El marqués

Capítulo XIV

Eleanor se quedó pasmada al ver a Oliver en la entrada de su casa, borracho, discutiendo con el mayordomo para pasar.

-¿Qué rayos está pasando aquí? -dijo Eleanor visiblemente molesta.

-Vine a hablar contigo, Leo, tengo que decirte algo muy importante

-Adelante -dijo Eleanor cruzándose de brazos.

-Tiene que ser en privado

-No veo porque tú y yo tendríamos que discutir un asunto en privado, no quiero ninguna clase de habladurías, Oliver, mi esposo no está en casa y yo, en definitiva, no te recibiré a solas

-Bien, Eleanor si quieres que todos los empleados escuchen lo que te quiero decir, adelante. Pero no me digas que no te advertí que hablemos en privado

-No hablaré con un borracho en privado -dijo Eleanor severamente.

-Un borracho -dijo Oliver con una risa amarga- sí he caído tan bajo, Eleanor, ha sido por tu culpa, cada día estoy enloqueciendo más por ti, ¿Cómo fuiste capaz de casarte con ese hombre?

-Sal de mi casa, Oliver, y no quiero que vuelvas más hasta que recapacites tus palabras, yo soy tu amiga, eso es todo y nada más

-Escapémonos -dijo él- vámonos a Francia y olvidémonos de todo esto

-Oliver, ¿Sabes algo? Me da tristeza todo lo que estás haciendo, no eres el mismo muchacho alegre que se convirtió en uno de mis mejores amigos. No iré a ninguna parte, estoy casada con Lord Hervey, y aquí me quedaré, esperando hasta que regrese. En cuanto a ti mi amigo, serías afortunado si te dieras cuenta de que yo no constituyó más que un mero capricho para ti, te molesta el hecho de que no soy accesible a ti. Te aseguro que si yo no me hubiera casado con el marqués, tú ni si quiera hubieras sentido ese nuevo afecto que dices sentir. Ahora vete de mi casa o tendré que pedir que te saquen por la fuerza

-Esta vez no me iré, Eleanor, te aseguro que estoy enamorado de ti, una palabra tuya y romperé el compromiso con Marguerite, luego nos iremos lejos de aquí, a estar juntos como debió ser desde un principio

-Oliver, yo ya no sé ni qué decirte en cuanto a tu compromiso más que siento mucha pena por la pobre Marguerite, espero que tengas en cuenta sus sentimientos y no solo los tuyos como estás haciendo ahora. Adiós

Eleanor subió escaleras arriba, mientras escuchaba como Oliver gritaba su nombre, algo en su interior se removió, sin embargo fue tan pequeño que ni si quiera lo tomó en cuenta.

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Dos meses más tarde...

Eleanor se encontraba desayunando cuando le trajeron el periódico.

Y leyó una cosa irrelevante tras otra, hasta que sus ojos leyeron un encabezado que no podía creer, tenía que ser una vil mentira. No había manera de que no lo fuera.

"Masacre en India

Las tropas del marqués de Bristol arremetieron contra civiles inocentes, entre ellos mujeres y niños, en una protesta no armada por la libertad de la India.

Se cuentan entre los fallecidos doscientos indios.

La pregunta es: ¿Son necesarias tantas muertes de inocentes para mantener una colonia? ¿Es tanta la ambición de la corona?"

Eleanor se llevó una mano a la boca por la impresión, pero no podía ser cierto.

Si bien ella no conocía a su esposo tanto en el ámbito personal, ella sí que lo conocía en su ámbito laboral y sabía que su esposo no eran ningún sanguinario que mataría a sangre fría a mujeres y niños. Él siempre pensaba sus planes con cabeza fría.