Capítulo XIII

2.2K 221 3
                                    

Eleanor se moría de curiosidad por saber qué había dentro, después de todo ¿Quién no tiene curiosidad por lo prohibido?

Aunque bueno, no se podía decir realmente que en la habitación había algo prohibido. Podía ser que simplemente dejaron la puerta cerrada por equivocación, así que Eleanor bajó a buscar a Mary para que le abriera la puerta.

-Buenos días, Mary -Dijo Eleanor sonriendo.

-Buenos días, milady ¿Puedo serle útil en algo?

-Sí, en realidad, te quería pedir si me pudieras abrir una puerta del piso de arriba

-¡Oh! Ya sé a cuál se refiere... Enseguida se la abro

Ambas mujeres subieron a la habitación y una vez entraron, Eleanor se quedó sorprendida, había muchas cosas que curiosear en ese cuarto.

Lo primero que observó al entrar fue un inmenso cuadro, en el que se encontraban dos adultos y dos niños. ¿Quiénes eran los protagonistas del retrato?

-Con su permiso, me retiro, milady -dijo Mary interrumpiendo los incipientes pensamientos de Eleanor.

-Mary te podrías quedar un momento, por favor, es que hay muchas cosas interesantes y me imagino que tú haz trabajado ya algunos años para la familia

-De hecho, sí milady -dijo Mary con una sonrisa- fui la nana de milord

-¿Enserio? -dijo Eleanor sorprendida.

-Sí, milady

-Bueno, entonces, si me permites tengo mucho que preguntarte, por ejemplo -dijo Eleanor poniéndose el dedo índice en la barbilla- ¿Quiénes son las personas del retrato?

-Bueno, milady, ellos son milord, y su madre, padre y hermana

Eleanor se acercó a la pintura y la observó a detalle, en ella vio a un sonriente niño con suaves rizos rubios en el cabello. Ese era Antoine. Cuando lo pensó por un segundo, se dio cuenta de que en realidad no le molestaría tener un hijo con él. Sería lindo, de hecho, que se le pareciera.

Eleanor en ese instante, frenó sus pensamientos, que bajo había caído. De seguro, le habían dado una pócima para que llegara a estas circunstancias.

-¿Y su padre? -preguntó Eleanor mientras miraba al resto de integrantes del retrato, en él vio a un hombre de ojos y cabellos claros, bastante serio, a Eleanor le daba la espina de que tenía porte militar; también vio a la marquesa viuda y corroboró de primera mano que estaba bien conservada. Y vio a la hermana de Antoine, que aparentaba ser mayor que él y era más bien parecida a su madre.

-El difunto marqués falleció cuando milord era bastante pequeño, en un accidente a caballo

-Pobrecillo -murmuró Eleanor pensando en que ese pequeño de rizos rubios tuvo que pasar por semejante desgracia, similar a la suya, aunque ella era más grande y tuvo más tiempo a sus padres consigo antes de perderlos- ¿El marqués era militar?

-Así es, milady, igual que lo han sido todos los marqueses de Bristol

Entonces fue cuando Eleanor divisó unas charreteras empolvadas, arrinconadas en una mesa.

-¿Y esas? -preguntó Eleanor.

-Son de milord, milady

-¿De Antoine?

Mary asintió.

-Pero... Él nunca usa su uniforme, la verdad, yo pensé que nunca se había enlistado, creí que había recibido entrenamiento como un particular

-No, milady. Milord, en efecto, estuvo en las fuerzas armadas, tiene el grado de coronel, pero hace varios años que se dio de baja

-¿Por qué? Podía ser ministro de defensa, y ser militar al mismo tiempo

El marquésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora