Capítulo 13: Intereses Creados

561 55 40
                                    

Loco caliente es diferente a un caliente regular, o muy caliente. Sí, loco caliente es ese instante en que o te sangra la nariz o te desmayas por falta de oxígeno.


Kong optó por respirar. El show de Arthit acababa de empezar. Kongpob no podía tocarse a sí mismo por miedo a lo anterior. No quería ninguna de esas opciones. Todo su cuerpo hormigueaba como un pie que se durmió. Trató de sacudirse de ella, pero sólo pudo hacer un quejido.


Arthit estaba deslizando las palmas de sus manos sobre sí mismo de nuevo. Sus dedos se desviaron a través de sus costillas y rozaron ligeramente sus pezones. Arthit inclinó su cabeza hacia atrás mientras su mano pasaba por su cuello, estirándola, y tragó saliva.


Sus labios rojos, vueltos hacia arriba, ardían bajo la pequeña luz sobre su cabeza. Estaban húmedos y brillantes mientras los lamía.


Con sus manos subiendo y a los lados de su cabeza, Kong podía ver los bellos oscuros y húmedos de sus axilas. Kong respiraba profundamente. El color oscuro hizo resplandecer la pálides luminiscente de Arthit dando la impresión de que estaba iluminado desde el interior. Su seductor dejó caer su cara y miró directamente a los ojos de Kong.


Kong regresó a sí mismo, conteniendo la respiración de nuevo. Movió la cabeza, inhalando por la nariz, oliendo el champú de Arthit.


Arthit parecía saber todos sus pensamientos. Con los sentidos de Kong llenos de fresa, Arthit levantó sus pies del suelo. Se inclinó lo más atrás posible en el asiento, tirando de sus rodillas casi hasta el pecho, y luego enderezó las piernas en el aire.


Sus ojos fijos en ese punto donde las piernas de Arthit se encontraron con el resto de su cuerpo. Vio el capullo rosado de Arthit. El pene duro de Arthit metido entre sus muslos. Kong no solía hablar en los momentos cuando Arthit le repartia este glorioso regalo, pero hoy, soltó el nombre de Arthit.


Parecía distraerlo porque le quitó los ojos de Kong. Arthit se miró a sí mismo y bajó las piernas poniendo los pies en el suelo una vez más. Se movió y meneó para que todo volviera a su lugar.


Kong cubrió su boca con una mano y sintió la tentación de agarrarse a sí mismo con la otra. Abstenerse era agonía, pero nada iba a impedirle dejar que Arthit entregara los bienes. Esta noche se sintió diferente a cualquier otra. Kong se mordió el dedo.


Arthit ajustó el asiento para que pudiera recostarse y estirar su torso. Usó ambos pulgares y empujó la base de su herramienta, haciéndolo erguido. Sus músculos pectorales, acunados por sus bíceps, unieron sus senos. Hacía un calor indescriptible. La luz y el ángulo hacían que su pene se viera enorme. Lanzó una larga y amplia sombra sobre el muslo de Arthit.


Sus ojos estaban justo detrás de él, y se estaban quemando en Kong.


Arthit arrugó su nariz, sonrió, y luego agarró su eje con una mano. Hizo el primer, largo y lento golpe. Arthit rodó su amplio prepucio sujetado en sus dedos cuando deslizó la mano a la base.


Todo mundo piensa que Kongpob es el bromista. Ninguno de sus amigos pensaría que Arthit seria capaz. Todos han visto a Arthit sonrojarse con sólo unas palabras de Kong. Han visto a Arthit enterrar su cara en el cuello de Kong cuando sus oídos están ardiendo. Pero esto, esto es lo que realmente es, Kong se burla de una manera que nadie más sabría, y es mucho, mucho más insoportable que cualquier cosa que Kongpop le da a Arthit.

Arthit y Kongpob: Vida de Casados (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora