Día 3: ¿La maldad es lucrativa?

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Siendo honesto, ¡me encantaría ser millonario! El dinero influye en las comunidades, el dinero nos permite obtener muchas cosas, y el dinero... puede matarnos. Sin embargo, ¿qué tiene de malo querer algunos billetes? ¡Ese es el punto! Quizás nunca sea suficiente para ti. La avaricia, la ambición, la necesidad de obtener más y más y más, más, MÁS, MÁS ¡MÁS! ¿Este codiciado material es capaz de manipularnos? El tan deseado y temible... dinero.


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—¿Hola? ¿Hola? Pequeño Tom —susurraba alguien—. Mi pequeño retoño, ¿estás ahí? 

Aquella silueta que mi subconsciente recuerda.

—Llegó la hora de irradiar el día con tu linda presencia.

Una voz interrumpía mis sueños, pero trataba de ignorarla. El sonido era cada vez más fuerte, y ya no era una opción evitarlo.

Despierto, y lo primero que observo me confunde. Es Nadir, quien lleva puesto un traje revelador de color carmesí.

¿Será otro intento suyo de coquetear conmigo? ¿Hoy es un día especial? Admito que ese traje lo hace ver muy atractivo.

—Mi pequeño retoño abrió sus maravillosos ojos —dijo con alegría—. Tengo una sorpresa para ti ¡Algo maravilloso! Pero debes desayunar. La comida está ahí, encima de la bandeja —su expresión denotaba cansancio—. No pude cambiarme anoche por falta de tiempo, así que me ocuparé un momento —se aleja con apuro—. Llámame cuando termines.

No pensé mucho en la situación, por lo que agarré esa bandeja y comí hasta saciarme. Pasaron algunos minutos.

¡ESTABA MUY RICO! ¿Qué hacen para preparar tan buenos platillos?

Para relajarme veo con detenimiento la hermosa ventana. Aquella se volvió mi parte favorita de la habitación, ya que muestra paisajes encantadores.

Me levanto de la cama y empiezo a estirar mi cuerpo. Por alguna razón, no tengo fuerzas para hacer movimientos ni actividad física en general.

Creo que debería jubilarme, aunque es muy temprano para eso ¿Y qué importa? ¡ME LO MEREZCO! No cualquiera es capaz de vivir tres días junto a un par de lunáticos. Hay veces que me imagino cosas aterradoras sobre ellos, como que me observan desde las sombras o que escuchan todos mis pensamientos.

Bueno, ahora debo seguir las órdenes del sujeto.

¡Maldita sea! No quiero llamarlo ¡No tengo ganas de verlo! Aun así, temo por las consecuencias.

—¡Nadir! —grité para avisarle.

Momentos después ingresa al cuarto, con una ropa casual.

—¡Dijiste mi nombre! Nuestra relación se ha desarrollado un poco más, lindo Tom —menciona con una expresión coqueta.

¡¿A este quién lo llamó?!

—Te regalo esto.

En su mano trae una flor, extiende su brazo para ofrecérmela.

—Una magnolia rosa, que tiene un bello significado.

No reacciono, solamente estoy en silencio.

—Te ayudaré —se acerca, poniendo la flor detrás de mi oreja—. Ahora tu belleza es adornada con el humilde obsequio de tu amado.

—¿Qué sorpresa tienes para mí? —pregunté, ignorando completamente los halagos del tipo.

—Eres impaciente, déjate llevar y lo sabrás —respondió muy confiado—. Ven sin preocupación, no es una trampa, ni tampoco quiero herirte.

La Mansión de los Deseos LuctuososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora