CAPÍTULO 9

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Anette.
Los sentidos me fallaban, la vista se volvió borrosa, sentí que el oxígeno se atascó en mis pulmones, el pulso se me disparó a toda velocidad, sentí que estaba a punto de desfallecer

Piel pálida, cabello color miel, ojos color azul con toques grises, una extraña combinación que me fascinaba, más cuando me veían solamente a mi, labios abultados levemente rosados, una mandíbula marcada que moría por besar y un cuerpo que sin duda alguna, había sido ejercitado durante varios años.

Exactamente, durante 5 años.

-Leo - traté de que mi voz saliera completa, pero fallé en el intento

-Anette - el tono frío y desinteresado que utilizó, me causó escalofríos

¿Y qué esperabas querida? ¿Qué nos recibiría con los brazos abiertos?

-Jace - su voz había cambiado, era un tono que solía utilizar con cualquiera con el que fuera amigable

-Hey, ¿qué tal? - Jace le dio una pequeña sonrisa

-¡Oh por Dios! ¡No lo puedo creer! - Leo esbozó una pequeña sonrisa al escuchar aquella voz - ¡Eres tú! ¡Nuestro pequeño Leo es todo un hombre! - mi madre parecía que en cualquier momento se echaría a llorar.

Ella y mi padre guardaban un profundo amor y cariño hacia los hijos de Ally y Louis, habíamos crecido juntos.

Conforme íbamos entrando, los gritos eufóricos por parte de mi madre incrementaban, estaba que se moría de la emoción de volver a ver a su mejor amiga, aunque se impresionó más al ver lo grandes que estaban Maia y Madison.

-¡Pero mira que hermosas son estas niñas! Parece que fue ayer cuando eran unas bebés y ahora son todas unas muñecas hermosas - Maia soltó una risita y a Madison se le colocaron las mejillas algo rojizas.

Amanda Harrison amaba a toda esta familia.

Sentía la fuerte mirada de alguien en mi espalda, y no tenía que ser adivina para saber de quién trataba, era el único que estaba fuera de todo el alboroto en la sala de estar.

-¡Anne! No sabíamos que venias, pero me alegra que estés aquí - se acercó Ally a mi y me envolvió en un fuerte abrazo

-Ha sido de imprevisto, pero igual me alegro de verlos

-Bueno, ¿y qué esperamos para ir al comedor?

Todos caminamos en dirección al que - al parecer - era el comedor, aunque sinceramente me parecía algo extremadamente exagerado tener una mesa para casi 20 personas, en una casa donde sólo eran 7 en total.

-Tomen asiento, en un momento traerán la cena - y al momento de decirlo, las personas encargadas de la cocina salieron con varios platos, los colocaron al centro de la mesa y se retiraron.
Sonreí al ver de nuevo a Tammy, quien había sido la cocinera principal hace unos años.

Ally agradeció al personal y los invitó a la mesa, pero ellos contestaron que ya habían cenado. Comenzamos a servirnos según lo que quisiéramos comer.

-Y bien, ¿qué tal la escuela? - preguntó Ally - y es una pregunta para todos, que quede claro

-Es buena - respondió mi hermano - aunque es algo exigente, a comparación a mi antigua escuela

-Es normal - responde Ally - desde que inician los últimos tres cursos, están en la mira de importantes universidades, la perfección es algo importante.

-Eso no lo sabía, pero me alegra saberlo ahora - reímos ante la respuesta de Jace

-Y tú Anne, ¿qué tal te trata Irlanda?

Enamorarse no es un delitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora