Capítulo 12: Cassandra

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Desde que regresaron al pueblo se han replanteado la idea de regresar a la casa abandonada. Eilan está muy seguro de querer ir junto con ella, se lo dijo desde que les propuso esa idea. Por otro lado, Alex no le respondió, simplemente se despidió de ellos para dirigirse a su casa. Era obvio que no tenía ninguna intención de regresar y ni Cassandra, ni mucho menos Eilan lo obligarían a acompañarlos. Lo que haya visto y escuchado no pudo haber sido nada agradable. Ella se volvería loca si le llegase a pasar algo similar. El ver a un hombre y no saber si es real o producto de tu imaginación, el hecho de escuchar gritos que solo tú eres capaz de percibir y que no sabes cómo dejar de hacerlo, eso le dañaría la cordura, la haría dudar de todo lo que existe y de lo que podría existir.

Al otro día, entre las clases, volvieron a sacar el tema de regresar a aquella casa. Hablaron de esto estando solo ellos tres; no querían que Neith se enterara de cada paso que dieran. No sabían si confiar en ella, han estado conviviendo con Neith como si no tuvieran la duda revoloteando en sus pensamientos. Estaba claro que ningún humano es capaz de curarse ni el más mínimo rasguño en cuestión de segundos y mucho menos la herida de un vidrio enterrado. Ella era algo y hasta no descubrir que, no la incluirían en este tipo de cosas.

—No creo que sea buena idea que yo los acompañe... —tardó en decir Alex, estaba tratando de articular las palabras correctas para que no notaran que tiene cierto temor en que le pase lo mismo que la última vez—: Ayer ignore todo el día a Esther, creo que lo conveniente es que pase con ella un rato, para que no haga un escándalo.

—Está bien. Si encontramos algo importante te mandaremos un mensaje —mencionó Eilan—. Y si Neith te llega a preguntar por nosotros, no le digas en dónde estamos. Invéntale que tuvimos cosas que hacer o dile cualquier cosa, menos la verdad. No quiero que la vampirita nos coma. —Alex solo asintió con la cabeza mientras se reía por el apodo que ahora le había dado a Neith.

Al acabar las clases Eilan y Cassandra se alejaron rápido de la escuela, antes de que Neith quisiera hacer algo con ellos.

Su primera parada antes de ir a aquella casa fue encontrarse con Lucas en casa de Bernardo. Estaba cerca de la escuela, así que acordaron en verse ahí.

—¿Y la princesita? —dijo Bernardo en cuanto vio que Neith no estaba con ellos— ¿Ya se aburrió de ustedes?

—Tenía cosas que hacer. Por eso venimos solo nosotros —mintió Cassandra.

—¿Solo irán ustedes? —cuestionó Lucas. No es como que esté preocupado por la seguridad de ellos, más bien es para saber que darles exactamente—. No creo que alguien les haga algo. Pero, no sé si sería conveniente que les diera un arma. Oliver mató a Dante y era su mejor amigo. A Jessica la mató su hermano y siempre fueron unidos ¿Qué me asegura que ustedes no harán la misma pendejada?

Era una estupidez lo que salía de su boca. Cassandra nunca dañaría a alguien que ama y mucho menos si se trata de alguien que ha estado toda la vida a su lado. Está segura de que Eilan tampoco sería capaz de lastimarla; Cassandra sería capaz de dejar su vida en manos de su mejor amigo sin desconfianza alguna.

—Si tanto te preocupamos ¿Por qué no vienes con nosotros? —contestó Eilan con cierto tono sarcástico—. La última vez nos acompañaron, sería buena idea si lo volvieran a hacer.

—El ver ratas muertas y símbolos satánicos no es de mi interés —dijo Lucas mientras se sentaba en un sillón algo viejo—. La última vez que fuimos, al Chaparro parecía que le estaba dando la pálida y Berna estaba cagado de miedo. No hay nada interesante en ese lugar.

No espero a que Eilan o Cassandra le contestaran. Se agachó para recoger una caja de Zapatos que estaba tirada en el suelo, al lado del sillón. Al abrirla se dieron cuenta que dentro no había nada parecido a unos zapatos. Lucas sacó de la caja una pistola Beretta 9mm. Extrajo el cargador para mostrarles que ya tenía balas en él, les enseñó lo básico para que pudieran usarla en una emergencia. Les mostró la manera en que tenían que bajar el martillo para poder deslizar sin ningún problema la corredera.

Hasta Volvernos a Ver © [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora