Espero les guste la historia y me dejen sus votos y comentarios en los capítulos, pues me gusta interactuar con mis lectores. Espero disfruten este capítulo.
Me quité la chaqueta y la colgué en el espaldar de una silla y entonces me dispuse a preparar algo para cenar.
Saqué unos filetes de pechuga de pollo y unas verduras de la nevera. Sabía que estaba haciendo las cosas mecánicamente, no tenía cabeza en estos momentos para pensar en nada.Solamente podía pensar en una cosa a la vez. Y el que él estuviese vivo, es estos momentos ocupaba toda mi capacidad cerebral. No me percaté que la cena estaba lista hasta que me vi poniendo los platos en la barra.
Estaba cogiendo los cubiertos en la despensa cuando sentí su presencia. Todo mi cuerpo reaccionó sin siquiera haber sentido sus pasos.—Ya está todo listo para cenar. —le dije mientras sacaba los cubiertos y me giraba en su dirección.
No estaba preparada para lo que me encontré y me sujeté de la encimera para no caer al suelo.
Traía una camisa blanca, con las mangas recogidas a la altura de los codos y los dos botones superiores desabrochados. Unos jeans desgastados y rotos por las rodillas, y venía descalzo. No sé si eran ideas mías, pero lucía mucho más musculoso que la última vez que lo vi.
Pero lo que más había llamado mi atención fue su rostro. Se había afeitado completamente, solo quedaba un ligero rastro de la barba. Y el pelo lo traía mojado y desordenado, con algunos mechones cayendo sobre su rostro.
Continuaba luciendo endemoniadamente sexy.
¿Cómo se puede estar tan bueno?
Se acercó en mi dirección y se detuvo en el lado opuesto de la barra.—¿Sucede algo? —me preguntó de repente.
—No, nada. ¿Por qué?
—Porque te has quedado ahí congelada como si hubieses visto...
—¿Un fantasma? Muy irónico, ¿verdad? —le dije interrumpiéndolo.
—Si. —me dijo sonriendo de lado mientras se echaba el pelo hacia atrás.
—Cenemos, tienes mucho que contar. —le dije mientras ponía los platos en la barra y me sentaba a su lado.La verdad era que no sabía por donde comenzar a preguntarle. Lo miraba levemente sin saber que decir mientras el devoraba rápidamente su comida. Comía con ansia y desesperación, como quien ha pasado hambre o no hubiese comido desde hace varios días.
—¿Desde cuándo no comes nada? —le pregunté al verlo terminar su plato cuando el mío no iba ni por la mitad.
—Dos días.
—¿Por qué llevabas dos días sin comer? —pregunté impactada por su respuesta.
Dejó de comer y me miró fijamente.
—No podía comer por la ansiedad de verte nuevamente. —me dijo sin apartar la mirada de mí.
Dejé de comer. No me esperaba esa respuesta.
—¿Dónde estabas? —le pregunté mientras le servía más comida.
—He estado en varios lugares, mayormente en Alemania.
—¿Por qué tuviste que marcharte?
—Giselle se escapó. —me dijo mientras comenzaba a comer nuevamente.
—¿Se escapó? ¿Ya la atraparon?
—Si, me encargué personalmente esta vez.
—¿Te tomó seis meses encontrarla?
—En realidad me tomó tres meses encontrarla.
—No entiendo. ¿Por qué no regresaste antes? —dejó de comer y se quedó en silencio por un momento.
—No solo tuve que encargarme de Giselle, también tuve que encargarme de Elena.
—¿Elena, Smirnova?
—Si, tuvimos un pequeño problema con ella, pero ya todo está solucionado.
Continuó comiendo mientras yo lo miraba fijamente.
—¿Qué explicación le darás a todos?
—Voy a contar la verdad, ya no tiene sentido ocultarla.
—¿Le contarás a Stella todo? —hizo una pausa en la comida y me miró fijamente.
—Todo.
Continuó comiendo mientras yo lo miraba. No podía comer mientras procesaba todo.
—¿Qué te sucede Kate? ¿Te encuentras bien?
—¿Por qué lo dices?
—Porque apenas y has tocado la comida.
Miré el plato de él vacío, una vez más y el mío a medias.
—No puedo comer. Y no, no me encuentro muy bien.
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Price©✔️ (+18) #3 El Renacer
RomanceLa vida de Katerine, jamás volverá a ser la misma. No después de haberlo perdido a él. Con su muerte llegaron cambios a la vida de Kate. Cambios que ella necesitaba hacer en si misma y la convirtieron en una mujer más sofisticada. Seis meses después...