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Martes fue un día de lluvia, en verdad casi siempre llovía en Florida, o al menos donde él viva cada dos por tres llovía, por lo que el entrenamiento de baloncesto al aire libre fue pospuesto.

– Hey George, tu novia está aquí – escuchó a alguien de su equipo decir desde atrás, les habían estado molestando a Karl y a él diciendo que eran pareja, cosa que les pareció ridículo, pero decidieron ignorarlo.

– No tengo novia – dijo girándose mientras rodaba los ojos, su mirada encontrándose con la de Karl ignorando al chico que había hablado – ¡Karl! ¿Que haces aquí?

– Nuestra práctica al exterior fue cambiada al gimnasio debido a la lluvia, los de fútbol americano también vendrán – comentó con una sonrisa y en ese momento vio a Nick y Clay entrando al gimnasio, rápidamente aparto la mirada.

– Ya veo – miro alrededor – ¿Donde estan las chicas?

– Cambiándose – contestó encogiéndose de hombros, la mirada de su amigo fija en los recién llegados.

– Deja de mirarlo, eres muy obvio – Karl se giró hacia él, sus orejas sonrojadas – ¿Quieres hacer algunos tiros? Te puedo enseñar – sonrió George y en un segundo la pelota que tenia en sus manos había desaparecido – ¡Oye Karl! – Gritó persiguiendo al chico más alto quien corría como si fuera a morir.

Cuando el estadounidense se posicionó y tiró George se puso enfrente de él y saltó, prediciendo el tiro del otro que lanzó una maldición al ver como la pelota ni siquiera tocaba el aro.

– Ja ¡JA! – río George saltando de alegría cuando la pelota botó lejos de ellos, aún sintiendo su mano caliente por el golpe.

– ¡Idiota! Por primera vez me salia bien el tiro y tu va y lo paras – se quejó Karl, mirándolo con sus brazos cruzados.

– Esta bien, esta bien, no llores – rodo los ojos yendo a por la pelota, pero por su mala suerte había caído en los pies de Clay, quien le miraba.

Su cuerpo se tensó y sus ojos no se pudieron apartar de ese verde mezclado con marrón, aunque el los viera en un amarillo muy oscuro. Mierda, ¿porque sus palpitaciones aumentaban cada vez más? No podía parar de imaginar a Clay como Dream, en ese traje, con esa cara, siendo jodidamente sexy.

Y no se podía culpar a el mismo, eran casi iguales, sus descripciones parecían idénticas, y por culpa de eso tenía insomnio esos días.

No supo cuanto tiempo estuvo mirando esos ojos, solo supo que sus manos se movieron automáticamente cuando una pelota fue hacia él, sus ojos siguiendo la dirección y llegando a Nick, quien sonreía.

– Em ejem, gracias – murmuró y se giró, no queriendo que vieran el sonrojo en sus mejillas, pero fue atrapado por Karl, quien en ese instante exploto en una risa – De que te ríes idiota – gruño antes de darle un golpe en el hombro, sacando un quejido del otro.

– Auch, esa mierda dolió – se quejó el más alto mientras acariciaba la parte golpeada – Primero me impides hacer mi super tiro y ahora me golpeas, esto ya es algo personal, ¿que te he hecho para merecer esto? – Acusó dramáticamente.

– Por favor, sabias que iba a por ti desde un principio – contestó sonriendo, siguiéndole el juego, olvidándose en un segundo de su sonrojo y del chico alto.

– ¡Oh! ¡Como te atreves! – Karl se dejó caer encima de George, quien riendo lo agarro para que no cayera – Mira, las chicas ya estan aqui – Sonrió apartándose de su amigo y yendo hacia ellas – Ladies, vamos a empezar dando unas vueltas a la cancha, ¡vamos! – Dijo animado, empezando a dar palmadas y cogiendo la delantera para que las chicas le siguieran el ritmo – ¡Hablamos después George! ¡Piensa en dejar el básquet y unirte a las animadoras! ¡Te quedaría bien una falda! – Grito para que lo oyera.

Yellow (Spanish ver.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora