DADDY ISSUES (+18 Daryl Dixon)

28. Yo nunca he hecho esto...

-Dios...- Gimo mientras mis ojos se cierran. -Es malditamente delicioso.- Escucho a Daryl reír y lo miro.

Estamos comiendo, trajeron pechugas acompañadas de una deliciosa pasta que quisiera comer toda mi vida. Jodido sea la zona de primera clase a la que nunca me subo, probablemente en este momento estaría comiendo unos cacahuetes rancios de la tienda que hay en el aeropuerto.

-¿Has ido a Malubú?-

-No, lo más cerca que he estado de allí es cuando veo a mamá en Los Ángeles.-

-¿Ella está mejor?-

-Si.- Meto un trozo de pollo a mi boca y mastico. -Me escribió ayer y dijo que todo iba bastante bien y espera pronto ver a Judith.-

-Seguramente en un par de semanas podrá hacerlo...-

El vuelo comienza y las instrucciones sobre abrocharse los cinturones, que hacer en casos de emergencia son los mismos que en cualquier avión. En cuanto autorizan poder sacar algunos artefactos eléctricos, Daryl saca su computador y comienza a ajustar algunas cosas con Freddie, Gaby me envía el itinerario y reviso lo que vamos a hacer. No se ve complejo así que espero no arruinar nada y comportarme a la altura de Gaby.

Después de un par de leídas y tenerlo grabado en la mente, comienzo a aburrirme. En este preciso instante me arrepiento de no haber traído un libro o algo por el estilo. Miro la hora en mi móvil, 6:03pm, a penas ha pasado una hora de casi cinco que haremos. Me giro para ver al castaño que tiene el ceño fruncido mientras lee algo en su monitor. Al parecer siente mi mirar porque sus ojos se clavan sobre mi.

-¿Qué ocurre?- Murmura.

-Estoy aburrida...- Suspiro. -Debí traer un libro o instalar juegos en el móvil aunque sea.-

-¿Quieres jugar?-

-¿Qué?- Mi confusión es notoria.

-¿Quieres jugar un juego conmigo?-

Una sonrisa burlona aparece en su rostro y siento un cosquilleo raro en el vientre, los nervios aparecen y me hace tragar gordo.

No sé a que se refiere, pero quiero jugar.

-¿A qué?- Murmuro.

-¿Si o no?- Su tono se hace un poco más frío.

-Si...-

Se levanta y rebusca algo en su bolso que ha puesto sobre nosotros, saca algo que no puedo ver y después aprieta un botón para que una azafata venga hasta nosotros, cierra el computador y toma asiento.

-Hola. ¿Todo en orden?- Una chica de ojos sumamente azules nos sonríe.

-Tengo una pequeña duda... vamos a dormir un poco y quería saber si las paredes que nos cubrirán son aprueba de ruido.-

¿Qué?

-Me temo que no, hemos colocado tapones de oído en caso de que no quieran escuchar nada si van a dormir. Vienen en la bolsa que les hemos dado junto con el cepillo dental y las cosas de limpieza personal. Por lo tanto, lamento decirle que las paredes simplemente funcionan para resguardar la privacidad.-

-Bien... muchas gracias.-

-¿Gusta que le ayude a poner la pared?-

-Sería excelente. Gracias.-

La mujer comienza a mover algo detrás de nosotros y puedo ver que empieza a aparecer algo así como una puerta que hace que ambos quedemos básicamente resguardados y nadie más pueda vernos.