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— Kim Jongin — llamó al hombre que se aferra a mis caderas y me sonríe contento y travieso, orgulloso con la pequeña travesura que realizó

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— Kim Jongin — llamó al hombre que se aferra a mis caderas y me sonríe contento y travieso, orgulloso con la pequeña travesura que realizó. Siendo inevitable que no sonría un poco con el cálido sentimiento de amor. — terminaré lastimándote sino te quedas quieto — advierto frunciendo el ceño, pero con una sonrisa pequeña en mi rostro.

— pero de igual manera me curarás tú, ¿no es así? — Jongin me mira con los ojos brillantes. Sentado en la taza de baño semidesnudo, aferrado a mi cintura acariciando la piel con cuidado y sumó delicadeza mandando corrientes eléctricas a mi sensible cuerpo que solo es tapado por una enorme camisa blanca de mi enorme hombre.

Sonrió y me inclino un poco tomando su rostro con mis palmas, el cual continuó afeitando dando los últimos toques, dejando un beso en sus labios con suavidad. — lo haré — susurro y en su perfilado rostro aparece una sonrisa.

Cuando intento incorporarme jala con delicadeza mi muñeca y vuelve a unir nuestros labios, jadeo al sentir la invasión a mi boca, nuevamente estoy en su regazo dejando atrás mi tarea de afeitar a mi esposo sumido por la fuerza y la lujuria que se palpa en el ambiente.

— su majestad... — jadeo aferrándome a los hombros mientras este recorre mi cuello quien ya tiene las salpicaduras de nuestro reciente encuentro. — su barba. — logro decir con un jadeante susurro mientras la ligera camisa se desliza por mi cuerpo.

— eso dejo de importar hace mucho tiempo. Concéntrate aquí, mi príncipe — sopla en mis delicados botones rosas y hace que me queje cuando el aire frío golpea mi caliente cuerpo, removiéndome al instante cuando su boca caliente rodea y muerde mi pezon con parsimonia. De mis labios solo solo salen mantras del nombre de mi alfa.

Su mano en mi cadera deja ese lugar y baja despacio, deslizándose por mi piel, rodeando en ocasiones mi trasero para amasarlo, pellizcar y golpear ligeramente acelerando el movimiento circular de mis caderas, el eco de nuestros gemidos y gruñidos en el baño se escuchan y rebotan en la gran habitación.

— por favor — suplico con los ojos cristalinos, siguiendo con los hipnotizantes movimientos de mi cadera que no puedo dejar de hacer, rozándome con ese enorme bulto que cada vez se hace más grande — por favor, Jonginnie — pronunció susurrando con el rostro y hombros ruborizados por el pequeño mote que sale mis labios sin pensar.

— vuelve a llamarme así, Chanyeol— demanda mirándome con sus ojos violetas sintiendo la gran fuerza de su intensidad y de su propia excitación. Chillo cuando un dedo se introduce sin previo aviso y cuidado en mi, arrancando un gemido y cayendo en el hombro de Jongin. — dilo, bebé — susurra moviendo con agresividad ese dedo y dejando numerosos besos en mi hombro derecho. Niego abochornado sin poder encontrar las palabras y de castigo recibo otro dedo, jugando ambos en mi interior haciendo que jadee y suplique.

— vamos dilo mi príncipe, llámame nuevamente de esa manera — pide dulcemente mientras sus dedos perturban mi entrada con rapidez y mis caderas siguen inconscientemente ese delicioso ritmo. Con la vergüenza a mas poder y por la intensidad de mi deseo de ser llenado por el palpitante miembro de mi esposo accedo a decir el pequeño mote que por accidente deje salir.

My Alpha || Mi Alfa || KaiyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora