19. Secreto

8.3K 360 262
                                    

Me pasó el cepillo del rimel por las pestañas y me miro al espejo. Llevo una ropa casual, pantalón negro, mis botas y una blusa roja que me quedaba justa al cuerpo, hoy vuelvo a la escuela. Los días en casa de Hershel pasaron volando y lamentablemente volvemos a la realidad.

Recibo un mensaje de Nic, avisándome que ya esta afuera. Carl y mi padre tienen la puerta cerrada así que deben seguir dormidos. No sé que horario tenga mi hermano y mi padre seguro entra a las 9:00am.

Tomo mi bolso y salgo de ahí. Bajo los escalones y después abro la puerta de la entrada, veo el auto de Nic. Era un Cadillac viejo y un poco maltratado de su abuelo, aún así funcionaba a la perfección y el hecho de que fuera convertible le traía muchas chicas... e incluso chicos.

-¡No! ¡No! ¡No!- Arrugo la frente entre confundida y tratando de contener la risa.

-¿Pero qué pasa?- Digo mientras camino y le doy la vuelta al auto para ir al asiento del copiloto.

Cuando entro Nic tiene una cara de emoción mezclada con impresión, como si estuviera viendo a su cantante favorito.

-Estás radiante...- Toma mi cara entre sus manos para analizarme bien. -¿Te hiciste algo en el rostro?- Yo suelto una carcajada y niego. -Estás bellísima.-

Baja una de sus manos para después darme dos besos como si estuviéramos en Francia.

-Tú no te quedas atrás...- Le guiño el ojo.

-No, no, no... lo tuyo es diferente.- Vuelve a mirarme como un campeón de ajedrez miraría su tablero. -¿Follaste?-

-¿Qué?- Tengo una sonrisa nerviosa que espero que no se note.

-Esa alegría, ese cuerpo, ese brillo en tu rostro... solo puede ser por una cosa. Follaste.-

-Eso es absurdo...- Río por lo bajo.

-No quieras tomarme el pelo porque te conozco mucho, Lanai...- Entrecierra los ojos.

No puedo creer que se note tanto que lo he hecho, no puedo dejar de sonreirle a mi amigo y estoy a nada de soltar una sonora carcajada.

-Eh... si.-

-¡Maldición Lana!- Su grito es tan fuerte que algunas personas de la calle voltean a mirarnos. -¿Quién es? ¿Cuándo fue?-

-Eso no importa...- Trato de evitar la conversación.

-Claro que importa. Alguien ha medito toda su polla en tu interior y eso no pasa a menudo. ¡Esto es casi histórico, joder!-

Su voz se hace tan chillona que parece que ha inhalado helio antes de hablar. Tenía razón, no tenía sexo desde hacía mucho tiempo, probablemente desde hace dos años.

-Baja la voz, mi padre te va a escuchar.- Le susurro.

-Mierda, mierda. Esto es genial. ¿Es guapo?- Yo asiento. -¿Del 1 al 10 que tanto?-

Me muerdo el labio inferior mientras sigo sonriendo, Daryl se posa en mi mente y su rostro y cuerpo se clavan en mi subconsciente.

-50.-

-¡Oh Dios! Debe ser jodidamente hermoso. Descríbemelo...-

-Es alto...-

-¿Cómo Brad?-

-No, no, no. Tal vez mide 1.80.- Nic asiente. -Tiene el cabello un poco largo y los ojos azules...- Lo miro con una ceja alzada.

-Dios...-

Sabía que Nic tenía un raro fetiche con las personas de azules ojos, decía que podía ver sus pupilas dilatadas cuando follaban o cuando se drogaban.

DADDY ISSUES  (+18 Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora