Capítulo 21

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¿Qué mierda hace el aquí?

No bajé la guardia.

Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que lo vi. Después de ese día, no he vuelto a saber nada de él. Y tampoco quise hacerlo.

—¿Qué haces aquí? —inquirí con mirada furiosa.

—Henry Stevens me ha enviado por ti. —me contestó muy calmado.

—Es imposible que llegues tan pronto, acabo de hablar con él por teléfono.

—Estaba en Singapur en una misión, y me han reasignado aquí.

—¡Que!

—Será mejor que te sientes Katerine. Yo también soy un agente encubierto. —me dice mientras yo bajé los puños y caí sentada en la arena.

No lo puedo creer. Con todo lo que me ha sucedido. Esto, es lo menos que me esperé que sucediese. ¿Por qué mi pasado tiene la costumbre de ponerse al día conmigo?

Joey me tiende la mano, me ayuda a levantarme y entramos en la casa. Me senté en una silla mientras él se quitó la americana y fue por un vaso de agua. Me lo ofreció y después se sentó frente a mí.

—¿Desde cuando trabajas para la CIA? —le pregunté después de tomar un sorbo de agua.

Aunque creo que para lo que me va a contar, necesitaré algo más fuerte que esto.

—Unos años antes que tú.

—¿Lo sabías? —estoy impactada porque el tuviese conocimientos de mi formación, cuando Daniel no lo sabía.

—En realidad estaba en TecFall para vigilarte Kate.

—¡Que! —grité horrorizada.

Esto no me lo esperé.

—¿De verdad crees que todo fue coincidencia? Todo estuvo planeado que sucediera de esa forma.

—¿Que saliéramos juntos? ¿Entonces nunca sentiste nada por mí? ¿Todo fue planeado? ¿Todo fue una actuación?

—Al principio sí—me dice mirándome fijo mientras yo abrí los ojos ante su respuesta—. Por eso tuve que hacer lo que hice.

—Engañarme en frente de todos. —le digo con sarcasmo.

—Era la única forma de que me reasignaran a otro lado.

—Me hiciste mucho daño Joey. —su traición me dolió mucho.

—Lo siento. Pero es mejor así.

—¿Mejor para quién?

—Se suponía que no me enamorara de ti Kate. Porque si lo hacía, pondría en peligro la misión.

—¿Estabas enamorado de mí? —le pregunté ahora frunciendo el ceño.

El jamás me confesó sus sentimientos. No me contestó, solo me miró. Su silencio me dio la respuesta. Si lo estaba.

—Por eso hice lo que hice antes de que fuese demasiado tarde.

—Eso es una idiotez.

—No lo es. Sé que tu entrenamiento fue diferente al nuestro. Pero la primera lección que nos enseñan es a no tener sentimientos por nadie relacionado con nuestra misión.

—Eso no lo sabía. —le digo asombrada por este descubrimiento.

—En cuanto aparecen los sentimientos, todo comienza a complicarse. Y podemos poner en peligro a esa persona y la misión.

—¿Esa regla de no sentimientos, aplica para todos los agentes?

—Sí, incluso con Daniel.

—¿Daniel? —pregunté ahora alzando las cejas.

Price©✔️ (+18) #3 El RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora