Patrick Jane se levantó muy temprano, antes del amanecer. Apenas pudo dormir unas dos horas, pero el resto de la noche se la paso vueltas en la cama, yendo y viniendo al baño, vagando por el jardín, observando a sus hijos dormir. Estaba nervioso, ansioso, emocionado por lo que pasaría ese lunes por la mañana.
Frente al lago, pudo ser espectador del tan majestuoso amanecer, con su tercera taza de té subiendo y bajando de su boca, y dándose cuenta de que le temblaban las manos, volvió a su hogar, todavía silenciosa, iluminada con la creciente luz del sol, dejó en la cocina su bebida y apoyó sus manos en la repisa. Suspiró profundo varias veces para intentar tranquilizar su ansiedad y dejó que pensamientos tranquilos y de paz llenaran su mente.
De repente, unas manos lo rodean por la cintura e inmediatamente siente ese olor a canela que tanto le gusta y un pequeño beso en su columna por encima de la camisa.
-Buen día, amor. -La saludó, entrelazando sus dedos con los de ella.
-Hola, cariño. -Habló en su espalda. -No dormiste, ¿verdad?
-No. -Admitió, algo avergonzado. -No pude.
-Me lo imaginé. Ella lo giró y sus brazos lo rodearon por el cuello, sus dedos se enredaron en sus rizos largos. Lo miró a los ojos y negó con la cabeza, apenas evitando poner los ojos en blanco. -Tienes los ojos rojos, Jane.
-Lo sé, lo siento, estoy nervioso, esto es... esto que va a pasar hoy es muy importante...
-Importante para mí. -Lo interrumpió. -Yo debería estar así de nerviosa.
Él río tímidamente. -Sí, lo sé, pero también es importante para mí nuestra familia.
Ella le dio un beso en los labios. -Sí, tienes razón, lo siento. -Sonrió. -Me alegra compartir todo esto contigo, pero creo que estás exagerando, todavía no es un hecho, además puede llegar a pasar que elijan a otro agente y está bien.
-No, no está bien. Tenes que ser tú, serás tú. -Dijo de manera eufórica.
-Será quien ellos elijan.
Jane la miró, sorprendido. La tranquilidad de Teresa para hablar era desconcertante para él. No entendía como podía estar tan entera, tan tranquila y en paz, diciendo incluso que podía no ser elegida para un puesto tan importante.
-En otro momento estaría como tú. -Comenzó a explicar. -Tomaría más de tres cafés para tranquilizarme y estoy segura que estaría hecha un manojo de nervios. -Sonrió. -Pero si estoy así, Patrick, es porque ahora sé que hay cosas muchos más importantes que un ascenso. Si lo consigo, será una bendición, pero sino, también lo será, porque mi vida ya no gira en torno al trabajo desde hace mucho tiempo. Yo soy feliz, Patrick, con o sin ese ascenso.
Patrick solo pudo besarla profundamente. Amaba tanto a esa mujer, la amaba tanto que su corazón solo latía por ello y esos hermosos hijos que le dio. Amaba su fuerza, su manera de manejar cada situación, su valentía y su sentido de razonamiento. Amaba todo de ella, y también aquellas cosas que todavía no conocía, porque a pesar de tantos años, seguía siendo un misterio. Rompieron el beso, para poder respirar y se abrazaron por un largo momento. Luego se miraron y él comenzó a reírse con ganas, contagiando a Teresa.
-¿Qué?
-Me leíste en frío. -Sonrió radiante. -Supiste lo que estaba pensandoy por qué me sorprendió tanto tu actitud.
-Más de diez años trabajando contigo y ocho años de casados son suficientes para perfeccionar mis habilidades. -Respondió y le guiñó un ojo.
Ambos rieron otra vez y se besaron. Luego comenzaron el día con café, té, huevos, muffins y otras delicias, junto con sus hijos.
-iKaty! ¡Dile a tu hermano que se apresure, que llegaremos tarde! -Gritó Teresa desde la puerta.
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The Mentalist Shots
FanfictionEste libro contiene un compilado de one shots sobre la serie The Mentalist, escritos todos por mí. Son escenas y momentos que me hubieran gustado que pasen en la serie.