Parte 6 Rompiendo el silencio.

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Capítulo 4


Dentro de la habitación Candy se encontraba en la misma situación, entro como un huracán depositando a Hughly en la caja, Patty se sobresaltó al verla hecha un desastre, pregunto qué pasaba, pero Candy no contesto entro directo al área de dormitorio y después al baño, Patty preocupada se fue a revisar a Hughly el animalito estaba bien, y regreso a la habitación la espero afuera hasta que su querida amiga salió.

— Candy ¿qué paso? me tienes preocupada.

— Nada, solo fue un incidente, pero todo está bien y... él está aquí.

¿Quién? no te entiendo.

— No me hagas caso Patty, estoy bien.

Candy... es obvio que algo te pasa, siempre lo mismo contigo, cuando he necesitado consuelo tú siempre estás ahí para mí, en cambio tú... nunca dices nada, cuando compartes tus penas el alma descasa, no es bueno que guardes tus angustias, porque te agredes a ti misma, Candy perdóname que te lo diga.

Candy miro a su amiga, y reconoció que tenía razón, incluso en ese momento se encontraba al borde de un abismo emocional, se había vestido con lo primero que encontró, se cubrió con una túnica de seda verde, se desplomo en la cama cubriéndose la cara con las manos y se abandonó al llanto por un instante. Patty se sentó a su lado en silencio aún más preocupada, le sobaba la rodilla como consuelo, cuando Candy se calmó se incorporó y le conto lo sucedido a Patty.

Candy saco la tortuga a tomar el aire fresco, la coloco junto a la puerta, porque le pareció lo más seguro dejarla lejos de la orilla, de repente escuchó un ruido que la espanto, temiendo lo peor para la tortuga, no puso atención en el sujeto que abrió la puerta, lo único importante era proteger a su pequeña amiga de cuatro patitas, además el rostro de Terry no se podía ver con claridad, lo reconoció cuando él reía, después esa voz, y sus ojos... el tiempo lo había favorecido, pensó Candy.

¡Oh! Por Dios... Candy Terence viaja en el mismo tren que nosotras. — exclamo Patty sorprendida —

— Si, es increíble ¿verdad?

— El destino es impredecible, ¿Entonces has hablado con él? exclamo Patty emocionada.

No, eso fue lo peor, de la impresión perdí la capacidad de hablar, luego el señor Serra se acercó a nosotros, y Sali huyendo para que no descubriera a Hughly, no lo quiero decepcionar, él ha sido muy amable, nos proporciona todo lo que le hemos pedido y nosotras le hemos mentido, no se admiten mascotas en el tren.

— Oh... perdóname Candy, es mi culpa no debí traer a Hughly, pero no fui capaz de dejarla sola.

No te preocupes Patty, yo estoy feliz que la trajeras, solo debemos de tener cuidado además ella no molesta, fui yo la imprudente.

— Candy podemos preguntarle al Señor Serra, ¿cuál es el camarote de Terry? Para que puedas ir hablar con él.

Ese es el dilema, he soñado con este día, pero a la vez sabía que no era posible, ya sabes por ella, hace unas semanas recibí carta de él, y conteste, tuve mis dudas, pero escribirle, no es lo mismo que verlo, yo jure «no volverlo a ver nunca más» pero ahora... él se ha aparecido frente a mí, como un conjuro del destino, y muero por saludarlo, no sé qué hacer... ¿talvez no es correcto? pero tampoco podría evitarlo.

— No entiendo, ¿porque juraste algo así? Candy...

Fue cuando la visite en el hospital, ella se desbordo en la desesperación; Candy le narro un resumen de todo lo ocurrido con Susanna a Patty, y como comprenderás su angustia y sufrimiento eran por mí presencia en la vida de Terry,  y yo no quería que sufriera más por mi causa, ella me exigió que me fuera de sus vidas y que lo jurara, y yo... se lo jure, de todas formas, ya había tomado la decisión, Terry también sufría, y entendí que él tampoco podía abandonarla en esa condición, y todo lo demás ya lo sabes.

UN AMOR REESCRITO A TRAVÉS DEL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora