Sentada en el balcón comencé a necesitar unos cigarrillos para completar la velada, pero me avergonzaba pedirlos. Aunque Min me pareciera jodidamente encantador debía tener cuidado, aunque su sonrisa me transmitiera tranquilidad debía ser cuidadosa de no caer demasiado bajo, aunque sus ojos negros me miraran con deseo debía esperar ver a través de ellos.
-Me encanta el clima de este país – hablo despacio mientras se acercaba con un vaso relleno de un ron con hielo, ni siquiera me preguntaba cuál de todos era.
- ¿Cómo es el clima de tu país? – pregunté en voz alta y por dentro reí al vernos hablar del clima.
-Bastante frio – se sentó frente a mí y saco un cigarrillo y encendiéndolo con suma elegancia - ¿Deseas?
-Gracias – tome uno y el prendió el encendedor para mí. Cale hondo disfrutando de su efecto lentamente, eran diferentes de los cigarrillos que fumaba, pero me encanto.
- ¿Qué sucedió para que una chica como tú se vea en esta situación? – pregunto directamente ante mi silencio.
- ¿Una chica como yo? – le pregunte tratando de desviar la pregunta.
- Una hermosa y prometedora mujer – contesto sin pensarlo mucho – Se un poco sobre ti, lamento haber hurgado en tu pasado – levante las cejas, perpleja ante su sincera declaración de haberme investigado.
-Pues si me investigaste ya sabes porque lo hago – me encogí de hombros y tomé un trago largo dejando el vaso vacío y levantándome a buscar la botella. Cuando regrese él estaba observándome detenidamente como si quisiera averiguar más de lo que ya sabía.
- Tengo que decir en mi defensa que debía conocer mejor a quien deseaba – una sonrisa se cruzó con mi sonrojado rostro ya que olvide su atrevimiento al escucharlo decir que me deseaba.
-Pues entonces dime ¿Por qué pagar por mi virginidad? Según veo no necesitas pagar por absolutamente ninguna mujer – una carcajada ronca salió de su boca, sin embargo, no dejo de mirarme.
-Te desee desde que te vi, tengo muchos planes para ti – comento sin cambiar su expresión desvergonzada haciéndome bajar la cabeza inconscientemente – De hecho, hubiese lamentado no ser yo quien corriera con la suerte de tenerte.
-Me siento halagada – confesé tratando de que la conversación no muriese - ¿Qué planes tienes en mente?
-Pues prometí que cuando salieras de aquí no te acosaría, así que tengo pensado hacerte pasarlo tan bien que recurras a mí, otra vez – la carcajada salió de mis labios esta vez.
-Tu ego esta jodidamente alto – tome otra calada sin dejar de mirarlo, nuestras miradas se devoraban entre ellas sin dejarnos quitar la vista del otro. Estaba siendo absorbida por esos ojos chinos que habían logrado hipnotizarme.
- Me alegro ver que deseas esto y de que eres una mujer más fuerte de lo que me imagine – bebió de su vaso sin quitarme los ojos de encima – Hubiese estado decepcionado si estuvieses temblando de miedo.
-Tu físico me lo ha puesto fácil – le sonreí coqueta – No venia preparada para encontrarme con un hombre como tú – el levanto una ceja sin decir nada y me permití continuar – No creo que te buscare cuando salgamos de aquí, pero deseo disfrutar esta noche.
- No estés tan segura – me reto con una sonrisa, dejo caer el cigarro que sostenía dentro del vaso con alcohol y se levantó lentamente. Mi corazón comenzó una arritmia desenfrenada y mis nervios se adelantaron a los acontecimientos. Cuando estuvo frente a mí, apoyo sus brazos al espaldar del gran sofá, quedando más cerca de mí y obligándome a levantar la cabeza para poder mirarlo a los ojos – No soy un hombre que se rinde ante lo que quiere, pero prometí que estarías tranquila una vez salieras de aquí – su voz me engatusaba y el olor de su bebida hacia que su aliento me sedujera sin notarlo. Corto nuestra separación uniendo nuestros labios, al principio me tense debido a la repentina acción, pero fue inevitable seguir el delicioso beso. Sus labios danzaban con parsimonia como si degustara los míos y su lengua traviesa no tardo en participar, entrando en mi cavidad y logrando que sintiera como comenzaban a humedecerse mis bragas. Era jodidamente delicioso y estaba segura que, si esto era solo un beso y estaba así de dispuesta, cuando llegara el momento me derretiría completamente ante su toque.
El beso subió de intensidad y sin notar el momento exacto en que una de sus manos sostenía mi nuca y la otra acariciaba mi cara acalorada. Estaba a su merced, ese beso no era mi primero, pero estaba segura de que no lo iba a olvidar en mi vida. Cuando nos separamos fue por la incesante necesidad del oxígeno en nuestros pulmones, jadeantes nos miramos sintiendo como nuestros cuerpos nos pedían más, pero el solo se alejó con una sonrisa ladeada dejándome sin saber qué coño paso.
A los minutos volvió con un nuevo vaso de licor, pero la sonrisa seguía adornando su bello rostro.
-Realmente espero que lo disfrutes mucho y que vuelvas a contactarme – le mire tratando de transmitirle los deseos que tenia de que volviera a besarme – Porque sinceramente me encantas.
- ¿Estas tratando de hacerme cambiar de opinión con un beso?
-No solo con un beso, pero creo que ese beso basto para hacerte pensar – su sonrisa arrogante me enloqueció y le respondí cruzándome de brazos:
-Tan arrogante y ...
-Pero tengo razón ¿o no? – me interrumpió y rodee los ojos sin responderle sacándole una carcajada.
- ¿En que trabajas? – cambie el curso de la conversación y su carcajada aumento.
-Soy comerciante, a veces – su rostro se puso serio y agrego – Otras soy un asesino o un mafioso depende del trabajo, llámame como quieras – solté una carcajada ante su respuesta tonta.
-Un mafioso con esa dulce carita – solté y me tape la boca al momento para verlo con una sonrisa y sus cejas alzadas – No quería decir eso – me excuse y el solo negó con la cabeza, pero cuando iba a responderme un hombre alto vestido de rosado apareció justo en la puerta del balcón.
-Buenas noches – se dirigió a mí y le sonreí de vuelta a modo de saludo – Me alegro haber llegado antes de que comenzara la verdadera fiesta – carcajeó haciéndome enrojecer.
-Al grano, Seok – comento demandante y supe que este era uno de sus subordinados, pero parecía más un amigo.
- Aquí tienes lo que me pediste, el dinero ya ha sido depositado – comento entregándole una carpeta rosa.
- ¿En serio? – hablo mirándolo de arriba abajo – No había otro color.
-Hoy quería impresionar a Laura – se giró hacia mi pidiendo mi opinión en silencio.
-Adoro tu traje, el color es hermoso – me sonrió satisfecho.
-Gracias, ahora me retiro, espero disfruten de la velada.
Cuando estuvimos solos el silencio se incorporó entre nosotros mientras el revisaba los papeles de la carpeta, yo me permití relajarme un poco con un cigarrillo. Las ganas de que me tocara un poco más tenían que desaparecer, pero no lo hacían.
-Creo que no hay ningún problema, por favor, revísalo – me entrego la rosada carpeta y asentí mientras leía los papeles en ella, pero de repente algo no cuadro y lo mire un tanto confundida.
-Hay algo mal, solo habíamos acordado un millón – el asintió seriamente.
- ¿Y?
- ¿Y? – repetí sus palabras – ¡Me has depositado cinco millones! – el seguía con su expresión seria.
-Simplemente creo que tu virginidad vale mucho más – contesto simple.
- ¿Y este apartamento? – le señale el papel que aún faltaba por mi firma.
-Un regalo – se encogió de hombros como si no fuese nada.
-Pero ... - me interrumpió
-Simplemente acéptalo, no me gusta que rechacen mis regalos y sinceramente creo que vales mucho más, solo lamento darte tan poco.
- ¡Gracias! – respondí luego de unos minutos donde pensé mucho en lo que estaba haciendo. Podía ser que fuera demasiado generoso, pero no podía negar que me alegraba y aliviaba en demasía, ya tendría mi propio lugar y tenía tanto dinero como para no trabajar más por muchos años. Definitivamente era mucho lo que me había dado, de hecho, no creía que mi virginidad valiera tanto en absoluto – Es una lástima que no pueda satisfacerte adecuadamente – el alzo una ceja ante mi comentario y aclare rápidamente – No tengo ninguna experiencia en ningún aspecto.
-Se supone que eso es lo que quiero. Hoy tendré muchas de tus primeras veces – no entendí a qué se refería, pero de igual manera lo averiguaría más adelante.
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Adiós Virginidad !!!
Fanfiction-Entonces vende tu jodida virginidad, es lo único que tienes - se mofo mi amigo ganándose una patada por parte de Ana. -Eres tonto ¿verdad? - contrataco la rubia, pero en mi mente se encendió un pequeño bombillo. - ¿Eso se puede hacer? - pregunte y...