One Shots (SamBucky, Winterbaron)

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Stony

—Ah, mierda... — la cabeza le daba vueltas.

Recuerdos de la noche anterior donde terminó embrigándose en su primer cena de la compañía, le hizo fruncir el ceño.

No se consideraba un buen bebedor, sin embargo, las costumbres en ese tipo de cenas era no rechazar nada que se te fuera ofrecido, por educación. Y ahora tenía que pagar las consecuencias de su 'buena educación' con esa maldita resaca.

Retiró las sábanas que cubrían su semidesnudo cuerpo, gracias a la presencia de su bóxer, y la erección de cada mañana, siendo intensificada un poco por el alcohol en su sistema, apareció en su campo de visión.

—Genial. — musitó, dejando caer su cabeza por un momento hacia atrás, hasta reconsiderar sus opciones.

¿Tocarse o darse una ducha fría?

Miró el reloj. Eran las 6:15. Faltaban casi dos horas para ir a la oficina. Maldijo por lo bajo porque al parecer las neuronas pensantes de sus superiores no eran capaces de decirles que beber entre semana era malo.

Suspiró, no había remedio. Tenía tiempo. Tocarse le ayudaría a relajarse, y tal vez, a bajar el naciente dolor de cabeza por la resaca.

Estiró la mano y del cajón de su buro derecho, extrajo una botella pequeña de lubricante y un juguete de buen tamaño.

Desde sus pasantías hasta obtener el puesto de planta no había tenido sexo decente. Sin embargo, el juguete entre sus manos hacía una buena función gracias a su auto exploración.

Con parsimonia, puso los artículos sobre la cama. Sus manos se deshicieron de la única prenda en su cuerpo. Con una mano comenzó a masajear uno de sus pezones, mientras con la otra acariciaba un poco su longitud, y antes de pasar a su agujero, mojó dos de sus dedos con su propia saliva.

Quería hacerlo un poco rudo hoy, e intentar venirse solo con tocar su trasero.

Si, hacerlo así sería genial.

Con sus dígitos un poco húmedos, comenzó a masajear su agujero.

Suaves jadeos comenzaron a ahogarse en su garganta. Un gemido no pudo ser contenido cuando introdujo sus dos dedos de una sola estocada, absorbiendo un poco más arriba de sus nudillos.

Abrió las piernas un poco más, y hundió sus dedos hasta el fondo, rozando ese punto exacto de él mismo que ya conocía, cerrando los ojos y mordiéndose el labio antes de arremeter contra sí con fuerza y rapidez.

Pero no era suficiente.

Sentir el repentino abandono de sus dedos, hizo que su agujero se contrajera y que él se quejara.

Rápidamente tomó el juguete y el lubricante. Lo mojó e inmediatamente se puso en cuatro para llevarlo a su trasero.

—Oh, sí. — jadeo cuando la punta rozó su entrada y se mordió el labio cuando la punta se deslizó en su interior.

—No sabía que te gustaba recibir por el culo, Stark. Dime, ¿no sería mejor que una polla de carne real te follara en lugar de esa porquería?

La voz de Steve Rogers, el CEO de la compañía lo hizo girar bruscamente, llevando las sábanas consigo para cubrir su desnudez.

—Señor Rogers, ¡¿Qué está....?

Su jefe, lo estaba mirando desde la puerta del cuarto de baño. Con una sonrisa burlona curveando sus labios y el torso desnudo.

Dios, desde ahí parecía un puto Dios Griego.

—¿Acaso olvidaste que Romanoff nos trajo a tu casa porque ambos estábamos jodidamente ebrios y era la más cercana? No quería que vomitaramos en su auto. — dijo. — Pero, eso es lo que menos interesa en este momento. Responde mi pregunta, Stark.

Exigió, acercándose repentinamente al borde inferior de la cama, e inclinarse colocando las manos sobre la misma, como si fuera un depredador.

—Yo no bateo para ese lado, pero debo admitir que tu buen culo al aire me ha hecho reconsiderar un par de cosas. — añadió.

Sus ojos color noche brillando con deseo le hicieron sentir un estremecimiento.

Sin embargo, Anthony sólo negó, antes de rodearse sobre la cama con todo y sábanas, y huir al cuarto de baño.

Steve sonrió.

Tal vez haber aceptado el puesto de CEO de esa compañía al borde de la quiebra no había sido tan malo después de todo.

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