23. Tony Bunny

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-Bien...- Digo y trago gordo. -Mamá me llamó.- Le doy la espalda y camino hasta el sofá, escucho los pasos de Daryl detrás de mi y cuando me siento él lo hace también.

-¿Qué te dijo?-

-Dijo que esta bien, algo adolorida pero en lo que cabe bien.-

-Me alegro.- Su rostro cambia a una pequeña sonrisa que se levanta por la comisura de sus labios. -No te atormentes, Lanai. El mismo cielo las cubre ahora mismo.- Nuestros ojos se mantienen sobre el otro, pasan algunos segundos y nadie dice nada simplemente nos observamos.

Recuerdo lo que me había dicho en la granja y esa historia escalofriante sobre su madre mirando al cielo.

-Lo sé...-

-Piensa en que en un par de semanas podrás verla de nuevo...- Puedo notar el nudo que se le hace en la garganta y me remueve el corazón. -Ya no llores, Lany.- Su mano va a mi mejilla y le sonrió con ligereza.

Mis pestañas seguian mojadas por la llamada que tuve con madre y por un momento puedo entender a qué se refiere Daryl. Mi mamá sigue aquí, probablemente él desearía tener a la suya y yo en un par de días podría estar con ella de nuevo.

-Bien... bien... gracias.- Bajo la cabeza y él mueve su mano de mi rostro para levantarse.

-Te traeré agua.- Me da ternura el hecho de que se preocupe por mi.

-Daryl.- Él se gira y me voltea a ver desde la mitad del camino. -Trae una botella de tequila.- Se ríe ante mi comentario y desaparece en la cocina.

Realmente necesito un trago en este momento para dejar los malos sentimientos a un lado. Mi móvil suena y puedo ver un mensaje de Carl.

"Me alegro, Lana. Pasaré la noche en casa de Enid, si ocurre algo más me avisas. Descansa y cierra bien la casa, te veo mañana. Te quiero."

Bien, ahora debo decirle a Daryl que mi hermano no vendrá hasta mañana y que puede irse a casa... pero...

¿Quiero que se vaya? No, claro que no. Nadie en su sano juicio quisiera eso.

Le escribo un mensaje rápido a mi hermano deseándole buenas noches y después de unos minutos aparece Daryl de nuevo entrando a la sala con una soda, dos vasos y dos botellas. Coloca todo en la mesa y puedo ver con exactitud cuál fue el licor que agarró.

-¿Ron?- Pregunto mirando lo que hay frente a mi.

-No bebo tequila.-

-¿Por qué?-

-No es muy de mi agrado.-

Cerré los ojos por un segundo y suelto un suspiro pareciera que me acabaran de decir que me robaron las elecciones de la presidencia. No puedo comprender lo que sus labios acababan de decir, no le gusta el tequila.

-¿Disculpa?- Daryl tiene una sonrisa y ni siquiera se molesta en responder. -Es elixir de los dioses.-

-Siempre me va mal con el tequila. Es como el Vodka, nunca sabes cuando parar y cuando lo decides ya es tarde, eso sin decir que la resaca al día siguiente es horrible.-

Entiendo eso, sé a la perfección como es no controlarte cuando bebes tequila, pero en definitiva era mi trago preferido. Grecia me había enseñado lo delicioso que es el licor mexicano y quedé extasiada en cuanto le di el primer trago, pero si, es peligroso si no sabes beberlo.

-No sabía que Daryl Dixon era tan gallina.- Arqueo la ceja mientras sonrió juguetona.

-Este ron no se ve mal.- Mira la botella. -¿Es de tu padre?-

DADDY ISSUES  (+18 Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora