De vuelta

91 6 16
                                    

Sirsy Karkarov

Camine insegura, escalofríos erizaban mi piel por ver esa mansión.

Me abracé a mi misma y a Darki.

Camine lo más lento que pude, pero por fin y desgraciadamente llegue.

Toque la puerta y solo demoraron unos segundos en abrirla.

—Hola, Sisy.—dijo Narcissa.

—Hola.—trate de sonreír.—¿cómo estás? ¿Qué tal está tío Lucius?

—Estoy bien querida, extrañe verte, Lucius ahora mismo no está, ¿tú qué tal?.—se acercó a abrazarme y yo solo solté el llanto.

—Sola, he estado sola.—me separé y seque mis lagrimas.—espero no molestarte, pero no tengo con quien dejar a Darki.

—No es ninguna molestia, querida pasa, te serviré un té.

Asentí, me sentía sola, por lo menos su compañía serviría de algo.

Pase y me senté en la cocina, ella preparó dos tazas de té y se sentó frente de mi.

No quería hablar, él simple hecho de no estar sola era suficiente.

Le di un sorbo y agradecí por el té.

—No hay de que, querida.—sonrió.—sabes que puedes venir cuando sea, no importa la hora.

Asentí y seguí tomando.

—Oye mamá no ha...

Lo que menos quería.

Draco Malfoy en persona.

—Buenas tardes, Sisy.—dijo viéndome.

—Buenas tardes, joven Malfoy.—me limité a decir y seguí tomando mi té.

—¿Como estas?.—preguntó acercándose y sentándose sobre las piernas de Cissy como un niño chiquito.

—Yo te podría preguntar eso.—conteste enfadada.

—Estoy mejor, después de verte aquí.

—Debo irme.—me levante.

—Querida, apenas llegas.—dijo Cissy.

Mire a Cissy casi llorando, me partía el corazón ver a Draco.

—Sisy, hay que hablar.—dijo Draco.

—No tengo nada de que hablar con usted, joven Malfoy.

—Sisy, por favor.

Lo ignore y me pare.

—Querida.—escuche la voz de Narcissa y me detuve.—hablen, por favor.

La mire y asentí.

—Bien.

—Vamos a mi habitación.—dijo Draco.

—Sería inapropiado.—conteste.

—Vamos Sisy, has estado ahí muchas veces.

—Tiempo pasado.—conteste.

—Vayan a la oficina.—propuso Narcissa y yo asentí caminando hacia ella.

Entramos y me recargue sobre el escritorio y Draco quedo parado un metro frente a mi.

—Sea rápido, no tengo tiempo.—le dije.

—Sisy, no me hables de usted.

—¿Por que no? Joven Malfoy.—respondí mirándolo a los ojos, con odio.

La señorita Karkarov y el joven MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora