One Shots (SamBucky, Winterbaron)

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Winterbaron

BASTARDO SONRIENTE

Zemo estaba preocupado.

No es que se pudiera distinguir por la sonrisa que adornaba su rostro como de costumbre, pero sus ojos color caramelo lo delataban si se tenía la intención de mirar. Por suerte para él, Sam no tenía ningún deseo de mirarle fijamente a los ojos, y la persona que preocupaba a Zemo estaba haciendo todo lo posible por evitar mirar, y estar cerca, de Zemo por alguna razón.

No está muy seguro de lo que ha hecho para molestar a James "Bucky" Barnes ahora, ya que no ha actuado ni hecho nada diferente en comparación con los últimos meses que han estado trabajando juntos. Pero, algo
debe haber ocurrido. El ex-soldado del invierno (y Zemo, a pesar de que antes se le ha molestado, sabe que lo de ex es cierto) había estado trabajando sorprendentemente bien con él. Malhumorado, pero bien. ¿Y ahora?

Ahora estaba envuelto en cuero y atado con un arnés apretado y otras correas por el pecho y el torso, que bien podría llevar su atuendo original proporcionado por Hydra. También ha estado evitando no sólo a Zemo, sino también a Sam.

Por eso Zemo estaba preocupado.

Su cara casi le había delatado cuando se dio cuenta de que el asesino más temido del último siglo era un Omega. Había descubierto el suave aroma a menta de Bucky mientras estaban en Riga, pero sorprendiendo a todos, no lo había comentado. El hecho de que se sorprendiera de que Bucky fuera un Omega, no significaba que le importara o que pensara que Bucky estaba de repente por debajo de él. Para ser honesto, sólo estaba sorprendido porque su designación no había sido escrita en los registros y notas que Hydra había hecho y que él había leído.

Saber que Bucky era un Omega no ayudó a su atracción por el súper soldado. Sólo lo hizo peor. Realmente era fascinante, y encantador de ver.

Otra razón (egoísta) por la que estaba preocupado. El hecho de que Bucky lo evitara significaba que no podía contemplar su hermoso y fruncido rostro muy a menudo. Y mirar a Bucky generalmente mantenía sus propios instintos alfa bajo control. Tanto porque lo encontraba hermoso, como porque desde que Bucky lo ayudó a salir de la prisión, se había sentido muy protector con el Omega.

Porque, por supuesto, Zemo se sentiría protector con el Omega más capaz y mortífero que existe.

Sin embargo, piensa en el diablo y aparece.

Bucky frunció el ceño mientras entraba silenciosamente en la cocina. Sam estaba en una misión en solitario y no volvería hasta dentro de unas semanas, lo que significaba que Bucky se había quedado cuidando a Zemo. Por mucho que le molestara ese término, si significaba que no tenía que volver a la cárcel, podía soportarlo. Además, que Bucky lo cuidara no era tan malo.

—Buenos días, James —. Bucky respondió con un gruñido, sentado en la barra del desayuno, masticando airadamente los cereales. Zemo suspiró, pero no hizo ningún comentario sobre la ausencia de Bucky. Un gruñido era mejor que huir a su habitación, supuso.

Se levantó para preparar una taza de té de flores de cerezo y ordenar la cocina. Preparó todo para el té, luego colocó la caja de cereales a un lado y cogió la botella de leche.

—¿Has terminado con la leche, James? —.

El ruido estrangulado que dejó la garganta de Bucky no era la respuesta que había esperado. A juzgar por la mirada amplia en el rostro de Bucky, él tampoco había esperado lograrlo. Interesante.

Se movió para guardar la leche ante la aguda inclinación de cabeza de Bucky, y olfateó mientras caminaba detrás del supersoldado. Sólo sus años de experiencia le impidieron perder un paso cuando se dio cuenta de que el habitualmente suave aroma a menta de Bucky olía más agudo, como si estuviera..... exitado.