Katie Bell

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Sirsy Karkarov

Abrí mis ojos por un fuerte dolor en mi abdomen, después mi vista se dirigió a Draco quien estaba boca abajo con una mano estirada agarrando la mía.

Teníamos bastante tiempo sin tener relaciones sexuales, la verdad ya extrañaba ese lado de él.

Mis pensamientos se interrumpieron cuando él se movió y en muy baja voz dijo.

—¿Cariño sigues dormida?

Él no me veía a los ojos por que estaba boca abajo. Me moví y comencé a acariciar su espalda.

—Estoy despierta, me duele el abdomen.

Creo que ni siquiera termine de decir eso cuando él se levanto de tope viéndome.

—Vamos, hay que ir a la enfermería ¿o te sientes muy muy muy mal? ¿Crees que fue por los dos raund's de anoche?

Reí. "Los dos raund's de anoche"

—Oye.—sonreí y me acerqué a él besando su frente.—estoy bien, y si, lo más probable es que el dolor se debe a lo de anoche.

—Perdón yo...

—Cierra la boca Malfoy, estuvo fantástico.

Él sonrió.

—¿Puedes caminar?

—Hasta la pregunta ofende, por supuesto que no.

Reímos los dos.

—Prepararé un baño caliente para los dos, yo te voy a bañar, como una bebe, mi bebé.—beso mi nariz.

—Te amo.

—Te amo a ti.

Después del baño él se ofreció por supuesto a cambiarme, quise solo estar en bóxers de él, acompañado con una camisa grande.

Era sábado y lógicamente no iba a salir al menos que me dieran una silla de ruedas.

Me hubiera encantado acompañarlo a las tres escobas, sé que es difícil para él hacer eso.

Draco Malfoy

Ya me voy cariño.—bese los labios de mi novia.—¿te traigo algo?

—No, estoy bien.—sonrió.—me hubiera encantado ir contigo, de ve...

—Amor, está bien, para mi es mejor así.

Sonreí y bese su frente para dirigirme a la puerta.

—Te amo.—dijo ella antes de que yo saliera.

—Te amo a ti.—sonreí y salí.

Me dirigí a Hogsmeade, después usare la maldición imperius sobre Madam Rosmerta y que ella use esa misma maldición con algún estudiante para que le entregue el collar a Dumbledore.

—¿Que va a querer señor Malfoy?

Mire a Madam Rosmerta y me asegure que nadie estuviera cerca.

—Me gustaría una cerveza de mantequilla.

—Perfecto, enseguida te la dan.—dijo dándose la vuelta pero la paré con la voz.

—Disculpe.—dije en un tono que solo ella pudiera escuchar.

—Dígame.

Levante mi varita donde nadie la viera y pronuncie el hechizo.

Automáticamente se dirigió hacia donde estaba sentada Katie Bell, no sé cómo logró hacerlo ya que Katie no estaba sola, pero lo hizo, salió a la perfección, le entregó el collar a Katie Bell para que ella personalmente se lo diera a Dumbledore.

La señorita Karkarov y el joven MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora