Capítulo 19 - parte 1

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El sueño es este: ser felices por haber conseguido nuestros objetivos, encontrar a alguien, sobrevivir al internado. Ese es el sueño. Entonces llegamos allí. Y si somos humanos, inmediatamente comenzamos a soñar con otra cosa.

En algún momento, tal vez aceptemos que el sueño se ha convertido en una pesadilla. Nos decimos a nosotros mismos que la realidad es mejor. Nos convencemos de que es mejor que nunca soñemos en absoluto. Pero, los más fuertes de nosotros, los más decididos de nosotros, nos aferramos al sueño o nos encontramos frente a un nuevo sueño que nunca consideramos. Nos despertamos para encontrarnos, contra viento y marea, sintiéndonos esperanzados. Y si tenemos suerte, nos damos cuenta de que frente a todo, frente a la vida, el verdadero sueño es poder soñar.

La alarma sonó en toda la habitación y la chica de cabellos rubios se removió y apretó su agarre. Lena abrió los ojos un instante y se quejó del escandaloso ruido, se estiró como pudo y la logró apagar. Suspiró feliz y se acurrucó contra el cuerpo de Kara.

Pasaron algunos minutos y empezó a sentir ligeros besos en su nuca. Luego en su cuello y finalmente en su hombro. Se giró despacio y se enfrentó a esos ojos azules soñolientos que amaba.

— Eres hermosa— susurró la menor y se inclinó para dejar un beso en su mejilla.

— Mi cabello es un desastre—

Kara sonrió y dejó otro beso en su frente — Aún así te ves hermosa, espantapájaros—

El suspiro audible de la cirujana se escuchó y enterró su rostro en el cuello de la interna. Era su momento de tranquilidad y se dejó caer bajo las caricias en su cabello. Poco a poco los rayos de sol se filtraron por las aberturas de la cortina y escucharon un ligero toque en la puerta seguido de varios voces.

— ¡KARA! FELICITY MANDA A PREGUNTAR SI LENA QUIERE PANQUEQUES DE VAINILLA SOLOS PORQUE SE NOS ACABÓ LA MIEL— la voz de Imra se filtró por la habitación y sintió la sonrisa de la pelinegra.

Kara puso los ojos en blanco, pero dejó que gritara porque al menos les había dado privacidad. Lena se separó un instante y se sentó en la cama.

— SI, IMRA. SOLO LOS PANQUEQUES— gritó la titular para luego reírse de lo irónica que era la situación. Hace un meses le hubiera sacado los ojos a Ardeen, pero ahora todo era diferente.

— OK. PERO, NO SÉ DEMOREN HACIENDO COSAS SUCIAS— entonces escucharon dos carcajadas afuera del cuarto.

— ¿Nos duchamos juntas?— preguntó Kara de manera sugerente y recostandola de nuevo una vez que escucharon pasos bajar la escalera. Lena suspiró tranquila al sentir besos en sus mejillas y cuello.

— Eso no se pregunta— contestó inclinándose para robarle un beso — pero, solo si me prestas ese abrigo cuello de tortuga que tanto me gusta—

— ¿El negro? Claro, todo tuyo— deslizó una mano y acarició su rostro con amor.

Lena repasó mentalmente sus cirugías y consultas de ese día hasta cayó en cuenta en la fecha — ¿Sabes que día es hoy?—

Kara frunció el ceño tratando de concentrarse— ¿8 de diciembre, creo? ¿Por?—

— Ya pasó tu semana de castigo, ahora puedes asistir en cirugías— sonrió animada y deslizando su mano a la cintura de la menor.

I was made for you (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora