16. ¿Ducha?

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Siento el corazón salirse de mi pecho cuando veo lo que está enfrente. Un pequeño conejo que movía la nariz y brincaba por las hojas.

-Iré por la ballesta.-

-No.- Aprieto su ropa para evitar que se levante.

-¿Quieres dejarlo ir?-

-¿Por qué no?-

-Podemos llevarlo a la granja.-

-No, Daryl Dixon. Solo deja al pobre animal.-

Sonríe y besa mi frente. Me gustaría permanecer así el resto del día, pero no. Debemos regresar con los demás o van a sospechar de nosotros.

La mano de Daryl acaricia mi muslo con suavidad mientras tiene la cabeza recargada de la mía. Quisiera que el tiempo corriera más despacio para disfrutar de este momento.

-Ya hay que regresar.- El castaño se nueve un poco y yo me levanto de encima suyo.

Me termino de vestir y miro por última vez el lago que sigue brillando y después observo la piedra donde Daryl me follo tan duro que casi veo estrellas. Siento las mejillas calientes al recordarlo.

Cuando giro la cabeza, el ojiazul se acomoda la ballesta en la espalda y toma la mochila con una mano, sus ojos buscan los míos y estira la mano para que la tome. Doy un par de pasos y nuestros dedos se enrollan. Sin decir nada comenzamos a caminar por donde habíamos venido o al menos eso creo, no tengo idea de cómo es que Daryl sabe por donde ir.

Sus pasos y su posición al avanzar son de un total cazador.

-¿Desde cuanto aprendiste a usar la ballesta?-

-¿Mmm?- Me mira sin soltarme la mano.

-A cazar. ¿Cuándo aprendiste?-

-No lo sé. Era muy joven, mi padre salía a cazar y yo debía aprender. No teníamos dinero para conseguir un filete como cualquier persona...-

Se encoje de hombros y prefiero no continuar preguntando, podía notar en la forma que fingía no darle importancia era porque no quería hablar de ello.

-Mmm... ya.- Me incomodo por haber preguntado aquello.

Seguimos tomados de la mano, como si fuera una niña pequeña que se fuera a perder, aunque probablemente esté en lo correcto. Adentrarse en el bosque es extraordinario, todo parece igual y no es nada similar a la ciudad. Daryl parece sentirse como en casa, esta tan acostumbrado a esto que es difícil fingir que no es así.

Cuando me doy cuenta, la moto está frente a nosotros y la intensidad del sol ya no es la misma que la de la mañana, así que supongo que debe ser tarde, como las 3:00pm.

Suelta mi mano y se dirige a su motocicleta, le quita el seguro y comienza a empujarla para sacarla del pastizal.

-Vamos.-

-Déjame conducirla.- Su semblante es entre asombrado y confundido, aunque también puedo leer un "Ni loco"

-¿Qué?-

-Déjame conducirla de regreso... no estamos tan lejos.-

-Lanai...-

-Anda, Daryl. Como cuando me enseñabas de pequeña...- Mira al suelo y luego de un largo suspiro asiente.

-Bien, bien. Ven aquí.- Acomoda su ballesta a un costado y después se pone la mochila en la espalda. La enciende y se sube. Me acerco a él y me subo en frente. -¿Recuerdas algo?-

-¿Crees que podría recordar algo?- Me burlo.

-No.- Se ríe conmigo. -Bien, debes sujetar aquí.- Pongo la mano donde indica. -Sueltas despacio a medida que vas acelerando.- Toma mi otra mano y la pone sobre ello. -Vamos despacio, tomaré tus manos para irte guiando.- Hace lo que dice.

DADDY ISSUES  (+18 Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora