Tentaciones Ocultas (Mi Amuleto #3)

Capítulo Catorce

Katherine se levantó al día siguiente. El té le había calmado lo suficiente. Pero seguía pensando en su hermano y en lo que estaba pasando.
Ella fue a la cocina en busca de un vaso con agua. Pero a su vez, también pensó en coger su teléfono móvil.
Ella marcó el número de teléfono de Kilian y espero a que se lo cogiese.
Cuando lo hizo, Kilian le informó de todo. Pero eso no le quitó la preocupación a ella.
Cuando Katherine colgó, pensó en todo y lo hizo hasta que Elizabeth apareció en la cocina y comenzaron a desayunar.
Un poco más tarde, salieron del departamento y fueron a ver algunas prendas para ponerse. Así Elizabeth la mantendría distraída.

Anne despertó en plena madrugada y se percató que estaba aún encadenada.
Ella paro de forcejear y se quedó dormida de nuevo sobre las cuatro de la mañana.
Cuando volvió a despertar, Anne se percató que Demir estaba a su lado.
Ella comenzó a forcejear y Demir le hizo parar, tocándole un muslo de la pierna. Donde se quedó paralizada por un momento. Anne comenzó a forcejear.
―Ya sabes de lo que soy capaz. Así que, no vuelvas a tocarme o cabrearme.
―Y que más te da de que yo no haga eso, si vas a hacerme lo mismo.
―Tu no lo vuelvas a hacer y tendrás una estancia agradable a mi lado.
Pero ella no le respondió.
―Voy a quitarte los grilletes y te iras a tu habitación. Vamos a empezar de cero con nuestro reencuentro.
―No se puede empezar de cero, Demir.
―Sí se puede. En tu armario tienes ropa que mandar a Walter para que te comprara. Ponte lo que quieras. Eso sí. Ponte algo adecuado para cenar en el balcón de mi habitación esta noche.
Pero ella no le dijo nada.
En cambio, Demir le quitó los grilletes y después se marchó. Dejándola sola. Donde solo hizo pensar en su bebe.
Cuando Demir llegó al salón, vio que Osman estaba mirando a través de la ventana, se acercó a él.
―Pensando en tu putita ―le dijo.
―Déjame en paz, Demir.
―Sabes que no voy a hacer eso, hermano.
―No me llames hermano. Lo dejaste de ser cuando amenazaste a Aysel y cuando maltrataste a otra.
―Lo de ayer fue para darle un escarmiento.
―Y lo de años atrás, también fue un escarmiento.
―No te metas en mi pasado o te aseguro que me cargo a esa puta de quinta.
Osman se abalanzó sobre Demir y comenzaron a golpearse.
Cuando los hombres de Demir entraron en el salón para separarlos, la ira en ambos.
Walter apareció y se puso entre ambos. Donde este supo enseguida porque ambos hermanos se peleaban.
Osman se marchó y Demir dio la orden de que no le hicieran nada.
Walter curó a Demir pocos minutos después y ellos no se dijeron ninguna palabra.
Después de curarle, se marchó a su habitación. Ya que necesitaba pensar.

Mas tarde, Kilian estaba junto al inspector Roblas y comenzaron a tomar notas del secuestro.
Roblas le hizo un par de preguntas y Kilian se limitó a responder.
Tras haber llegado a una conclusión, el inspector Roblar le dijo que pincharía los teléfonos de Kilian y del departamento. Por lo que, Kilian aceptó.
Después de eso, salió del balcón del departamento y comenzó a pensar en Anne, mientras que, con sus dedos, tocaba la armonía que la abuela de Anne creo para cuando ella se casase. Olvidándose que tenía tantos problemas que lo único que quería era olvidarse de todo.

Anne apareció en la habitación de Demir y vio que él estaba en la ventana asomado, mientras que Walter ponía la mesa en el balcón.
Demir se dio la vuelta y se percató del precioso vestido rojo calipso de Anne. Pero ella llevaba el pelo suelto.
―Olvidaba que estás guapa con cualquier cosa que te pongas.
Pero Anne no dijo nada.
Demir le hizo un gesto para que saliera al balcón.
Ella se movió hacia ahí y cuando salió al balcón, se percató que se había molestado en poner una mesa grande para dos.
Anne camino hacia a una de las sillas. Pero antes de sentarse, Demir hecho la silla hacia atrás y cuando estuvo dispuesta, se sentó en cuanto él la volvió a echar hacia adelante.
Demir se sentó en breve y después le dijo:
―¿Qué es lo que te ha pasado?
―Un ajuste de cuentas.
―Pues la deuda debía de ser algo grande.
Pero Demir no le dijo nada. Pero dijo tras ese silencio incomodo:
―Walter preparó algo especial.
Pero ella tampoco le respondió.
―Cuando vas a darme las gracias por traerte aquí.
―No tengo por qué darte las gracias por secuestrarme, Demir. Que no se te olvide que he sido y seguiré siendo la mujer caprichosa que tu creaste.
―Pues yo te volveré a hacer débil. Tal y como te conocí.
Hicieron una breve pausa.
―Demir, déjame marchar.
―Ya sabes que no voy a hacer eso. Y ya sabes lo que pasara si te escapas.
―Te odio.
Walter escuchó lo que Anne dijo, mientras servía la cena.
Mientras que cenaron, no tuvieron conversación alguna.
Anne se marchó en cuanto terminó de comerse el postre a la habitación.
Ella se tumbó en la cama y se aguantó el llanto. Ya que no quería que nadie la escuchase.
Demir comenzó a beber varios tragos hasta que Walter ya no le sirvió más. Pero sí que pensó en el pasado. Algo que lo golpeaba brutalmente como un puñal.