Capítulo 36 : ¿Cómo salvar una vida? (2/2)

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Una residencia en cirugía tiende a prepararte para lo peor. Sin embargo, por muy preparados que estemos, casi siempre no vemos al desastre aproximarse. Podemos tratar de imaginar posibles escenarios y predecir una catástrofe. Pero, cuando ocurre un verdadero desastre, a menudo sale de la nada y nos agarra con la guardia baja.

Y cuando lo peor realmente sucede, nos encontramos completamente ciegos y perdidos. ¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? Hacemos esa pregunta muy a menudo. Se ha convertido en un cliché, pero eso se debe a que las cosas malas le pasan a la gente buena constantemente. Solo tienes que esperar que cuando sea tu turno, sepas qué hacer, cómo sobrellevarlo, cómo perseverar. Pero la verdad es que no sabes cómo reaccionarás ante tu peor de los casos. Ninguno de nosotros lo hace. No hasta que suceda.

Bárbara cerró los ojos con fuerza. Tenía un dolor insoportable, tanto que se encontraba mareada y no escuchaba nada. Un gran zumbido y todo a su alrededor pareció desaparecer, solo el tacto de unas manos la devolvieron a la realidad. Le movieron la cabeza y sintió la respiración de Diana chocar contra su piel.

Lentamente, ella abrió los ojos y miró a la mujer preocupada. Diana revisó su oreja derecha y sujetó un pedazo de tela contra ella. Una bala le había rozado y destrozado parte de su oreja. Bárbara solo podía ver sus labios moverse, pero no escuchaba ningún sonido y asustó cada vez más. Diana acarició con su mano libre su mejilla en un intento por calmarla y dejó un suave beso en su frente. Una figura se agachó a su lado y la menor se sobresaltó para luego suspirar aliviada. Parecía que Oliver hablaba con la cirujana y luego intentó hablar con ella.

— Parece que no nos está escuchando— Oliver le dijo a Diana. Bárbara siguió viéndolos confundida.

— Hazme señas. No te oigo— ella susurró y ambos doctores pusieron toda su atención en ella — Pero imagino que estás diciendo tonterías—

— Ni si quiera me oyes—

Bárbara lo miró aún más confundida — Porque es lo único que haces. Decir tonterías— entonces, gimió con dolor — quiero vomitar—

— Se va a desmayar en cualquier momento, hay que llevarla a un cuarto para tratar sus heridas— Diana le ordenó a Oliver — Ayúdame a levantarla y cargarla—

Él asintió y la cargó en sus brazos mientras Diana los seguía de cerca.

— En otro momento no hubiera dejado que me pusieras la mano encima— Bárbara gruñó ante el zangoloteo.

— Si quieres te puedo soltar— y Oliver sonrió porque ella no podía refutarlo — Por cierto, te ves horrible—

— Siento como si un caballo me hubiera mordido la oreja, y eso que nunca me ha pasado eso— ella comenzó a divagar — Definitivamente va a dejar una horrible cicatriz—

— Más horrible no puedes quedar...— y recibió un golpe por parte de Diana y una mirada fulminante — ¿Qué? Es divertido— intentó defenderse — Es como hablarle a una pared—

— Si me porto bien, ¿me darán una paleta?— Bárbara murmuró para sí misma e ignorándolos.

Cuando entraron al cuarto privado, Diana comenzó a buscar entre los cajones. No podían hacer mucho, solo tratar de limpiar la herida y cubrirla. Además, Bárbara necesitaría buscar a un especialista.

— No tengo paletas, pero...— Diana se inclinó besó su mejilla con dulzura — Estarás bien. Lo prometo—

Oliver dejó que Bárbara sujetara con fuerza su mano y mordiera una gasa con fuerza para evitar gritar. Debían mantenerse callados, no sabían si el hombre armado seguía en el hospital. El residente se sintió incómodo ante las constantes miradas de Diana hacia Bárbara, así que se quedó en silencio. Tal vez, se volvería invisible.

I was made for you (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora