*Lord Antoine Hervey, marqués de Bristol en multimedia
Benjamin se quedó un minuto callado.
-¿Para qué quieres saber eso?
-Creo que, al menos, merezco saber cuál es el causal de mi destino
Ben desvió la mirada tan solo unos segundos, nuevamente sintiéndose culpable.
-Bien, te lo diré, pero debes prometer que no se lo contarás a nadie
-Habla
-Hace unos meses, en la cámara de lores, sucedió un episodio, cuando menos, bochornoso. La viuda marquesa de Cholmondeley irrumpió en medio de una sesión. Se paró en el buró y comenzó a gritar a viva voz que Hervey no era más que un sinvergüenza, que se había burlado de ella por varios años, e incluso lo acusó de haberse burlado de varias jovencitas casaderas, de las cuales no mencionó nombres. Dijo que estaba embarazada de él y que dado que él no se quería hacer cargo de la criatura, ella había tenido que acudir a la cámara de nobles caballeros, para que le hicieran entrar en razón, aunque yo más bien diría para que la presión social lo obligase a casarse con ella.
Eleanor trató de imaginarse la escena, y en ella vio a un estoico Hervey mirando a la mujer con la mirada aristocrática.
-En fin, como sabrás es imposible que un ministro de defensa siga ejerciendo el cargo con semejantes acusaciones, así que se abrió una investigación en su contra en la que no solo se comprobó que Hervey no había estado con ninguna jovencita casadera, y que la marquesa no estaba embarazada sino que también se comprobó que Hervey se encontraba -Benjamin trató de pensar la palabra apropiada, su hermana era una dama ¿Cómo decirlo?
Eleanor al darse cuenta de la expresión de su hermano, soltó:
-Dilo Ben, no soy una niña pequeña
-Mmm... Bueno digamos que tenía amistad con varias viudas, incluida la marquesa que lo acusó. Y dado que la reina es... Bastante conservadora en temas de familia y religión, le dio un ultimátum a Hervey, le dijo que su reputación estaba seriamente mancillada y su credibilidad como ministro dañada, así que más le valía encontrar una jovencita casadera con la que sentar cabeza y pronto. Por supuesto, debía ser una jovencita de buena reputación, como tú
-Hay muchas jovencitas de buena reputación en Londres, y con mejores modales que los míos
-Bueno, la verdad es que lo único que me quedó claro es que decidió casarse por el escándalo, ¿por qué te escogió a ti?. No lo sé. Quizá sea simplemente porque le pareces bonita
Eleanor bufó.
-Bueno y ¿Cómo es que todo Londres no se ha enterado de semejante escándalo?
-Eso no es muy difícil de adivinar, ya sabes, los caballeros tendemos a guardarnos más esta clase de cosas, a diferencia de las damas
Eleanor lo miró con cara de ¿Es enserio?.
-Está bien, está bien -dijo Benjamin rodando los ojos- su majestad nos pidió que cerráramos la boca, a menos que el marqués no cumpliera con la condición que le había propuesto. El que habla está expulsado de la cámara de lores ¿Entiendes porque esto debe permanecer entre los dos?
Eleanor asintió.
Unos minutos después, Eleanor y su hermano entraron a la residencia de Oliver.
Todo el salón se encontraba decorado con decenas de arreglos florales, la música suave retumbaba por toda la estancia. Muy probablemente en un cuarto de hora comenzarían los bailes, de momento, la gente se encontraba charlando animadamente, algunos caballeros con copas en las manos y una que otra dama empuñando abanicos (herramienta más que necesaria para el calor que se provocaría por el baile que se avecinaba).
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El marqués
RomanceLa familia de los Ashley-Cooper ha albergado un rasgo por generaciones, un rasgo que hace a las mujeres extremadamente fuertes, con una inteligencia táctica casi inigualable y con facilidad de memoria para los movimientos de combate. Lo llaman el ra...