no hierva."


Kongpob podía oír a Arthit hablando consigo mismo. Cuando entró al baño, pudo ver por qué.


"No puedo abrir esto."


Kong tomó el tubo de plástico. Arthit ya había tirado una de las mismas cremas a la basura.


"Tengo que ponerme los lentes P'. Esta impresión es microscópica."


No sesenta segundos después, Kong estaba de vuelta, y el tubo estaba abierto. Lo sostuvo, "a prueba de niños"


"No, Kong, quiero que me pongas la crema en la espalda. Estoy seco y agrietado."


"No lo estas." El tono de Kong reflejaba su diferencia de opinión.


Kong comenzó a aplicarlo en sus hombros. El brazo de Arthit señaló detrás de sí mismo. "Aquí abajo, también Kong." 


"P'Arthit, puedo decirte que la piel está perfectamente suave. Ni siquiera tienes pelo ahí. Yo los sé muy bien."


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Kong estaba detrás de Arthit, mirándolo directamente en el espejo. Su sonrisa manchada de sórdidos deseos y objetivos. Él guiñó un ojo.


"Besé todo esto anoche, y te aseguro que es como piel de bebé." Kong pasó las puntas de sus dedos en las vértebras más bajas de la espalda de Arthit, pero sus ojos aún estaban en los de Arthit. Su aliento caliente calentaba la parte posterior de la oreja de Arthit cuando hablaba.


"Sé lo que estás haciendo, Kong, ¡olvídate!" Arthit se enderezó un poco desde donde estaba apoyado en el mostrador. Movió los ojos de Kong al sink.


Sabiendo muy bien que no lo era, Kong de todos modos preguntó... "¿Qué pasa aquí? ¿Esto está seco también P'?"


Kong corrió el nudillo de su dedo índice hacia abajo y sobre la curva del fino culo de Arthit. Su voz ahora sonaba alterada. Arthit levantó la vista para ver y lo que vio fue el reflejo de su hombre.

Arthit y Kongpob: Vida de Casados (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora