Capítulo Tres

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Tras algunas horas descansando, Aysel estaba abrazada a Osman. Nunca tuvo esa sensación desde que dejó su última relación hace cuatro años.
Ella se levantó de la cama desnuda y caminó hasta la cocina.
Ahí, se sirvió un vaso de leche fresca y comenzó a pensar en la otra relación que tuvo. Y solo de pensar en lo que ocurrió, le daban ganas de salir corriendo con lo que estaba pasando con Osman.
De pronto, ella notó como alguien le tocaba el hombro y se agitó por el susto.
―Tranquila. Soy yo ―dijo Osman.
―Me has asustado ―dijo ella.
―Lo siento.
Ambos hicieron una breve pausa.
―Vamos a desayunar.
Aysel asintió.
Poniendo su paso con leche encima de la mesa, ambos prepararon el desayuno. Y mientras tanto, hablaron de la facultad. Pero Osman no le comentó el viaje que aún tenía previsto para dentro de unos días. Ya que sabía que todo podía dar un giro de ochenta grados.

Anne se despertó y vio que Kilian estaba dormido. Por lo que se alivió un poco porque había comenzado a sentirse mal y no le gustaba lo que sentía en su estómago.
Ella se levantó enseguida y corrió hasta la cocina. Pues había notado que quería vomitar y no quería despertarlo.
Cuando llegó ahí, se puso sobre el fregadero y comenzó a hacerlo.
Katherine entró en pocos segundos en la cocina y vio que Anne estaba vomitando. Por lo que se acercó a buscar un vaso y una manzanilla. Y preparándosela, Katherine le dijo:
―Tómatela. Se lo que se siente en el embarazo.
Anne le cogió el vaso y le dijo mientras se limpiaba la boca con la otra:
―Gracias Katherine.
―No hay de que.
Ambas hicieron una pausa. Donde Anne tomó un poco de esa manzanilla que le había preparado.
―No sé cómo Kilian aún no ha desistido de la idea de tu educación, Anne. Pero me doy cuenta que te ha enseñado un poco.
―Quizás será porque es tan caprichoso como yo.
―Tienes razón. Pero Kilian ya era demasiado maduro a tu edad. Eso y disfrutaba del negocio que juntos habíamos creado.
―Hace años yo no era tan caprichosa y maleducada, Katherine. Todos luchamos por la persona equivocada y yo simplemente lo hice con Demir.
―No sé lo que sucedió con ese tipo hace tiempo, pero me da igual. Lo único que sé, es que dentro de ti hay algo que lleva mi sangre y no voy a permitir que le des una mala educación.
―Tranquila. Mi hijo o hija tendrá la educación que me dieron mis abuelos antes de morir. La cual perdí cuando Demir entro en mi vida. Pero también me cerciorare que mi bebe no se eduque en las cuatro paredes de aquella mansión. Más aún cuando eso no es apto para un menor.
―Eso lo decidirá Kilian.
―Ustedes dos no pueden hablarse bien por una vez ―dijo Kilian.
―Creo que Anne y yo no congeniamos, hermano. Si no fuera por mi sobrino o sobrina ya le hubiera dado unos azotes.
Pero anne no dijo nada. Solo se acercó a Kilian y le cogió la mano. Pues sabía que con él tenía protección.
―Voy a ir a despertar a Elizabeth. Quiero ir cuanto antes a ver un departamento.
Kilian asintió.
Katherine se marchó y Anne le soltó la mano a él.
Kilian agarró el brazo de ella y le dio un beso. Uno que le cogió por sorpresa.
Después de eso, ambos se miraron a los ojos y él le dijo:
―Buenos días, caprichosa.
―Buenos días ―le respondió ella.
―¿Estás bien?
―Me he despertado con ganas de vomitar. Siento no estar a tu lado cuando tú lo has hecho.
―No me vale un lo siento. Espero que hagas algo para conseguir mi perdón.
Ella se acercó un poco a él y cogiéndole un poco por el cuello de la camisa, le dijo:
―Creo que no hare eso.
―Lo harás. Aunque lo tenga que hacer como más me gusta a mí.
Kilian le giró y comenzó a tocarle en pocos segundos su clítoris.
Ella echó su cabeza hacia atrás y Kilian disfrutó de ello.
―Sabes ―dijo mientras que dejaba de tocar su sexo―, para conseguir el orgasmo, necesito antes mi recompensa. Cosa que no me has dado.
Él hizo una breve pausa:
―Recuerdas que eres mia y si no haces lo que te pido, te castigaré.
Después de otra pausa, Kilian le dijo girándola de nuevo:
―Voy a preparar los desayunos. Ve a ducharte para ir a la universidad. Después lo hare yo. Tengo que resolver unos asuntos fuera del departamento.
Anne asintió y sonrió a la vez. Ya que quería vengarse por lo que ha hecho.
―Hoy no tengo clases, Kilian ―le dijo.
―¡Qué! ¿Por qué no me lo has dicho antes?
―Te lo iba a decir anoche. Pero lo olvidé con la cena y la charla que tuve con Katherine.
―Pues no puedo cancelar mi compromiso.
―Tranquilo. Haz lo que tengas que hacer.
―Ve a ducharte. Yo me encargo de los desayunos.
―Kilian, dúchate tú. Después lo hare yo. Voy a preparar los desayunos mientras tanto.
―Vale.
Él le besó en los labios y en poco tiempo se marchó a la ducha.
Anne en cambio, comenzó a preparar los desayunos.
Al cabo de media hora, Anne desayunó junto a Kilian y hablaron.
Después, él se marchó y a su vez lo hicieron Katherine y Elizabeth. Eso le dejó a ella más tranquila.
Cuando comenzó a recoger la cocina. Y a su vez tuvo un presentimiento extraño.
Cuando terminó de recoger, fue hasta la mazmorra.
Ahí, vio lo que tenía delante. Algo que ya no le sorprendía en absoluto.
En pocos segundos, fue ante el armario y vio lo que había dentro. Fue cuando pensó porque a Kilian le gustaba tanto el látex.
Lo que más le llamó la atención del armario fue algo que nunca le había obligado a ponerse.
Ella sonrió cuando imagino ese traje sobre su cuerpo y a Kilian poseyéndola sin parar.
Entonces Anne pensó que era el momento de controlar sus orgasmos y que ya no tuvieran dueño. Y sabía que, aunque Kilian era su futuro esposo, lograría ser la mujer que fue en un pasado. Libre sin que nadie le prohibiera tener un orgasmo.

Tentaciones Ocultas (Mi Amuleto #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora