Capitulo 19

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Daniel me despierta cuando nos avisan de aterrizar en Barcelona para hacer escala. Nos vestimos con las ropas de la maleta y nos sentamos en nuestros asientos. No recuerdo haberme quedado dormida, ni siquiera recuerdo cuando Daniel salió de mi interior y se acostó junto a mí.

En Barcelona cenamos algo antes de continuar nuestro viaje hacia las islas maldivas. Y el resto del vuelo pasó mientras vimos varias películas cómicas con las cuales no podemos dejar de reír.

Daniel lleva una mochila en la espalda y la otra en un hombro mientras enreda los dedos de la mano con los míos. Caminamos por el muelle hacia el yate. Esta vez no suelta mi mano mientras los dos saltamos hacia el yate.

Es de noche y lo veo que me conduce por las puertas traseras del yate. Me llevó hacia la cubierta inferior y hacia la puerta del final del pasillo. Abrió y entró dejando las maletas en el suelo. Me quedé mirando la cama. Esta habitación me trae recuerdos excitantes. Siento a Daniel abrazarme por detrás.

—Vamos a descansar, lo necesitaremos para mañana. —me dice besando mi cuello y comenzando a desnudarme.

—Acabas de decir que íbamos a descansar. —lo regañé mientras dejé que se deshaga de mi ropa.

—Y lo vamos a hacer, desnudos, piel contra piel. —me dijo mientras continuó con su labor y yo reí a carcajadas.

El movimiento del agua contra el yate y el sol en mi rostro me despiertan. Daniel no está a mi lado, por lo que supongo que está conduciendo el yate. Me siento en la cama y veo una nota en la almohada a mi lado.

Ponte algo para darnos un chapuzón, o no te pongas nada.

Daniel

Me levanté de la cama y busqué en la mochila algo que ponerme. Mientras reviso me percaté quien fue el que preparó el equipaje.

Daniel.

Dentro de la mochila no hay casi ropa, solo algunas bragas, más de encaje que normales. Y un solo conjunto de bikini. Lo cojo y mis cosas de aseo y voy hacia el baño y sin pensarlo me lo pongo. Afuera el sol esta bien bajo, así que debo de haber dormido más de 12 horas. Salgo en busca de Daniel y lo encuentro sin camisa, preparando un aperitivo, no creo que le pueda llamar desayuno a esta hora.

—Buenas tardes. —me dice cuando llegué a su lado y le di un beso en la comisura de los labios.

El solo me miró frunciendo el ceño, pero no dijo nada. Solo llevo el conjunto de bikini, nada más. Me siento a comer la merienda ligera que ha preparado mientras Daniel me miró de reojo.

Esa mirada.

Cuando terminé, él recoge rápidamente las cosas sin darme tiempo a nada y me coge por las manos.

—Me acompañas. —me pide mientras tira de mi hacia la cubierta superior.

Estamos en medio del océano sin nada más que mar abierto en todas direcciones. La vista desde aquí arriba es impresionante. El sol casi se está poniendo y estamos aún lejos de la isla. Pero el océano esta en calma. El agua choca contra el yate creando un ligero balanceo apenas imperceptible. Me acerqué a la barandilla de la parte trasera y apoyé mis brazos mientras admiré el atardecer frente a mí. Sentí un dedo deslizarse por mi cuello y bajar por mi espalda y un momento después está jalando de la tira de la parte superior del bikini. Y este cae al suelo. No me puedo mover de donde estoy parada, no cuando el me esta seduciendo de esta forma. Colocó ambas manos en mi cintura y las bajó hasta ambos lados del biquini y deshizo las tiras de los costados.

Estoy desnuda, sobre la cubierta del yate.

—¿Qué te parece el atardecer Kate? —me dice en un susurro en el oído.

Price©✔️ (+18) #3 El RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora