La Última Vez

453 21 3
                                    

Patrick Jane tenía una cita especial mañana en la noche, motivo por el cual hace más de media hora estaba buscando un traje en su guardarropa. Cada vez que elegía uno, se miraba en el gran espejo colgado en la pared, colocando el traje sobre él y cuando pensaba que finalmente había encontrado el traje perfecto, encontraba una imperfección, e inmediatamente lo descartaba.

-iPatrick, la cena está lista!- Gritó su esposa desde la cocina.

-¡Estaré en un minuto! -Contestó.

Pasaron cinco minutos más y él no se decidía. Suspiró. Tal vez era mejor ir a comprar uno mañana por la mañana. Unos pequeños pasos se escucharon detrás de él y luego una pequeña y dulce voz le hizo sonreír.

-Papi, te estamos esperando para cenar.

Patrick se dio vuelta y caminó hacia su pequeña hija, quien le tendía la mano. Sin embargo, él la tomó en sus brazos y la abrazó, hundiendo su rostro en su cabello rubio, largo y rizado.

-Te amo, mi pequeña.

-Y yo a tí, papi.

-Mmm, veo que me dejaron afuera de la fiesta de abrazos.

Tanto Patrick como su hija se rieron.

-¿Qué dices, Charlie? ¿lnvitamos a mamá al abrazo?

-¡Sí!

Padre e hija abrieron los brazos, invitándola a un abrazo de tres. Él las abrazó fuerte y escuchó la voz de su esposa, en un susurro.

-Te amo, cariño.

-Yo también, mi amor.

-Bueno, ahora vamos a cenar que muero de hambre. -Dijo su esposa, rompiendo el abrazo.

Patrick bajó a la niña y fueron a cenar. Unas hora más tarde, después de cenar, ver televisión, charlar y convencer a su hija de irse a dormir, Patrick y su esposa ya estaban listos para una noche de sueño reparador. Una vez cambiado con su pijama y cepillado los dientes, se dirigía a la cama, donde su mujer ya lo esperaba, leyendo un libro a la luz del velador. Pero antes de llegar, notó que el vestidor todavía estaba abierto y con la luz prendida, por lo que fue a apagarla. Sin embargo, se quedó unos segundos pensando, hasta que decidió involucrar a su esposa a la elección de trajes.

-Angie. -La llamó.

¿Si?

-¿Me podrías ayudar a elegir mi traje para mañana? -Ella levantó la vista de su libro y lo miró.

-¿Traje para mañana? -Preguntó. Él la miró unos segundos y ella finalmente comprendió. -Patrick, ¿piensas ir a otra entrevista? ¡Me dijiste que no harías más sesiones espirituales en cámara!

-Lo sé, amor, pero esto es...

-¿Es qué? -Angela se levantó de la cama y lo enfrentó.

-Esta entrevista es para hablar sobre la ayuda que le brindo a la policía, no es para promocionarme.

-iTodo es para promocionarte! -Ella gritó. Luego se tapó la boca y se quedó en silencio. Cuando no escuchó a su hija despertarse, suspiró profundo, y con voz un poco más calmada, volvió a hablar. -Patrick, tú sabes que esto que haces no está bien.

-Lo sé. -Susurró, mirando al piso.

-¿Entonces por qué lo haces? -Preguntó, buscando su mirada. -¿Por qué te comportas como si esto no te afectara? Te conozco, Patrick, y sé que después de cada acto, te sientes como un miserable pensando que eres igual que tu padre. -Él siguió mirando al piso con la mirada perdida y un nudo en la garganta. -Nos fuimos de las ferias por eso. -Continuó. -Porque no queríamos convertirnos en lo que ellos eran. Mira cómo está Daniel, en lo que se ha convertido, y dijimos que no queríamos esto para nuestra vida, y mucho menos ahora para nuestra hija. ¿Por qué sigues haciéndolo?

The Mentalist ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora