Capítulo Dos

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―Gracias Eli ―dijo Katherine―. Eres una buena compañía cuando se trata de problemas familiares.
―No hay de qué.
Katherine y Elizabeth se habían levantado temprano para hacer la maleta. Ya que ambas iban a ir hasta Gales por petición de Kilian.
Katherine estaba un poco exhausta con lo que estaba pasando con él y por eso había decidido de estar a su lado. Y con ello llevarse a Elizabeth con ella.
Mientras que esperaban a que su vuelo saliese, ambas hablaron del embarazo de Anne. Fue cuando Elizabeth le hizo ver algunas cosas a Katherine de las cuales ella tenía razón. El hijo que esperaba Anne, era de su hermano y sabía que tenía que aceptar todo lo que ahora también era de ella.
Pero algo distrajo a Katherine. Fue un breve pensamiento que tuvo con Víctor antes de fallecer. Y supo que lo que vivió con él fue para darse cuenta que en realidad amaba a Elizabeth tanto como un día quiso a su primera relación amorosa.
Tras un rato esperando al vuelo, ellas embargaron y después esperaron a que su vuelo despegase.
Y mientras que volaban hacia Gales, Katherine pensó que tenía que hablar con Anne sobre lo que estaba pasado.

Ella comenzó a despertar muy despacio, mientras que notaba el olor que tanto ya le era familiar y recordaba lo que sucedió la noche anterior.
Anne miró a su lado derecho y vio que Kilian estaba mirándole. Precisamente con ojos de lobo feroz.
Él le dio un beso que le lleno de pasión y después le dijo:
―¿Cómo has dormido? ―le preguntó.
―Bien. Del tirón.
―Me alegro escuchar eso.
Él volvió a darle un breve beso y después le dijo:
―Katherine viene hoy.
―¡Qué! ―exclamó ella.
―Le dije lo que estaba ocurriendo y me dijo que vendría.
―Kilian, no debiste decirle nada a tu hermana. Él bebe es asunto nuestro. No de nadie.
―Lo sé, pero no supe que hacer cuando la llamé. Katherine solo me dijo que quería ser tía ya que ella decidió no ser madre.
―¡Qué quieres decir!
―Eso es algo que yo no te puedo contar. Algo que le pediré a ella que haga.
Anne asintió.
―Voy a ducharme, Kilian. Tengo que ir a la universidad.
―Vale. Yo iré a buscar a Katherine y Elizabeth al aeropuerto como les prometí. Esta noche cenaremos en familia, nena.
―Tú sabes que no me llevo bien con Katherine.
―Lo sé. Pero les daremos una buena recibida y te aseguro que no te vas a arrepentir.
―Como quieras. Pero recuerda que tengo que estudiar para un examen. Tendría que acompañaros hasta que terminemos de cenar y después irme al despacho.
―Anne, olvídate de estudiar por esta noche. Quiero que te diviertas un poco.
―No creo que divertirse sea la palabra adecuada en mi situación. Recuerda que estoy embarazada.
―Nena, se terminó las escusas. Vamos a pasar una cena agradable y no hay nada más que hablar.
―Vale.
Después, ella se levantó y fue a darse una ducha. Lo menos que quería era pensar que iba a estar de nuevo en una misma habitación junto a Katherine y sus formas de tratarla.
En cambio, Kilian pensaba en que es lo que iba a hacer de cenar. Y ya se le había ocurrido algo exquisito que hacía muchos meses que no preparaba durante una cena de negocios.

Él recorría su cuerpo muy despacio, mientras que le hacía sentir a ella unas sensaciones diferentes que tanto le gustaban.
Aysel se decía porque no había puesto sus ojos antes en Osman. Pues nunca nadie le había hecho temblar tanto como lo había hecho él.
Habían pasado toda la noche juntos y después de una cena con una serie; habían mantenido relaciones. Solo se quedaron dormidos ya de madrugada. Salvo que Osman se había despertado antes que ella y con tan solo unos buenos días comenzó a tocarle de nuevo.
Los gemidos resonaban en todo el departamento de Osman. Unos gemidos que habrían escandalizado a toda la vecindad donde el residía.
Cuando ella se puso encima de él, Osman pensó de pronto en alguien. En una persona que menos lo esperaba. Pero fue una sacudida que provocó Aysel lo que le sacó de sus pensamientos.
Él le miró a los ojos a ella por unos momentos y le gustó la mirada que ella tenía. Una mirada que era provocada por el deseo, el éxtasis y la pasión que él había comenzado a entregarle en el momento en que la vio por primera vez en la misma mesa de la biblioteca.
Durante los siguientes minutos, Osman y Aysel se fundieron en el más profundo deseo.

Tentaciones Ocultas (Mi Amuleto #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora