Como cirujanos, estamos capacitados para buscar enfermedades. A veces el problema se detecta fácilmente, la mayoría de las veces necesitamos ir paso a paso.
Primero, sondear la superficie en busca de cualquier signo o señal. Un lunar o una lesión o un bulto no deseado. La mayoría de las veces, no podemos decir qué le pasa a alguien con solo mirarlo. Después de todo, pueden verse perfectamente bien por fuera, mientras que su interior cuenta otra historia. No todas las heridas son superficiales. La mayoría de las heridas son más profundas de lo que puedes imaginar. No puedes verlos a simple vista. Y luego están las heridas que nos toman por sorpresa.
El truco con cualquier tipo de herida o enfermedad es cavar y encontrar la verdadera fuente de la lesión, y una vez que la haya encontrado, curar a ese maldito.
Lena entró en la casa de Kara. Estaba agradecida con el universo por haber encontrado la llave de repuesto debajo de la maceta. Venir allí era su último recurso. Kara no le contestaba las llamadas y cuando no la encontró en el salón de los lamentos, pensó lo peor.
Comprobó sus sospechas al encontrarse con la enfermera mientras salía de uno de los quirófanos. En ese momento se le había helado la sangre. Agarrando solo su cartera y sin tiempo de cambiarse, condujo hasta la casa de Kara. Algo dentro de ella, le decía que su novia estaría allí.
Dejando a un lado sus pensamientos, subió las escaleras con sigilo y se quedó quieta unos minutos antes de respirar profundo. Abrió la puerta de la habitación de Kara y se encontró con la interna envuelta en una frazada como si fuera un burrito, y Oliver la tenía abrazada. A lado de la rubia, estaba Bárbara hablando sobre alguna cirugía.
La pelirroja fue la primera en notar su presencia y frunció el ceño. Se levantó molesta y se dirigió a pararse frente a la cirujana.
— ¿No deberías estar en un avión rumbo a Los Ángeles?— preguntó obstaculizando el paso.
— Déjanos a solas— dijo firme ignorando la mirada hostil.
— No. Aquí ya no eres mi Jefa...—
Lena endureció la mirada y sabía que si tenía que ponerse como Satanás, lo haría. Porque no iría de esa casa sin antes hablar con Kara.
— No lo volveré a repetir, Gordon. No me tientes la paciencia— las chispas de enojo saltaron en sus ojos verdes y a pesar de la mirada intimidante, la interna no retrocedió.
Oliver se levantó con prisa y tropezándose en el camino. Debía intervenir en la pelea, así que hizo a un lado a su amiga — Deberías dejarlas hablar, Bárbara—
— ¿Dónde está tu lealtad, engendro del diablo? ¿En el escuadrón vagina?—
— Mira, tampoco me agrada que ella esté aquí. Pero sería un cierre para ambas...— trató de explicarse y se ganó una mirada de reproche. Sin embargo, Bárbara bufó y salió del cuarto.
Oliver la siguió y dejó entrar a Lena. La cirujana cerró la puerta y vio cómo Kara se incorporaba y quitaba las sábanas.
La interna no quería que la viera así. Todavía le quedaba un poco de dignidad y rápidamente se limpió las lágrimas. Se recompuso como pudo y esperó a que Lena hablase.
— No contestabas mis llamadas—
— No quería escucharte—
La voz cortante de la rubia hirió a la titular y suspiró derrotada — Somos un equipo, siempre decimos eso— dijo acercándose a la cama y sentándose — discutimos las cosas, tomamos una decisión y nos apoyamos—
Kara frunció el ceño molesta y no esperó ni un segundo para arremeter contra la titular — ¡¿Entonces, por qué no me dijiste sobre la propuesta de trabajo en la práctica?!—
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I was made for you (Supercorp)
FanficAU Grey's Anatomy - Supercorp 🏳️🌈 (No es necesario que hayas visto la serie) Kara Danvers trabaja en el Seattle Grace Hospital como interna. Sin imaginarlo, Danvers se meterá en un triángulo amoroso complicando aún más las cosas. Y es que la espos...