The Dawn of a New Day

948 79 31
                                    

Disclaimer: La historia y los personajes no me pertenecen, solo la traducción y adaptación al español. Historia original de Aurum_Auri. Traducida con su permiso, la pueden encontrar en AO3.

Resumen: No era el momento de mirar atrás con arrepentimiento.

Notas: Como siempre, quiero dar un enorme y sincero agradecimiento a todos los que han seguido esta historia durante el último año. A todos los que han leído, comentado, dejado sus elogios y se han quedado a mi lado en todo momento. Muchas gracias a todos. Menudo viaje.

~o0o~

Yuuri se despertó con un sudor frío, agarrando la mano de Víctor.

Su respiración era agitada, sus ojos se abrieron de golpe para encontrar a Víctor mirándolo fijamente, con la preocupación pintando su rostro. -Estoy bien- dijo Yuuri al instante. Obligó a sus músculos enroscados a soltarse con cierta dificultad.

-Estoy aquí- dijo Víctor. Sus dedos entrelazados eran prueba de ello.

Yuuri le apretó la mano y sacudió la cabeza, sintiendo ya que su ritmo cardíaco disminuía ligeramente, el sueño ya se desvanecía de su mente. Dejó que sus ojos se cerraran. -Lo sé. Lo sé.

El nivel de confianza que Yuuri tenía en esas palabras debería haberle asustado. No debería haberle hecho sentirse tan seguro al estar aquí, en los brazos de Víctor. Todo era demasiado rápido y demasiado pronto y demasiado jodido para empezar a tener sentido.

Apenas habían pasado dos meses desde que se conocieron. No se conocían en absoluto. Había tantas cosas que podían salir mal y tantas cosas que Yuuri iba a arruinar y fastidiar, y al final no cumpliría con todas las expectativas de Víctor.

Pero después de todo, aunque esto fuera un error, aunque las cosas salieran terriblemente mal, Yuuri no iba a dejarlo. Ni por el mundo, ni por nadie.

Yuuri luchó con los tubos y las intravenosas y los monitores conectados a su cuerpo y finalmente consiguió llegar a donde podía apretar a Víctor con fuerza.

Seguían en la habitación del hospital. La cama era incómoda para uno y francamente estrecha para dos, pero no había ningún otro lugar en el que Yuuri quisiera estar ahora.

Víctor le acarició el pelo. El suave tacto era tranquilizador, y Yuuri se permitió la oportunidad de relajarse el resto del camino. El aroma de Víctor estaba presente en el aire. Se instaló en lo más profundo de los huesos de Yuuri, haciendo todo lo posible por despejar las espinas del miedo y la duda que ahogaban su mente.

-No quiero quedarme aquí -murmuró Yuuri. -Puedo sentir sus manos sobre mí en mis sueños y lo odio. Sigo imaginando que viene aquí. Es como si ya no pudiera respirar, como si mi pecho se hundiera en sí mismo.

-No se va a acercar a ti -dijo Víctor con fiereza. -Ha sido arrestado, y se irá por mucho, mucho tiempo por lo que te hizo.

-Lo dices como si fuera tan fácil- dijo Yuuri. Sacudió la cabeza. -Nunca es tan fácil. Pero eso no es lo que realmente temo. Él lo sabe, Víctor. Lo sabe todo. Sabe quién soy y lo que hago. Sabe mi verdadero nombre, Víctor, y el hecho de que soy Eros. Incluso si va a la cárcel, ¿qué le impide contar mi secreto al mundo? ¿Qué le impide a otro hacer lo mismo?

-Hay formas. Órdenes de amordazamiento. Algo. Podemos hacer que funcione, tiene que haber una manera de mantener su boca cerrada. Pero si no se siente seguro aquí, siempre podemos ir a otro lugar. Podemos ir a cualquier lugar.

-Supongo que... volver a Los Ángeles es más que suficiente- dijo Yuuri. -Volver a tu casa- quiso evitar. Quería esconderse de sus problemas hasta que todos desaparecieran.

All Eyes on MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora