El amor

137 8 7
                                    

Draco Malfoy

Después de la cena me despedí de mis amigos y me dirigí a la habitación con mi hermosa novia a un lado.

También tengo que hablar de algo con ella, me gustaría no decirle, pero es mi novia y debe saber.

Entramos a la habitación y ella cerró la puerta con seguro.

—Que día tan cansado, me alegro de no tener que ir a tratar de arreglar el armario en un rato más.—dije quitándome mi abrigo.

—No has pensado en...

—Si, de hecho ocupó hablar contigo sobre eso.—le dije sentándome en la cama ya que ella estaba acostada boca arriba.

—Que predecible, cuéntame qué piensas hacer.—dijo eso separando sus piernas dejando que su falda se descubriera pudiendo ver sus bragas, quite la vista de inmediato, es mi novia pero hay momentos en los que debo hacer eso y otros en los que debo dar respeto.

—Mañana iré a las tres escobas y le daré un collar maldito a algún estudiante, lo voy a manipular para que se lo obsequie a Dumbledore y con solo tocarlo va a morir.—apreté mis labios.

—Astuto, no te sientas mal por eso.

Se paro y se sento frente a frente sobre mi.

—Hueles exquisito, cariño.—dijo eso y acto seguido enterró su nariz en mi ropa.

—¿A si?.—acaricie su espalda.

Se separó un poco y me miro a los ojos.

—¿Ya te dije que tú voz cambió muchísimo?

—Comentaste algo, si.

—Tú voz es jodidamente grave y sexy.—dijo eso y al finalizar mordió su labio acto que me volvió loco.

—¿Tú crees?.—enterré mi cara en su cuello dejando besos húmedos cortos.

—Tú voz me vuelve loca, no somos tan grandes y tú voz es demasiado grave.—dijo eso mientras note como su voz era más un suspiro.

—¿Mi voz te vuelve loca?.—dije eso sin dejar de besar su cuello.

—Mjum.—lo dijo más como un gemido que como una respuesta.

—No hagas eso, me vuelves loco tú a mi.

—¿Hacer que? ¿Esto?.—gimió mientras dio un pequeño saltito haciendo que mi miembro chocara más fuerte con su parte íntima.

Solo sentí como mis ojos se volvieron blancos por un instante al escucharla y al sentir el golpe.

—Eres una chica traviesa.—deje un chupete en su cuello y después comencé a desabotonar su camisa para tener más espacio donde dejar marcas.

—No soy una chica traviesa.—dio otro salto y yo solo gruñí.

Acto seguido yo rodeé su cuello con mi mano, lo que causó que ella gimiera.

—Eres una chica traviesa y mereces ser castigada.

Pase mi mano por su espalda hasta llegar a su trasero y dar una nalgada.

Ella comenzó a moverse frotando nuestras partes, ella directamente estaba frotando en sus bragas ya que era lo único que traía bajo su falda, a mi me impedía el contacto directo mi pantalón que por cierto estaba por explotar y mi bóxer.

—Estás muy duro.—dijo viéndome a los ojos mordiendo su labio inferior.

Jodidamente ardiente.

La señorita Karkarov y el joven MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora