Capítulo 46: Eilan

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Eilan no se percató de la tragedia que estaba viviendo su mejor amigo hasta que escuchó las sirenas de los policías y de la ambulancia. Se asomó por la ventana para ver a cual de los vecinos auxiliaban, este creía que se podría tratar de otro homicidio-suicidio hasta que vio de quienes se trataba. Corrió para dirigirse a casa de Alex, temía lo peor.
Cuando estuvo cerca no lo dejaban pasar los policías que resguardaban el lugar. Eilan vio de lejos que sacaban un cuerpo dentro de una bolsa para cadáver, sintió que algo frío le recorrió el cuerpo, se quedó pasmado por varios segundos creyendo que había perdido a una de las personas que más amaba en esta vida. Estuvo así hasta que unos brazos lo envolvieron, susurrandole que todo estaba bien.
Alex está en la ambulancia —dijo su madre la cual estaba con el uniforme de enfermera ya que acababa de regresar del trabajo. Le señaló la ambulancia en la que estaba Alex, este se encontraba reposando en el hombro de Geran, tenía muchos moretones en el rostro y una gasa en el cachete, Celia se encontraba dormida en los brazos de Geran.
Un paramédico le habló a su madre haciéndo que lo soltara, lo que alcanzó a escuchar es que llevarían a Alex y a su hermanita al hospital ya que necesitaban hacerles estudios para asegurarse de que no tuvieran alguna herida grave. Mencionaron que le pedirían su declaración sobre si había visto algún comportamiento raro y que los peritos estarían dentro de la casa más tiempo para poder examinar la escena del crimen. 
Horas después se enterarían que no sólo hablaban del padre de Alex.
Eilan tomó su celular para llamar a Cassandra para que estuviera enterada de la situación de Alex, pero justo en ese momento recibía una llamada de su híbrida favorita.
—¿Sabes en dónde está Geran? —dijo en un tono muy enojado, pero cansado al mismo tiempo.
—Buenas noches ¿Como te va Eilan? —dijo en un tono sarcástico al no recibir ni siquiera un saludo por parte de su amiga.
—Perdón… sucedió algo y papá como si nada desapareció, no sé en dónde está… —Su voz se le quebró y se escuchó como reprimía un par de sollozos.
—¿Qué pasó Neith? ¿Estás bien? —Eilan estaba demasiado ansioso, no podía creer que otra cosa mala les pudiera estar sucediendo.
—No sé qué pasó… No sabemos qué le pasó —decía entre sollozos y Eilan no sabía qué era lo que le trataba de decir—. Mi tío Daven encontró el cuerpo del tío Luar. Está muerto.
Y la pesadilla no terminaba para ellos.
*
Eilan en el momento en que colgó la llamada con Neith corrió hacia la casa de Cassandra, tenía que estar enterada de lo que les estaba pasando, después tenía pensado que fueran juntos al hospital para ver a su mejor amigo.
Ni siquiera se puso otra ropa, llegó a casa de Cassandra vistiendo con su pijama y una playera vieja, era de madrugada a punto de amanecer y sabía que ni su amiga ni sus padres estarían despiertos. Ellos eran mejores amigos desde siempre, pero a pesar de ello no sabía con qué cara llegar a esas horas y darle dos malas noticias, una peor que la anterior.
Obviamente no quería tocar la puerta eso haría que todos en la casa se despertaran asustados y a la única que podría controlar en un estado así era a su amiga. Así que su única opción era subir la reja que estaba por la ventana del cuarto de Cassandra.
Ya lo había hecho cuando era pequeño, cuando quería molestar a su amiga al despertarla, le gustaba hacerlo, pero después de que la vio una vez vistiéndose, recién salida de bañarse, el golpe que ella le dio le dejó muy en claro que ya no eran unos niños para seguir haciendo eso.
Esta vez era diferente, esperaba que Cassandra no lo fuera a golpear. Subió lo más rápido que pudo, estaba a punto de abrir la ventana del cuarto, pero alguien se le adelantó.  Eilan creyó que lo recibirían con un golpe, pero en cambio Cassandra le ayudó a entrar al cuarto mientras le preguntaba con un tono preocupado:
—¿Qué pasó?
—¿A qué te refieres? —contestó con otra pregunta, ya que no entendía por qué su amiga tenía esa cara y estaba despierta a esa hora.
—Tengo un mal presentimiento. Se que algo no está bien —las manos le temblaban y por esta razón se abrazó a ella misma—. ¿Qué fue lo que pasó? 
—Tienes que calmarte para que te pueda explicar —la tomó de las manos para que dejara de temblar, hizo que se sentara en la cama para explicarle lo que sabía de Alex y de Luar.
—Es imposible… —decía con voz entrecortada y con lágrimas en sus ojos, Eilan al verla tan vulnerable no pudo evitar acurrucarme en sus brazos, acción que Cassandra aceptó sin problemas, lo necesitaba—. Luar no puede estar muerto. Es un ser inmortal, él nos cuidaba. No puedo creer que esté muerto. No quiero imaginar como estará Neith —hizo una pausa para después hablar de lo que sucedió con Alex—. Tenemos que ir a verlo al hospital, su papá no habrá servido como una buena figura paterna y habrá sido un loco homicida, pero era su padre. Tenemos que estar con él. No puedo creer que estén pasando tantas cosas malas dijo aumentando cada vez más su llanto, era tanto el poder que desbordaba de su interior que al estar con tantas emociones hizo sin querer que el foco de su cuarto encendiera antes de explotar.
Eilan sólo pudo seguir abrazando la, esta escena le recordó a varias situaciones que vivieron de niños en donde él, al ser el más grande de estatura, creía que debía de cuidar de Alex y Cassandra. Cuando ellos lloraban Eilan los animaba abrazándolos o comprándoles dulces.
Solo que en ese momento no tenía un dulce a la mano, así que lo único que se le ocurrió hacer es besar la frente de su amiga,algo que hizo que ella se sorprendiera, no eran la clase de amigos que se daban besos y se decían te amo, de hecho no habían tenido muestras de cariño de ese tipo, nunca.
Hasta ahora.
*
Neith y Daven ya se encontraban con Geran en el hospital cuando ellos llegaron. También se encontraba la madre de Eilan la cual seguía hablando con los policías junto a Geran.
A Neith y Daven se les notaba la tristeza en el rostro, estaban pálidos y ojerosos, también tenían los ojos un poco hinchados, seguramente de haber llorado tanto.
Eilan y Cassandra se limitaron a darles un abrazo, reprimiendo el nudo en sus gargantas para poder brindarles seguridad.
—La guerra aún no empieza y ya nos llevan la ventaja —susurró Daven al tener el alma destrozada. Acababa de pelear en la guerra que hay en el cielo, y aún así está seguro de que abra una más. Más fuerte. Más destructiva y que involucraría a todos los seres mortales e inmortales que puedan existir.
Alex y su hermana estaban reposando, los doctores ya los habían revisado y afortunadamente estaban fuera de peligro, así que el par de humanos estaban igual de callados que el par de inmortales. 
Esto hacía que la mente de Eilan comenzara a divagar, el conocía la historia de Daven y Luar, ellos apenas se estaban recuperando cuando se volvieron a perder, o más bien Daven lo perdió, Luar era el amor de su vida.
Sin querer fijó su mirada en Cassandra, su mejor amiga y la única persona a la que le podría entregar su corazón. Blaz perdió a Rhoslyn, Eilan lo sabía, pero en esta vida, él no soportaría el perderla. No soportaría que alguien le hiciera daño, no podría vivir en un mundo en el que ella no estuviera a su lado. No entendía cómo Daven a pesar de todo sigue estando de pie.
Aunque está seguro de que encontrara a Cassandra en su siguiente vida, no quiere imaginar cómo sería si la perdiera de nuevo. 
*
Su madre y Geran se despidieron de los policías y se acercaron a ellos.
—Los policías dijeron que al haber quedado totalmente huérfanos y al ser menores tendrían que ir a parar a una casa hogar por no tener un familiar que los cuide —declaró la madre de Eilan—. La ventaja es que este buen hombre pudo retrasar todo eso con sus métodos para persuadir.
Obviamente hablaban de un soborno, en ese aspecto era buena idea mantener cerca a esa familia sobrenatural, si no fuera por ellos, Alex y su hermana ya estuvieran pisando un orfanato.
—Creo que me tendré que casar pronto para podernos adoptar y que no vayan a terminar con un desconocido. Ellos ya sufrieron mucho como para seguir haciéndolo.
Eilan se quedó congelado al escuchar la palabra “casar”, sabía que su madre tenía un novio, era un doctor del hospital en el que trabaja, ha cruzado palabra con él un par de veces, no era una mala persona, pero es muy pronto para que se convierta en su futuro padre.
*
Tiene casi un mes que han regresado a la escuela después del trauma que vivieron Alex y su hermana, un mes de la muerte de Luar y aún no se sabe quién fue su verdugo.
Cuando dieron de alta a Alex los Edevane organizaron un funeral a cajón cerrado debido a las condiciones que presentaba el cuerpo de aquel semi demonio, así que posiblemente los únicos que pudieron ver el cuerpo de Luar solo fue su familia cercana al momento de recuperar su cuerpo.
Geran, Daven y Neith eran los que lloraban inconsolablemente, al perderlo a él perdieron gran parte de su alma, si es que tienen una.
Eilan recuerda que ese día vio algo que no creería haber visto y que Luar hubiese deseado ver, Geran y Daven se abrazaron.
Después de eso la madre de Eilan habló con su novio sobre la situación de Alex y su hermana y este no lo dudó. Le pidió matrimonio para que oficialmente los pudieran adoptar.
Sin necesidad de un papel ellos ya eran los hermanos de Eilan. 
Por obvias razones no quisieron regresar a su casa y por la situación de Luar no querían ser una molestia para Geran, así que despidieron mudarse a casa de Eilan, sin mencionar que a pesar de todo el apoyo por parte de Geran, para su madre era una persona extraña que por alguna razón tenía un gran interés en Alex, esto la hacía desconfiar un poco de él o quizás su desconfianza viene por el rostro que puso Geran al saber que Alex y Eilan dormían juntos.
Las pesadillas de Alex evolucionaron de alguna forma, ya no se trataban del día en que su madre murió, ahora Gustavo lo perseguía en sueños tratando de matarlos nuevamente, en algunas ocasiones su madrastra desmembrada también aparecía cuando cerraba los ojos.
A pesar de eso, Alex no era el más afectado por lo ocurrido, si no su hermanita menor, la cual apenas hablaba y cuando llegaba la hora de dormir las pesadillas la acechaban, despertando a todos con sus gritos. También se hizo vegetariana debido a que ella sabía lo que Gustavo le había hecho a Rebeca, su madre. Posiblemente en su pequeña cabeza crea que toda carne pudiera venir de una persona y mejor no lo come. 
En la escuela había dos cosas de las que se oía hablar en cada rincón, la primera era que Alex se había comido a su madrastra y matado a su padre y la segunda era el desaparecimiento de Luar, muchas o la mayoría de personas no sabían que había muerto o más bien que alguien lo había asesinado.
Cassandra y Eilan al ser los únicos que no habían sido afectados directamente y que podían estar al lado de sus amigos dentro de la escuela, se dedicaban a defenderlos y en más de una vez los mandó a llamar el director por haber iniciado una pelea, aunque en el fondo creían que el director sólo los mandaba a llamar para saber algo de su alumno favorito.
Todos en la escuela los miraban raro y a pesar de la deprimente atmósfera que tenían, Neith y Alex ya se estaban acostumbrando, solo había una persona que les incomodaba que los viera: Álvaro.
El primo de Esther había regresado de donde sea que haya estado para superar la pérdida de sus únicos mejores amigos, era lamentable lo que le sucedió, pero a pesar de eso no podrían entablar una conversación con él, ni siquiera por lástima.
Cassandra se enfocaba mucho en estar atenta con sus amigos, siempre trataba de entablar conversación sobre cualquier tema para que estos no tuvieran tiempo de perderse en sus pensamientos deprimentes.
Mientras que Eilan intentaba hacer lo mismo, pero siempre había alguien que lo distraía. Ya eran demasiadas las veces que Álvaro los observaba, sobre todo a Alex.
Eilan no decía nada, no quería alterar a nadie, pero siempre estuvo al pendiente, siempre se mantenía encima de su mejor amigo incluso cuando este no se daba cuenta.
Un día estaban en clase y Alex salió para ir al baño, Eilan salió unos segundos después para que su amigo no lo fuera a mirar o se fuera a sentir hostigado. Eilan lo buscó, pero lo había perdido de su vista, no estaba en el baño, ni en los pasillos de camino a este. Ya se estaba empezando a preocupar, temía que algún alumno curioso y problemático lo haya arrinconado para molestarlo. 
Empieza a correr por varios lugares de la escuela hasta que escucha unas voces detrás de un edificio, Eilan se escondió para escuchar un poco de la conversación.
—Ya te dije que no quiero saber nada de ella —declaró Alex con un tono molesto—. Es probable que ya hayas escuchado las noticias o los rumores, pero te juro que Esther es el menor de mis problemas.
—Ni siquiera me estás escuchando, esto no se trata de la relación que tenías con mi prima —la voz de aquel hombre se trataba de Álvaro, el cual por alguna razón no sonaba para nada molesto o intimidante, era extraño—. Yo creo que descubrí algo que no entiendo y que se que tu lo comprendes mejor que yo.
—¿A qué te refieres?
—A los demonios.
Ese fue el punto de alerta para que Eilan saliera de su escondite, no sabía de qué se trataba aquello, pero no se iba a arriesgar a que sucediera algo malo.
—¿De qué demonios hablas? —preguntó Eilan.
—Ya te estabas tardando —mencionó Alex con una ligera sonrisa, no estaba para nada sorprendido de su presencia, posiblemente sus tácticas para ocultarse no sirvieron de nada.
—Tienen ojos negros, dientes puntiagudos y un ego demasiado grande.
Alex y Eilan estaban demasiado sorprendidos y extrañados de que él supiera al respecto sentían lástima al recordar lo de Dante y Oliver. 
—¿Y cómo sabes eso? —preguntó Eilan—. Mejor dicho ¿Que tenemos que ver nosotros?
—Esther hace un tiempo me pidió que vigilara a Alex para que ella viera la manera de volver a acercarse a él —comenzó a relatar algo avergonzado—. Yo no tenía nada que hacer así que acepté, un día vi que estaban ustedes junto a otras personas en una casa con alguien que tenía esas características, no alcanzaba a escuchar ni a ver bien lo que sucedió, pero recuerdo la nube negra que parecía tener vida propia. Desde ese momento ya no le hice caso a Esther sobre seguirte y preferí callarme lo que vi. 
—¿Y qué fue lo que hizo que te volvieras a acercar a nosotros? —cuestionó Alex.
—Una cosa de esas está dentro de Esther y necesito su ayuda.
*
Alex y Eilan hablaron sobre decirle a alguien más sobre lo que estaba sucediendo, pero sentían cierta pena en molestar a los Edevane, ellos estaban demasiado ocupados en buscar al asesino de Luar. Así que la única que estuvo enterada fue Cassandra.
Los tres siguieron a Álvaro hasta la casa de su prima, Álvaro le iba mencionando en el camino que sus tíos habían salido del pueblo, así que no había problema por que no se enterarían de lo que le estaba pasando a Esther.
Cuando llegaron no había nada fuera de lugar, todo estaba inundado de un extraño silencio. Según Álvaro, el demonio que poseía a Esther no atacó a nadie, cuando éste lo atrapó no puso resistencia, solo lo observaba.
A Eilan se le hacía extraño que se tratara de un demonio real, estaba seguro que solo era la leona queriendo llamar la atención de su primo y de su ex.
Subieron a la habitación de Esther y ahí estaba ella, justo como la había descrito Álvaro, se encontraba encadenada a la cama, no hizo ruido alguno, solo los observó con sus ojos oscuros a cada uno de ellos para después sonreírles de una manera macabra, con esos dientes puntiagudos. 
—¿Tu eres Alex verdad? —preguntó el demonio, su voz no era como la de los otros demonios este tenía la voz como la de un hombre adulto de la realeza—. Cabello rojizo, ojos verdes y el único de sus amigos que usa lentes.
—¿Cómo sabes su nombre? —interrogó Cassandra.
—La joven a la que poseo me lo dijo. Hice un trato con ella.
—¿La engañaste para que firmara tu contrato? —preguntó Alex con repulsión, Esther no era de su agrado por todo lo vivido con ella, pero eso no significa que no lo salvaría de un demonio.
—¿Engañar? Yo no soy un demonio como los pequeños ex condenados con hambre libertad y aceptación por la reina. Yo soy uno de los guerreros más cercanos a la reina, anteriormente los humanos de estas tierras me llamaban Camazotz: “El dios murciélago”, pero prefiero que me llamen Zot, es fácil de recordar.
Los cuatro mortales tenían una cara llena de confusión y de sorpresa, si se trata de un demonio ¿Porque sigue hablando en vez de atacarlos? ¿Por qué tiene la paciencia de explicarles?
—Está humana no ha firmado ningún contrato —siguió explicando con educación—. Yo vine a la tierra para verificar que los demás demonios hicieran bien su trabajo, pero si los humanos miraban mi verdadera apariencia no me alabarían como hace siglos, así que opté por tener un disfraz humano. Le expliqué a esta mortal lo que yo era y rápidamente me propuso un trato, si no lograba que Alexander volviera con ella lo mataría y como recompensa yo tendría un recipiente humano. 
El demonio jaló las cadenas que supuestamente lo tenían inmovilizado, pero estas se rompieron como si estuvieran hechas de la tela más delgada y vieja que pudiera existir.

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HOLAAAAA
Después de tanto tiempo por fin actualizo, una disculpa por el retraso, este es el penúltimo capítulo del primer libro de Hasta Volvernos a Ver. Espero se estén preparando para el final de esta primera parte y les agradezco por la espera.

Feliz navidad y Feliz año nuevo :3

Hasta Volvernos a Ver © [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora