La luz del sol comenzó a iluminar todo el lugar haciendo que mis ojos se cerraran con más fuerza para tratar de que la claridad no molestara mi sueño reparador, pero era imposible así que lentamente los abrí para volver a la realidad. Estaba en la hermosa habitación del hotel y el sol brillaba en lo alto, la luz solar entraba por el cristal dándole un aspecto irreal a todo mi alrededor. Suspire sentándome en la cama y notando que estaba sola.
-Supongo que tenía mejores cosas que hacer- me encogí de hombros tratando de restarle importancia pero la verdad era que estaba enojada sin remedio - ¿Cómo se atreve a dejarme sola? – hable mirando como todo estaba en orden sin rastro alguno de su ropa o accesorios – Bueno, la verdad es que ya no le sirvo para nada, ya di lo único que le interesaba – hice ademan de levantarme pero un ardor en mi entrepierna me detuvo y saco una sonrisa – No me arrepiento de nada – negué con la cabeza y una sonrisa me alumbro el rostro.
Haciendo caso omiso de la extraña sensación camine directo al baño, que era dos veces más grande que mi pequeño apartamento en la residencia estudiantil. Desnuda como si estuviese en mi propia casa, camine confiada hacia la bañera. Nunca había utilizado una así que ¿Por qué no? Tenía que aprovechar estas oportunidades únicas que ofrece la vida. Abrí el grifo y deje que el agua caliente comenzara a llenarla, mientras comencé a mirar todas las pequeñas colonias y los geles que estaban en la pequeña mesita de cristal a su lado, decidiéndome por un gel de baño de rosas y jazmín, lo vacié en el agua y espere paciente a que se llenara mientras buscaba mi teléfono móvil en la sala, si algún empleado entraba me vería como dios me trajo al mundo, pero no quería vestirme por gusto.
-Aquí estas – tomé el viejo teléfono y corrí de vuelta al baño justo a tiempo para cerrar la entrada de agua y sumergirme lentamente en esa delicia – Definitivamente esto es otra historia – solté un gemido placentero mientras sentía como el agua y el gel penetraban mi piel relajándome de sobremanera. Marque el número de Ana pues conociéndola ya debería haber llamado a la policía, un tono después sentí su voz agitada.
- ¿Dónde coño estas? ¿Estás bien? ¿Ese bastardo te hizo algo? – carcajee ante su preocupación y ella pareció relajarse.
-Estoy en una habitación del Hotel Plaza, estoy de maravilla y si, ese bastardo me hizo algo – la sentí aguantar la respiración y carcajee de nuevo – Me dio el mejor sexo que tendré en mi vida.
-Ahora estoy convencida que se te zafó un cable – jugué con el agua mientras la sentía recriminarme – Te llego un paquete – después de lo que fue una eternidad de regaños ella soltó esa información sin más.
- ¿Qué es? – pregunte atenta esperando que fuese algo que me permitiera volverlo a ver, porque es imposible para mí no hacer lo que me pidió, estaba loca por verlo, por escucharlo decir algo, aunque fuese para burlarse de mí. No iba a perdonarle que se fuera sin hablarme si quiera.
-No lo sé, no pienso abrirlo – sabía que estaba enojada así que trate de tranquilizarla.
-No es una bomba, Ana, la verdad es que fue todo un caballero conmigo, te contare cuando regrese ahora estoy tomando un baño para salir para allá.
-Ahora es un caballero, ese viejo verde que quiere a las jovencitas vírgenes – me grito dramáticamente – No se te ocurra enamorarte de ese viejo que seguro está casado y tiene diez hijos – solté otra carcajada ante su comentario.
-Vuelves a estar equivocada, no tiene más de treinta años y está buenísimo que no te imaginas, tiene un cuerpo esculpido que te hace jadear de solo imaginarlo y para agregar más detalles un miembro que no se compara con nada que hallas visto – le dije orgullosa y ella bufo.
-Pues si es así, menuda suerte tienes, Laura – carcajeo relajándose – si tuviese mi virginidad te diría que lo contactases y que le preguntaras si estaba interesado – sabía que estaba bromeando, pero sentí un enorme enojo apoderándose de mí, los celos eran evidentes.
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Adiós Virginidad !!!
Fanfiction-Entonces vende tu jodida virginidad, es lo único que tienes - se mofo mi amigo ganándose una patada por parte de Ana. -Eres tonto ¿verdad? - contrataco la rubia, pero en mi mente se encendió un pequeño bombillo. - ¿Eso se puede hacer? - pregunte y...