Capitulo 2

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Cuando golpeo el saco, imagino que son los culpables de su muerte. Culpables a los que me hubiese gustado aporrear al igual que al saco.

— ¿Aun estás ahí?

—Sí, lo siento, es que me perdí en el entrenamiento. —respondí mientras dejé de dar golpes y patadas por un momento.

—Necesito hacerte una petición, aunque no me gustaría hacerla por teléfono.

— ¿Qué petición?

—Que seas la madrina de mi boda.

— ¡Qué! —grité eufórica—. ¿Te vas a casar?

—Sí, estamos planeado todo para dentro de unas semanas.

—Me encantaría Jessy, sabes que sí. —grito emocionada.

—De acuerdo. —y me la imaginé dando brinquitos por toda la habitación.

— ¿Puedo preguntar porque la prisa?

—Porque si nos demoramos el vestido que he escogido no me quedará.

— ¡Estás embarazada! —exclamé estupefacta.

— ¡Sorpresa!

—¡Felicidades Jessy! Doblemente. —respondí eufórica mientras sentí las lágrimas caer de mis ojos.

Es una suerte que ella no esté aquí, así no me puede ver llorar.

— ¿Cuándo regresarás? Necesito tu ayuda con las cosas.

—Mañana me pongo en camino, en cuanto ponga un pie en Chicago serás a la primera que llame.

— ¿Lo prometes?

—Te lo prometo.

—Bien, si es así te dejo entonces con tu entrenamiento. —me dijo riendo.

—Nos vemos Jessy, —y me colgó.

Me quedé riéndo yo sola.

Estoy feliz por Jessy. Pero al mismo tiempo siento nostalgia. Y no puedo dejar de pensar en cómo hubiese sido nuestra boda.

«Olvídalo Kate»

Empujé el saco y comencé a golpearlo nuevamente.

Solamente cuando no pude levantar más mis brazos y mis piernas del suelo para golpearlo, di por terminado el entrenamiento y me dejé caer en la alfombra del medio del gimnasio. Cerré los ojos y comencé a normalizar mi respiración.

— ¿Kate? —casi he olvidado que Joel está aquí conmigo.

Sentí sus pasos entrando en el gimnasio y abrí los ojos cuando se detuvo junto a mí.

— ¿No es muy temprano para entrenar?

—Que va. —le contesté sonriendo.

Después de lo sucedido con él, mi madre decidió poner a Joel tras de mi como una sombra. Y cuando me envió para aquí a olvidarme de todo, Joel vino conmigo.

Me tendió una mano y me ayudó a levantarme del suelo.

— ¿Lista para un poco de sparring? ¿O estás muy agotada? —me dijo mientras se colocaba unos guantes.

Para eso, nunca estoy agotada. Golpear y patear a alguien, que no sea el saco es la mejor parte.

—Espero que tú estés listo. —respondí mientras tomé posición frente a él.

— ¡Vamos! Dame todo lo que tienes.

El aire fresco de mayo golpeó mi rostro cuando salí por las puertas del Aeropuerto Internacional O'Hare. Nadie sabe que regresamos hoy, solamente una persona lo sabe y hacia allí nos dirigimos. No traigo mucho equipaje, solamente una mochila. La misma con la que me he marchado cuatro meses atrás.

Price©✔️ (+18) #3 El RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora