La batalla de los 7 en este caso 8 Potters

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Sirsy Karkarov

Te amo, ¿okay?.—dijo Draco dándome un beso.

Sonreí y asentí.

Agarre los polvos flu y desaparecí por la chimenea.

Aparecí en la chimenea de los Weasley casi ahogándome.

—¡Se nos está ahogando!.—grito Fred acercándose a mi y dándome golpecitos.—¡GEORGE TRAE AGUA!

Me recupere y reí.

—No necesito agua.—lo abrace.—te extrañe, Freddie.

—¿Quien no?.—me guiño un ojo.

—¿Sigue viva?.—dijo George corriendo.—aquí está el agua.

Me vio bien y se puso la mano en el pecho dramáticamente.

—Babosa, me asustas.

—Hola Georgie.—me acerqué y lo abracé.

—Hola, pequeña.—me apretó en el abrazo y me cargó dando bronquitos haciendo que pataleara para que me bajara.

—¿Por qué hay tanto escándalo en mi casa?.—dijo Molly llegando.—oh, querida ¿cuando llegaste?

—Hola Molly.—la abracé.—justo acabo de llegar, pero los gemelos son unos exagerados, solo todo un poco por el polvo y ellos ya me estaban haciendo funeral.

—Siempre tan escandalosos.—miro a los gemelos quienes sonreían inocentes.—ven ya casi es la cena.

Asentí.


—Me alegro de verte, Bill.—sonreí.—a ti igual Fleur, estás hermosa como siempre.

—Digo lo mismo Sirsy.—me dijo la rubia.

—¿Como haz estado, Sisy?.—preguntó Bill.

Aunque veía muy como a Bill de pequeña, él siempre se ha preocupado por mi, siempre jugábamos juntos, jugábamos quidditch.

—Pues....—pausé.—ahora estoy bien.

—Me alegro.—sonrió.—no hemos hablado desde hace mucho.—dijo y yo apreté los labios.—será bueno ver que haz aprendido de quidditch, eres buscadora de Slytherin.

Sonreí y después caí en cuenta y él también.

—Lo siento, yo...

—No te disculpes, yo ya había olvidado que no cursaré mi séptimo año.—dije sinceramente.

Hablamos un rato, Ron no había dicho nada, ni siquiera me había saludado.

—Vamos, Sisy.—dijo George.—debes probarlo.

—¿Para que?.—reí.—¿convertirme en rana? No gracias.

—No tiene nada, tú confía.—dijo Fred.

—Déjenla en paz.—llegó Ron y se sentó a mi lado.—no lo vayas a tomar, te hace vomitar por tres horas.

Mire a los gemelos fulminandolos y ellos levantaron sus manos en rendición.

—Sirsy, ¿podemos hablar?

—Ya estamos hablando.—le conteste a Ron.

—Bueno si...—se rascó la nuca.—pero..

—Si, sé a qué te refieres, ¿de qué quieres hablar?

—A solas.—vio a los gemelos.

—Ash, y yo que quería chisme.—dijo Fred subiéndose a la espalda de George y se fueron de ahí.

La señorita Karkarov y el joven MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora